Contacto piel con piel mejora parámetros fisiológicos en recién nacidos
Estudio indica que aquellos neonatos nacidos por cesárea que tienen contacto de piel con sus padres inmediatamente después del nacimiento muestran mejores indicadores que los controles.
Separar a los infantes de sus padres después del nacimiento es una práctica común. Sin embargo, existe evidencia de que el contacto entre la madre y el bebé durante las primeras horas después del nacimiento aumenta la sensibilidad a las señales por parte de los niños, así como el vínculo afectivo y la satisfacción materna.
Se cree que este tipo de relación fomenta el vínculo con los hijos después de cesáreas. Una revisión sistemática Cochrane de los efectos del contacto de piel con piel temprano entre la madre y el bebé confirmó que los recién nacidos tienen una mayor estabilidad cardiorrespiratoria que los controles. Otro ensayo mostró que los bebés que tenían esté tipo de contacto presentan una temperatura corporal y de piel más altas que los que fueron envueltos en pañales o vestidos. Existen antecedentes de que los sustitutos paternos tienen tanto éxito como el cuidado en incubadora con respecto al efecto positivo en la temperatura corporal del bebé después de un nacimiento por cesárea y que en bebés sanos el contacto se asocia con un ajuste metabólico más rápido y niveles más altos de glucosa en la sangre que el cuidado convencional en cuna.
En base a los antecedentes que indican que el contacto piel con piel inmediatamente después de una cesárea promueve la comunicación e interacción entre padres e hijos, el equipo encabezado por Ana Ayala del Instituto Karolinska en Suecia comparó el efecto de tres modelos de cuidado y los parámetros fisiológicos en bebés de término después de una cesárea.
La hipótesis planteada por los investigadores indica que la saturación de oxígeno, la temperatura, ritmo cardíaco y la vigilia podrían utilizarse como medidas del bienestar de los recién nacidos que tuvieron contacto de piel o no con sus padres. Esta forma se comparó con ser atendido en los brazos de sus padres o colocados en una cuna.
Los neonatos que nacieron en un hospital público chileno en 2009-12 fueron asignados al azar a tres grupos: cuna, brazos del padre o contacto piel con piel con su padre. Fueron evaluados en intervalos de 15, 45 y 120 minutos después de la Cesárea. Se midieron parámetros fisiológicos y se evaluó su vigilia utilizando la Escala de Evaluación del Comportamiento Neonatal.
Se incluyeron 95 bebés (53% niñas) nacidos por cesárea a una edad gestacional media de 38,9 ± 0,9 semanas. Los ritmos cardíacos fueron significativamente más altos en el grupo con contacto piel con piel que los grupos en cunas o brazos de los padres, y mostraron una mayor estabilidad a lo largo del tiempo. La vigilia fue inicialmente más alta en el primer, pero no hubo diferencias significativas al final de la observación. No se observaron divergencias entre grupos en cuanto a la saturación de oxígeno periférico. El contacto no tuvo ningún impacto negativo en los bebés.
Los investigadores concluyeron que el grupo de contacto piel a piel muestra algunas ventajas sobre los grupos de cuna y brazos del padre cuando se trataba de establecer parámetros fisiológicos estables y en la vigilia.
