Salud Pública
Dieta mediterránea reduce tasa de eventos cardiovasculares
Se analizaron los efectos de dos tipos de regímenes, determinándose que un consumo elevado de frutas, verduras y alimentos no refinados puede ayudar a la prevención secundaria de enfermedad coronaria y complicaciones mayores del corazón.
La dieta mediterránea se ha asociado con una reducción de mortalidad total y cardiovascular en varios estudios epidemiológicos. Sin embargo, pocos ensayos de gran escala han evaluado la relación entre el patrón alimentario y resultados en pacientes con enfermedad de las arterias coronarias (EAC) estable.
En la investigación liderada por Ralph A. H. Stewart de la Universidad de Auckland, Nueva Zelanda, se determinó si los hábitos dietarios evaluados mediante un cuestionario de frecuencia alimentaria, se relacionan con eventos adversos cardiovasculares mayores (MACE, por sus siglas en inglés) en personas de alto riesgo y con enfermedad coronaria estable. Al inicio del estudio, 15.482 (97,8%) individuos (edad media 67 ± 9 años), provenientes de 39 paísesy que habían participado en un ensayo para normalizar su condición, completaron un cuestionario sobre estilo de vida, que incluía preguntas sobre alimentos comunes. Se calculó la puntuación de dieta mediterránea (MDS) para evaluar el consumo creciente de granos enteros, frutas, verduras, legumbres, pescado y alcohol, y una ingesta decreciente de carne. Adicionalmente, se determinó el score para una dieta occidental (WDS) en base a granos refinados, dulces y postres, bebidas azucaradas y frituras. Finalmente, se utilizó un modelo multivariable de riesgos proporcionales de Cox, para analizar la relación entre los regímenes y los MACE, definidos como muerte cardiovascular, infarto de miocardio no fatal y accidente cerebrovascular no letal.
Después de una mediana de seguimiento de 3,7 años la ocurrencia de MACE se dio en el 7,3% de 2.885 sujetos con un puntaje MDS ≥15. Para aquellos con puntuaciones MSD de 13 - 14, y con valores ≤12, la prevalencia de estas complicaciones fue de un 10,5% de un total de 4.018 individuos y de un 10,8% de 8579 pacientes, respectivamente. El incremento en una unidad en el MDS se vinculó con un menor índice de MACE, después de ajustar por todas las covariables (+1 categoría, R= 0,95; IC del 95%: 0,91 - 0,98; p = 0,002). Por último, no se observó una correspondencia entre entre el WDS y las complicaciones evaluadas (R= 0,99; IC del 95%: 0,97 - 1,01).
En suma, un mayor consumo de alimentos saludables puede ser más eficaz para la prevención secundaria de la enfermedad coronaria respecto a los regímenes típicos de dietas occidentales.
