Infecciones virales y fracaso de terapias respiratorias
La presencia de patógenos como virus respiratorio sincicial o influenza se asocia con un peor resultado clínico en niños asmáticos, pero no determina la severidad de la condición.
Los patógenos respiratorios suelen desencadenar exacerbaciones del asma en el paciente pediátrico, pero su repercusión sobre la gravedad y la respuesta al tratamiento sigue siendo incierta.
Joanna Merckx y colaboradores realizaron un análisis secundario del estudio sobre determinantes de la respuesta a corticosteroides orales en jóvenes asmáticos con sibilancias (DOORWAY, por sus siglas en inglés), un estudio prospectivo de cohorte de niños de 1 a 17 años de edad que acudieron a urgencia por exacerbaciones moderadas o severas. Las muestras nasofaríngeas fueron analizadas por RT-PCR para 27 patógenos. Posteriormente, se investigó la asociación entre la infección y la gravedad de la exacerbación (determinada mediante la Medida de Evaluación Respiratoria Pediátrica) y el fracaso (ingreso hospitalario, estancia en el servicio de urgencias >8 horas, o recaída) de un tratamiento estandarizado severidad específica. Finalmente, se utilizaron regresiones logísticas multivariadas para estimar los efectos marginales medios (riesgos absolutos y diferencias de riesgo [DR]).
De 958 participantes, el 61,7% dio positivo para ≥ 1 patógeno (el rinovirus fue el más prevalente [29,4%]) y 16,9% experimentó fracaso del tratamiento. La presencia de cualquier patógeno no se asoció con la gravedad inicial, pero sí con un mayor riesgo de fallo de la terapia (20,7% frente a 12,5%; DR = 8,2% [IC del 95%: 3,3% a 13,1%]) en comparación con la ausencia de un patógeno. Los patógenos no rinovirales se vincularon con un aumento del riesgo absoluto de fracaso terapéutico en un 13,1% (IC del 95%: 6,4% a 19,8%), específicamente, un 8,8% para el virus respiratorio sincicial, un 24,9% para el virus influenza y un 34,1% en parainfluenza.
En suma, aunque los patógenos respiratorios no se asocian con una mayor severidad, sí se vinculan con un elevado riesgo de fracaso del tratamiento, en particular en presencia del virus respiratorio sincitial, influenza y parainfluenza. Estos hallazgos apoyan la prevención de la gripe en niños asmáticos, la consideración de la identidad de los patógenos, y la evaluación de la intensificación del tratamiento para pacientes infectados con alto riesgo de ineficacia terapéutica.
