El consumo moderado de vino o cerveza protege contra la infección por Helicobacter pylori
La gastritis causada por Helicobacter pylori es una de las infecciones bacterianas de mayor prevalencia en el ser humano. En edad adulta se sabe que ciertos hábitos relacionados con el estilo de vida podrían influir en su erradicación espontánea, no obstante la información disponible arroja datos poco consistentes.
El Bristol Helicobacter Project es un ensayo acerca del efecto de la erradicación de H. pylori sobre dispepsia, calidad de vida y utilización de los servicios de salud, realizado en una gran comunidad de Inglaterra. Precisamente a partir de este estudio, The American Journal of Gastroenterology publica un trabajo cuyo propósito fue determinar si el tabaco, el consumo de alcohol o la ingesta de café, tenían algún vínculo con la infección activa por Helicobacter pylori.
Para ello, los investigadores verificaron los hábitos tabáquicos o de ingesta alcohólica semanal y consumo diario de café en un total de 10.537 sujetos, en los cuales midieron además la presencia de Helicobacter pylori mediante test de urea marcada C13.
De acuerdo al informe, tanto el hábito de fumar como el consumo de café carecen de vínculo con la infección activa por Helicobacter pylori. Por su parte, el consumo total de alcohol se asoció con un pequeño, pero no estadísticamente significativo descenso en las tasas de infección. Sin embargo, luego de realizados los ajustes en base a las distintas variables en estudio, se comprobó que bebedores de 3-6 unidades de vino o cerveza a la semana, tenían un 11% menos de riesgo de infección, comparado con sujetos no bebedores. En el caso del vino, pero no de la cerveza, el riesgo disminuía un 6% adicional en personas con mayor ingesta.
En base a estos hallazgos los investigadores concluyen que el consumo mederado de vino o cerveza protege contra la infección por Helicobacter pylori, presumiblemente por un efecto facilitador de la erradicación del microorganismo.
Fuente bibliográfica
Alcohol y Helicobacter. Am J Gastroenterology. 2002; 97(11) 2750