Adiposidad central es mayor tras menopausia
Se ha demostrado que la grasa corporal aumenta en las mujeres que envejecen. Sin embargo, el grado en que el estado menopáusico media estos cambios sigue siendo incierto.
Dado que la acumulación central eleva el riesgo cardiovascular, estos resultados explicarían por qué en posmenopáusicas existe mayor mortalidad por ECV versus hombres de la misma edad.
El propósito de esta revisión fue determinar (1) cómo difiere la masa grasa en cantidad y distribución entre las mujeres premenopáusicas y posmenopáusicas, (2) determinar cómo la edad o el estado menopáusico modera las diferencias observadas, y (3) qué tipo de medida de masa grasa es la más adecuada para la detección de diferencias entre grupos.
Los estudios (publicados hasta mayo de 2018) se identificaron a través de PubMed para proporcionar las medidas de masa grasa en mujeres premenopáusicas y posmenopáusicas. Se incluyeron 201 estudios transversales, que otorgaron un tamaño de muestra combinado de 1.049.919 individuos y que consistió en 478.734 mujeres premenopáusicas y 571.185 posmenopáusicas. Además, se incluyeron 11 estudios longitudinales en el metaanálisis, que proporcionaron un tamaño de muestra combinado de 2.472 pacientes premenopáusicas al inicio del estudio y posmenopáusicas en el seguimiento.
Los hallazgos principales de esta revisión fueron que la masa grasa aumentó significativamente entre ambos grupos en la mayoría de las medidas, que incluyeron el índice de masa corporal (1,14 kg/m2; IC del 95%: 0,95 a 1,32 kg/m2), peso corporal (1 kg; IC del 95%: 0,44 a 1,57 kg) y el porcentaje de grasa corporal (2,88%; IC del 95%: 2,13 - 3,63%), circunferencia de cintura (4,63 cm; IC del 95%, 3,90 - 5,35 cm), circunferencia de la cadera (2.01 cm; IC del 95%, 1,36 - 2,65 cm), cociente de cintura y cadera (0,04; IC del 95%, 0,03 - 0,05), adiposidad visceral (26,90 cm2; IC del 95%, 13.12-40.68) y porcentaje de adiposidad troncal (5.49%; IC del 95%, 3,91 - 7,06 cm2). La excepción fue el porcentaje de grasa total de las piernas, que disminuyó significativamente (-3,19%; IC del 95%: -5,98 a -0,41%). No se observaron efectos interactivos entre el estado menopáusico y la edad en todas las medidas.
Finalmente, los autores de este metaanálisis concluyen que el cambio en la cantidad de masa grasa entre mujeres premenopáusicas y posmenopáusicas fue atribuible predominantemente al aumento de la edad. La menopausia no tuvo ninguna influencia adicional. Sin embargo, la disminución en el porcentaje de grasa total de las piernas y el aumento en las medidas de grasa central son indicativos de un posible cambio en la distribución adiposa después de la menopausia. Es probable que estas modificaciones se deban, al menos en parte, a las variaciones hormonales que ocurren durante la mediana edad, cuando las mujeres tienen una mayor proporción de andrógenos (es decir, testosterona), y estradiol después de la menopausia, lo que se ha relacionado con una mayor deposición de adiposidad central. Evidentemente, estos resultados sugieren que se debe prestar atención a la acumulación de adiposidad central después de la menopausia, mientras que los aumentos en la masa grasa total deben ser monitoreados consistentemente a lo largo de la vida.
