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De acuerdo a estadísticas del Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social y la Sociedad de Cardiología y Cirugía Cardiovascular de Paraguay, el 28% de todos los fallecimientos a nivel nacional son causados por síndromes coronarios agudos o accidentes cerebrovasculares.

El sobrepeso y obesidad han alcanzado proporciones epidémicas, con graves consecuencias médicas, sociales y psicológicas, y representan un factor de riesgo que puede ser modificado, mediante la incorporación de una dieta saludable. Si el cambio de hábito es sostenido en el tiempo mejora la calidad de vida y disminuye el riesgo de adquirir enfermedades cardiovasculares.

Un 34,8% de la población adulta es obesa y el sobrepeso alcanza al 22,8%, mientras que las cifras en niños y adolescentes también son preocupantes. El sedentarismo es del 75%, el bajo consumo de frutas y verduras llega al 84%, el tabaquismo afecta al 14% y el 51% consume bebidas alcohólicas.

“Ambas condiciones aumentan la posibilidad de contraer patologías como la diabetes, cáncer y problemas del sistema cardiocirculatorio, generan sobrecarga de las articulaciones, producen trastornos osteoarticulares y dolor crónico, restringiendo la motilidad y produciendo un círculo vicioso. Además, bajan la autoestima, incrementando la ansiedad y depresión”, explica la doctora Graciela Chávez de Grau, cardióloga y especialista en medicina preventiva del Instituto de Previsión Social (IPS).

Formada en la Universidad Nacional de Asunción y con un curso de perfeccionamiento en la Universidad Ruprecht Karl de Heidelberg, actualmente es jefe del programa AsuRiesgo y miembro del Departamento de Docencia e Investigación del recinto asistencial. Con la casa de estudios de Alemania mantiene vínculos académicos, los que se tradujeron, en una primera etapa, en el desarrollo de una investigación en medicina preventiva y prevalencia de factores de riesgo cardiovascular de la población adulta ambulatoria del IPS.

- ¿En qué consiste el trabajo?

Todos los pacientes adultos que ingresan al hospital, a cualquiera de sus clínicas médicas y sus especialidades, es invitado a participar en un proceso de consulta destinado a evaluar sus riesgos y, si existen, prevenir la aparición de una determinada patología. Aquí llegan, por citar algunos casos, personas con algún problema dermatológico, escuchan una charla y entran a valorar su riesgo. El hecho de hacer esto es muy importante, porque con esta metodología podemos advertir un agente sospechoso que en la consulta habitual en ocasiones no se detecta.

- ¿La fórmula ha funcionado?

Sí, porque al evaluar con un protocolo, que contiene preguntas dirigidas y no solamente el interrogatorio espontáneo, hemos logrado aumentar la detección precoz. Por ejemplo, en el síndrome metabólico, nos basamos en cinco criterios. Muchas veces es puntual evaluar a un paciente que viene con un problema de hipertensión, pero si está asociado a un síndrome metabólico, está iniciando una prediabetes. Y si es diabético y muestra un síndrome metabólico asociado, tiene mayor riesgo. Entonces, poder identificar todos estos factores y ayudar al paciente a controlarlos nos parece clave. En este trabajo hemos utilizado varios score de riesgo, de tal modo que el paciente al finalizar la consulta tiene conocimiento de qué factores puede mejorar, en cuáles tiene que completar los estudios para direccionar un diagnóstico correcto y también tiene la posibilidad de ser intervenido desde una perspectiva nutricional y psicológica.

- ¿Qué han detectado hasta ahora?

Con el correr de los años nos hemos dado cuenta que el enfoque preventivo puede trabajarse de manera práctica, motivando a la persona sana a mantenerse así, con los factores de riesgo controlados. En ese sentido, la evaluación nutricional es muy importante, porque nos permite diseñar planes alimentarios personalizados. Esta experiencia nos llevó a hacer un resumen o guía de alimentación saludable, con 15 indicaciones y consejos que se deben seguir de forma estricta, lo que ha llevado a nuestros pacientes a un ejercicio reflexivo y de compromiso con el autocuidado. Una dieta sana no se trata solo de dejar de consumir algunas cosas, por eso les enseñamos a incorporar alimentos que los ayudarán, de acuerdo a cada perfil. Hacemos énfasis en transmitir a todos los pacientes del IPS los conocimientos que deben tener sobre la dieta mediterránea y por qué es tan positiva para la salud cardiovascular. Es parte de lo que se conoce como tratamiento no farmacológico, el cual está es apoyado por un equipo multidisciplinario integrado por médicos, nutricionistas, enfermeras y psicólogos. 

- En el fondo lo que buscan es cambiar hábitos…

Exactamente, porque un plan nutricional basado en un esquema de 15 días sirve de nada. Lo que hacemos es dar seguimiento, con una mirada a largo plazo que nos lleve a cambios definitivos, ya sea alimentarios o de consumo de tabaco. Para modificar hábitos se requiere convencimiento y perseverancia, y ahí la labor de un equipo de apoyo es fundamental. Lo más positivo de todo es que el paciente no sale de nuestro hospital solo en conocimiento y preocupado por sus factores de riesgo, sino que lo hace con las herramientas necesarias para controlarlos, las que reforzamos con intervenciones individuales y grupales mediante talleres y charlas semanales.

- ¿Cómo han enfrentado el desafío de masificar este trabajo?

Gracias a la tecnología, a través de una aplicación, denominada AsuRiesgo, disponible para dispositivos móviles Android e iOS, lo que nos abrió la posibilidad de llegar a toda la población. En esta plataforma se encuentra material didáctico y un resumen que contiene las reglas básicas para una alimentación rica y saludable, con consejos sobre la ingesta adecuada y equilibrada de nutrientes, vitaminas, polifenoles y minerales, con el fin de evitar la exposición a elementos y productos tóxicos, sean ellos de origen natural o industrial. Debido a sus buenos resultados, AsuRiesgo se ha convertido en un programa institucional de salud cardiovascular del IPS, que se inició como un trabajo científico de prevalencia de factores de riesgo y que consideró 18 mil pacientes ingresados desde 2006 hasta 2012. Ahora sumamos cerca de 22 mil, porque el programa continuó y se declaró de interés institucional en el ámbito de la medicina preventiva.

- ¿Cuál ha sido la recepción de los pacientes?

Muy positiva. A ellos les gusta mucho porque se sienten en el centro de una terapia integral. Esto es un proyecto que busca mejorar la calidad de la atención de la población de riesgo y su consolidación dependerá de la valoración que le den los propios pacientes y, sobre todo, de las autoridades sanitarias del país. Trabajar en prevención finalmente permite ahorrar o redestinar muchos recursos, por tanto, su impacto y potencial de crecimiento es muy grande. De a poco hemos ido avanzando, desarrollando algunos estudios a nivel latinoamericano. Incluso, AsuRiesgo está disponible en la página web de la Sociedad Paraguaya de Cardiología y Cirugía Cardiovascular, con audios, varios en guaraní, que facilitan la navegación de los adultos mayores.

Por Óscar Ferrari Gutiérrez