Mujeres que abrazan a sus parejas tienen menos estrés
Al medir los niveles de cortisol en la saliva, estos fueron menores. En el caso de los varones, no hubo variación.
Los abrazos son una de las formas de contacto social más frecuentes en la vida cotidiana y en todas las culturas. Se utilizan para saludar a los demás, transmitir amor y afecto, pero también pueden utilizarse en situaciones negativas para consolar a las personas que se sienten tristes o deprimidas.
Los efectos emocionales positivos de los abrazos se relacionan con beneficios para la salud física y mental. Por ejemplo, se ha demostrado que reducen la presión arterial, inflamación y auemntan el bienestar subjetivo. Además, los mimos están relacionados con un menor riesgo de infección y una recuperación acelerada de las enfermedades virales. En algunos contextos, el contacto social puede amortiguar el estrés.
Para explorar los posibles efectos de los abrazos, académicos de la Universidad de Padua (Italia) llevaron a cabo un análisis de 76 personas en relaciones románticas. Todos los participantes se sometieron a una prueba que inducía al estrés -mantener la mano en un baño de agua helada durante tres minutos- mientras eran observados y mantenían contacto visual con una cámara. Antes de esta prueba, la mitad de las parejas recibieron instrucciones de abrazarse y las otras no. Los investigadores midieron varios indicadores de estrés incluidos los niveles de cortisol salival de los participantes, antes y después del experimento.
El análisis estadístico reveló que las mujeres que abrazaron a su pareja tuvieron una respuesta de cortisol más baja que las mujeres que no. Sin embargo, en el caso de los hombres, no se observó ninguna relación. Otros parámetros como los cambios en la presión arterial y el estado emocional, no mostraron ninguna asociación.
Estos resultados sugieren que un breve abrazo con una pareja romántica podría reducir, posteriormente, la respuesta de cortisol de las mujeres que se enfrentan a situaciones sociales estresantes, como exámenes escolares, entrevistas de trabajo o presentaciones.
Los autores también piden que se investiguen los efectos relacionados con la pandemia del COVID-19. Tales investigaciones podrían explorar si las restricciones sociales que redujeron el contacto social pueden estar asociadas con los aumentos observados en el estrés y la depresión durante la pandemia.
