Psiquiatría infantil
Hábitos saludables son menos prevalentes en niños con TDAH
Los pacientes pediátricos con el trastorno poseen una tendencia a comportamientos poco favorables, los que pueden redundar en un empeoramiento de su condición.
El trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) se asocia crecientemente con pobres resultados clínicos. Las características de falta de atención, impulsividad y falta de planificación, probablemente contribuyen a comportamientos de salud poco beneficiosos, pero la condición también puede estar influenciada por estos mismos patrones de conducta. Los datos provenientes de encuestas a la población, han sugerido que los hábitos de vida como el tiempo dedicado a medios de comunicación, actividad física, y trastornos del sueño, están relacionados individualmente con el TDAH.
El objetivo del estudio realizado por Kathleen F. Holton y Joel T. Nigg (Universidad de Ciencia y Salud de Oregon, Portland, Estados Unidos) fue examinar si los pacientes pediátricos de 7 a 11 años que presentaban TDAH bien caracterizado, tenían un número similar de hábitos de vida saludables, en comparación con niños con un desarrollo típico en la misma comunidad de residencia.
Los padres de niños con TDAH (n = 184) y sin la condición (n = 104) completaron un cuestionario sobre el estilo de vida con ítems acerca de la ingesta de agua, el consumo de bebidas azucaradas, uso de suplementos o multivitamínicos, lectura, tiempo frente a aparatos electrónicos, actividad física, y el sueño. Con esta información, los autores elaboraron un índice de forma de vida a partir de los siete dominios evaluados, utilizando una regresión logística ordenada multivariable para examinar la asociación de la condición y la totalidad de comportamientos saludables.
Los resultados indicaron que los niños con TDAH eran casi dos veces más propensos a tener un menor número de comportamientos saludables, incluso después de ajustar por edad, sexo, coeficiente intelectual, uso de medicamentos para la complicación, ingresos del hogar, y cuatro trastornos psiquiátricos comórbidos (R =1,95; IC del 95%: 1,16 - 3,30), p = 0,01).
En síntesis, la población infantil con TDAH es menos propensa a sostener hábitos saludables en comparación a niños que no poseen el trastorno. Aunque los efectos causales no se conocen completamente, estos pacientes pueden beneficiarse al modificar su forma de vida.
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