Dr. Teófilo Villalba Torres:
“En estos últimos años lo que hice fue posicionar al hospital neuropsiquiátrico”
Psiquiatra, psicólogo y licenciado en antropología cultural guaraní y paraguaya, el doctor Teófilo Villalba Torres, es el director general del Hospital Neuropsiquiátrico, centro de atención de enfermedades mentales más grande del país.
Proveniente de la Universidad Nacional de Asunción (UNA) y graduado en el año 1979, cuenta que realizó la residencia en el mismo hospital donde hoy ocupa la jefatura.
También brindó atención en el sector privado, realizando consultorio en el sanatorio Cruz Blanca. Además, fue socio fundador de la Sociedad Paraguaya de Psiquiatría y es actual miembro de la Asociación Paraguaya de Psiquiatras.
La docencia también ocupa su tiempo desde hace varios años, ya que enseña en diversas universidades como la Universidad Católica (UCA), Universidad del Norte (UniNorte), y la Universidad Nacional de Asunción (UNA).
Desde su función de director del Neuropsiquiátrico sostiene que en los últimos años ha logrado posicionar al centro médico, gracias a una reforma de la política de la atención en la salud y la enfermedad mental.
- Doctor, coméntenos su experiencia laboral y si se desempeña en otros ámbitos aparte del hospital…
Entre el 2001 y 2005 trabajé como psiquiatra forense en la Fiscalía General delEstado y desde hace 3 años retomé esa tarea en el Poder Judicial,desempeñándome como psiquiatra forense en la Corte Suprema de Justicia.
- Y en cuanto a la docencia…
Me dedico a enseñar en varias universidades y en distintas cátedras. En la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Asunción, enseño en el último año, en Psiquiatría Clínica, y en la Facultadde Filosofía de la UNA, en la maestría, entre otras.
- En estos dos años al frente del Hospital Neuropsiquiátrico, ¿puede hacernos un balance rápido sobre los desafíos y logros?
En primer lugar logramos el levantamiento de las medidas cautelares impuestas al Estado paraguayo por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), en el 2003 y 2008, justamente por las mejoras alcanzadas en cuanto a la atención, control y sectorización de pacientes por patologías y género.
- ¿En qué consiste esa sectorización, doctor?
Los pacientes están asignados a lugares diferentes, por patologías y género. Varones por un lado y mujeres por otro.
Años anteriores hubo episodios de violación y de abuso sexual, entonces ahora está todo mejor organizado para prevenir esos riesgos. En ese sentido se contratóa una empresa de seguridad, con vigilantes mujeres y varones, asignados a los respectivos géneros.
Otras medidas impuestas al estado que también se cumplieron son la creación de hogares sustitutos, en el marco de una reforma de la política de la atención enla salud y la enfermedad mental, como propendiendo a la desinstitucionalización.
Que no sea que solamente el Hospital Neuropsiquiátrico, siendo el único y más grande centro de atención de enfermedades mentales, sea el que funcione, sinotambién las cabeceras departamentales, que la gente no tenga que trasladarse de tan lejos, de su comunidad, para ser atendidos.
- Si tuviera que destacar su mayor logro en este tiempo…
En estos últimos años lo que hice fue posicionar al Hospital Neuropsiquiátrico, que era un sector olvidado aún dentro de los otros hospitales, y posicionar un poco la agenda del Ministro en torno al hospital y a toda la carga de trastornos en esesentido, porque es una cuestión transversal, ya que hay enfermos de otras patologías que también tienen trastornos, no tan graves tal vez pero sí depresiones, somatizaciones, angustias e infelicidades.
Además, actualizamos algunas cosas como organigramas y reabrimos salas que ya no funcionaban.
- Cuéntenos sobre esas salas, ¿cuáles son y cómo funcionan?
Son las salas de corta estancia y la de urgencia. La de corta estancia es de manera a que los pacientes estén lo menos posible en este hospital. Que si tienen que venir a internarse sea porque ya no pueden ser atendidos afuera en las unidades primarias de atención o no pueden ser contenidos en sus casas.
El trabajo en nuestro país todavía es en la mentalidad de la población, de las familias, porque la tendencia de dejar abandonado al paciente discapacitadopsicosocial es aún alta.
- ¿Cómo trabajan en ese aspecto, doctor?
Tuvimos que implementar un sistema en el que les hacemos firmar un documento a los familiares, donde consta que ellos no abandonarán a sus parientes enfermos y que si ocurre eso, tenemos la potestad de denunciarlos ante la Fiscalía por omisión de auxilio.
Con eso se palió un poco el abandono, porque de 321 pacientes, un 75% está olvidado y vive exclusivamente de lo que el hospital le provee.
- ¿Cuántas consultas se realizan mensualmente?
Tenemos una carga de 1600 a 1700 consultas mensuales, con lo cual también tenemos una alta rotatividad de camas, 105 a 110 pacientes por mes que entran y salen del servicio.
- En cuanto a la franja etaria que se atiende en el hospital…
De 15 a 60 años es la franja que se atiende en el hospital, pero también han venido niños menores de edad y gente muy mayor también. El tema nomás es la vulnerabilidad que implica un niño entre pacientes sicóticos adultos, o un anciano, que sería más bien de una franja psicogeriátrica.
- Por último, ¿usted cree que disminuyó la estigmatización por parte de la sociedad respecto a la atención psiquiátrica?
Mi respuesta sería desde el campo de la antropología. El ser humano no evolucionó tanto como la tecnología, la mentalidad sigue tan arcaica como hace unas décadas. Algo avanzó, es cierto, ya no es una vergüenza contar que uno va al psiquiatra o al psicólogo, pero estamos lejos de lo mínimo que se necesita para una sociedad igualitaria, amplia, participativa y de aceptación. Todavía hay muchos prejuicios y estigmas.
