Cardiología
Bebidas azucaradas aumentan la insuficiencia cardíaca
La investigación mostró que hombres que consumían 2 o más raciones tenían una probabilidad superior al 23% de sufrir el trastorno, sin embargo se requieren de más estudios para determinar los mecanismos involucrados en tal interacción.
La ingesta de bebidas azucaradas se ha relacionado con cambios en la presión arterial, en concentraciones de insulina, glucosa y proteína C-reactiva, además del peso. Por otro lado, su ingesta moderada se ha vinculado a un aumento del riesgo de hipertensión, síndrome metabólico, diabetes, enfermedad coronaria y accidente cerebrovascular. Sin embargo ningún ensayo prospectivo ha investigado la correspondencia entre este hábito y la insuficiencia cardíaca (IC).
Especialistas del Instituto de Medicina Ambiental, en Estocolmo, Suecia, investigaron si el consumo de bebidas endulzadas se asocia con el riesgo de padecer insuficiencia cardíaca mediante un amplio estudio poblacional prospectivo en hombres. Para esto, se analizó una cohorte de base poblacional de 42.400 participantes, de 45 a 79 años de edad, con seguimiento desde 1998 a 2010. La ingesta se evaluó mediante la utilización de un cuestionario de frecuencia de alimentos. Las incidencias de IC se identificaron a través de la vinculación con el Registro Nacional de Pacientes Suecos y con el Registro de Causas de Muerte. Finalmente, se implementaron análisis de regresión de Cox para analizar la correspondencia entre los refrescos de este tipo y la IC.
Los resultados mostraron que durante un período de seguimiento medio de 11,7 años, se identificaron un total de 4.113 eventos de IC. Se observó una relación positiva entre el consumo y el peligro de sufrir la patología, luego de ajustar por otros factores de riesgo (p para la tendencia <0,001). Por otro lado, los hombres que ingerían dos o más porciones diarias tenían probabilidades significativamente mayores de desarrollar la condición (23%; IC del 95%: 1,12 - 1,35) en comparación con individuos no consumidores.
En conclusión, el hallazgo de que el consumo de bebidas azucaradas está relacionado a un mayor riesgo de insuficiencia cardíaca podría tener consecuencias en las estrategias para su prevención. Por otra parte, los posibles mecanismos biológicos que vinculan la ingesta con la patología necesitan ser estudiados cuidadosamente.
