Fundamentos genéticos del tracto vocal
Se calculó la heredabilidad de varios elementos basándose en imágenes de resonancia magnética estructural 3D en 632 gemelos monocigóticos y dicigóticos.
Los distintos órganos que componen el tracto vocal humano, como la lengua, la laringe, los labios, el paladar duro y las mandíbulas, son esenciales para la producción del habla. Se sabe mucho más sobre la genética de sus anormalidades en el desarrollo, que afectan, por ejemplo, a los dientes, el paladar duro y el labio superior, la laringe y la lengua que sobre los fundamentos genéticos de su variación normal y la interacción entre la genética, el medio ambiente y las prácticas culturales que las conforman
Investigadores de la Universidad de Barcelona abordan la cuestión de la heredabilidad de los distintos componentes del tracto vocal basado en datos de una gran cohorte de gemelos y un conjunto completo de medidas rigurosamente definidas basadas en escáneres estructurales de resonancia magnética. Esta permite estimar las contribuciones de los genes y el entorno a la variación de la anatomía del tracto vocal.
Un aspecto innovador de la metodología de este estudio es que el análisis de estas imágenes fue realizado por dos investigadores independientes, que primero se entrenaron en un protocolo rigurosamente definido y basado en la literatura antropológica y fonética. Siguiendo este protocolo, marcaron, durante seis meses de trabajo intensivo, las imágenes 3D para identificar estructuras anatómicas claramente definidas y describir curvas y superficies. A partir de estas marcas, obtuvieron un conjunto de medidas, como distancias, ángulos, curvaturas y proporciones para captar las dimensiones y la forma de las estructuras del tracto vocal y sus interrelaciones
A continuación, estos datos se analizaron mediante modelos de ecuaciones estructurales genéticas, lo que permitió estimar la contribución de los genes a estas estructuras, controlando posibles factores de confusión en los datos, como el sexo, la edad o el volumen intercraneal de los participantes.
Los resultados aportan nuevas pruebas sobre las contribuciones relativas de los factores genéticos y ambientales. Entre ellos estaba la posición de la laringe, que parece estar bajo una fuerte influencia genética, mientras que varios componentes óseos, como los arcos dentales y el paladar duro, tienen una baja heredabilidad. Estudios anteriores indicaban que parecen cambiar de forma en respuesta a los efectos de los tratamientos dentales, el tipo de dieta e incluso el hecho de chuparse el dedo cuando se es niño.
Sin embargo, otras estructuras óseas, como la cavidad nasal y la mandíbula, parecen ser bastante resistentes a estas influencias ambientales.
Las conclusiones del estudio abren nuevas perspectivas para comprender la complejidad de la genética, el medio ambiente y la cultura, que juntos dan forma a nuestro tracto vocal y pueden ayudar a explicar las diferencias fonéticas y fonológicas entre las lenguas.
El siguiente paso es relacionar estos hallazgos anatómicos con los efectos sobre la idiosincrasia de la voz y la articulación del lenguaje. Estos resultados indican que los factores genéticos y ambientales, incluidos los culturales, interactúan para dar forma al tracto vocal, lo que pone de manifiesto que cada estructura, tiene su propia constelación de interacciones.
