Edulcorante artificial reduce la respuesta inmunitaria a la enfermedad en ratones
Una dosis elevada afecta la liberación de calcio intracelular en respuesta a la estimulación.
La sucralosa es un edulcorante sin calorías de uso común que es unas 600 veces más dulce que la sacarosa. A pesar de su absorción limitada puede detectarse en seres humanos tras el consumo de alimentos o bebidas que la contienen, y el consumo de 250 mg da lugar a niveles plasmáticos de alrededor de 1 μM en 90-120 min. La ingesta diaria máxima admisible (IDA) para los seres humanos ha sido establecida en 15 mg por kg (peso corporal) por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) o en 5 mg por kg (peso corporal) por la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA).
Como muchos otros edulcorantes artificiales, los efectos de la sucralosa en el organismo aún no se conocen del todo, aunque estudios recientes han demostrado que puede repercutir en la salud humana al afectar al microbioma.
Los que eran alimentados con altas dosis de sucralosa eran menos capaces de activar las células T en respuesta al cáncer o la infección. Al estudiar el fenómeno con más detalle, los investigadores descubrieron que afectaba a la liberación de calcio intracelular en respuesta a la estimulación y, por tanto, amortiguaba la función de las células T.
El equipo espera que los resultados puedan conducir a una nueva forma de utilizar dosis terapéuticas mucho más elevadas de sucralosa en los pacientes basándose en la observación de que cuando a ratones con una enfermedad autoinmune mediada por células T se les administró una dieta con altas dosis de sucralosa, ayudó a mitigar los efectos nocivos de sus células T hiperactivas.
Se necesitan más investigaciones para ver si estos efectos pueden reproducirse en humanos. Si estos resultados iniciales se mantienen en las personas, algún día podrían ofrecer una forma de limitar algunos de los efectos nocivos de las afecciones autoinmunes.
