Medicina preventiva
La educación previene las patologías cardiovasculares
Muchas investigaciones han documentado que la educación está inversamente asociada a mortalidad y a una amplia gama de enfermedades. Su efecto sobre la patología cardiovascular y coronaria está entre la más constante y pronunciada. A pesar de la abundante evidencia que liga la educación y la salud, las causas por las cuales el nivel educativo influencia la salud aún no están bien comprendidas. La educación puede reducir el peligro de las enfermedades a través de factores que cambian su desarrollo, tal como el reconocimiento del síntoma, acceso al tratamiento, comportamiento de la patología, conocimiento de la salud y adhesión al tratamiento, además los médicos pueden tener diversas actitudes, reacciones y patrones de manejo en pacientes de distintos estratos socioeconómicos. Sin embargo, pocos estudios han examinado específicamente si la educación está asociada a la progresión del riesgo desde la edad adulta joven a la edad intermedia y si tal asociación, si existe, podría explicar la probable relación de la educación con algunas patologías.
Investigadores del Departamento de Medicina Preventiva de la Universidad Northwestern (Chicago, Estados Unidos), examinaron la asociación de la educación con el calcio arterial coronario (CAC), un indicador de la aterosclerosis subclínica, y factores de riesgo cardiovasculares, y sus cambios como potenciales mediadores. Se estudiaron 2913 participantes que fueron seguidos durante 15 años. La educación fue clasificada en 5 grupos, según los años de enseñanza terminados: menos de 12 (secundaria incompleta), 12 (secundaria completa), 13 a 15 (algunos años de universidad), 16 (graduado universitario), y más de 16 (con postgrado). Los autores usaron tomografía computarizada para medir cantidad de calcio en los vasos sanguíneos de los participantes.
El predominio total del CAC fue del 9.3%. Después de ajustar según edad, raza, y sexo, el riesgo para tener CAC era de 4.14 (IC del 95%, 2.33-7.35) para la educación con menos de 12 años, 1.89 (IC del 95%, 1.23-2.91) para la enseñanza secundaria, 1.47 (IC del 95%, 0.99-2.19) con algunos años de universidad, y 1.24 (IC del 95%, 0.84-1.85) para graduados universitarios en comparación con los participantes con más de 16 años de estudio (P < 0.001). Esto también coincidió con cada uno de los 4 grupos según sexo y raza. El ajuste para presión arterial sistólica, fumar, circunferencia de la cintura, actividad física y el colesterol total redujo el riesgo a 2.61 (IC del 95%, 1.40-4.85) para el grupo con menos años de estudios, 1.38 (IC del 95%, 0.88-2.17) para las personas con secundaria completa, 1.17 (IC del 95%, 0.78-1.77) para la universidad incompleta, y 1.13 (IC del 95%, 0.76-1.69) para universitarios titulados en comparación en el grupo de mayor educación (P = 0.01).
En conclusión, la educación estuvo inversamente asociada al predominio de CAC, una asociación explicada parcialmente por cambios basales de los factores de riesgo estudiados como mínimo durante 15 años.
Fuente bibliográfica
JAMA. 2006 Apr 19; 295(15):1793-800