Neurología
Estructura de la materia blanca predice la función cognitiva infantil
Mediante el uso de neuroimágenes se podrían revelar alteraciones cerebrales y trastornos psiquiátricos a edades tempranas y potenciar el desarrollo de nuevos enfoques para manejarlos clínicamente.
Estudios previos muestran que la microestructura de la materia blanca (MB) está relacionada con la función cognitiva. Análisis más recientes indican que los tractos individuales de MB están son un componente común que se relacionan con la actividad cognitiva general en adultos. Sin embargo, se sabe poco acerca de si estas propiedades conservadas de la MB se dan también durante el desarrollo de la infancia temprana.
En este estudio liderado por John H. Gilmore de la Universidad de Carolina del Norte se utilizaron imágenes de tensor de difusión (DTI) para investigar los factores subyacentes comunes en 12 tractos de fibra, su relación con la función cognitiva y su heredabilidad en una muestra longitudinal de niños sanos al nacer (n = 535), de 1 y 2 años de edad (n= 322 y n = 244, respectivamente). Los datos mostraron que en neonatos, existe una correlación altamente significativa entre los tractos de MB principales, los que disminuyen desde el nacimiento hasta los 2 años de edad. En el mismo período, la estructura de factores comunes aumenta en complejidad, y los haces de fibra comenzaban a diferenciarse unos de otros, y al llegar a la edad de dos años, esa distinción resultó ser más evidente. Además, la estructura de los tractos de MB al nacer permitió prever el desarrollo cognitivo general al año de vida y el del lenguaje en a los dos años. Finalmente, las neuroimágenes de nacimiento y los patrones comunes son moderadamente heredables y permitieron valorar el desarrollo cerebral infantil.
En suma, los hallazgos ilustran la diferenciación anatómica de las fibra de materia blanca desde el nacimiento hasta los 2 años, lo cual se correlaciona con diferentes niveles de desarrollo cognitivo infantil.
