Ruptura de tendón de Aquiles: ¿cirugía o rehabilitación funcional?
Pacientes logran buenos resultados con terapia física, pero algunos estudios controlados muestran diferencias no significativas entre los métodos no quirúrgicos y la cirugía abierta.
El tendón de Aquiles es la fibra de tejido conectivo que se rompe con más frecuencia en el cuerpo. Además, su incidencia de ruptura está aumentando. Pese a ello, existe una tendencia a abandonar el tratamiento quirúrgico.
En este estudio, se revisó la literatura actual sobre las roturas agudas del tendón de Aquiles y se proporcionó un resumen sucinto de los métodos utilizados para abordar estas complicaciones. Como objetivo, el estudio pretende proporcionar una guía para el tratamiento basada en la literatura actual.
Según esta revisión, la puntuación de rotura del tendón de Aquiles se ha convertido en una herramienta vital para evaluar el resultado funcional después de las intervenciones. Actualmente, sigue existiendo un debate continuo entre las opciones de tratamiento quirúrgico y no quirúrgico. Pese a que ambos métodos han evolucionado en la última década, las técnicas de fijación percutánea están reemplazando a la cirugía abierta tradicional. También se están desarrollando regímenes funcionales dinámicos no quirúrgicos para crear el ambiente óptimo para que el tendón de Aquiles sane y proporcione resultados funcionales de alta calidad. Incluso existen pruebas aunque limitadas de que el plasma rico en plaquetas ayuda a la cicatrización; también sobre la importancia de la brecha entre los extremos de los tendones o de la tromboprofilaxis para reducir la incidencia de tromboembolismo venoso sintomático.
En conclusión, las roturas agudas del tendón de Aquiles se deben tratar en un régimen de rehabilitación funcional o mediante una reparación quirúrgica percutánea. La decisión depende tanto del paciente como de los factores clínicos.
