Hepatología
Hígado graso aumenta mortalidad no hepática
Un hígado graso, que es una característica frecuente en los estados de resistencia a la insulina, puede llevar a enfermedad hepática crónica. Se ha hipotetizado que esta condición también es capaz de aumentar las tasas morbilidad y mortalidad de relación no hepática.
Cardiólogos de la Universidad de Milán, en Italia, determinaron si el índice de hígado graso (IHG), un marcador y algoritmo de validación derivado del nivel de triglicéridos, índice de masa corporal, circunferencia de la cintura, y el nivel de gamma-glutamil transferasa, se asocia con un determinado pronóstico. Se obtuvieron las tasas de mortalidad por todas las causas, por causas hepáticas, por enfermedad cardiovascular (ECV) y por cáncer para 2.074 caucásicos de mediana edad provenientes del ensayo de Cremona, un estudio poblacional que examinó la prevalencia de la diabetes mellitus en Italia.
Durante un período de observación de 15 años, se registraron 495 muertes: 34 con relación hepática, 221 por enfermedades cardiovasculares, 180 por cáncer y 60 atribuidas a otras causas. El IHG se asoció independientemente con las muertes hepáticas (riesgo = 1,04, IC del 95% = 1,02-1,05, p <0,0001). La edad, género, IHG, tabaquismo y la diabetes se ligaron de forma independiente con la mortalidad. La edad, género, IHG, presión arterial sistólica y el fibrinógeno se asociaron independientemente con la mortalidad por ECV, mientras tanto, la edad, género, IHG y el tabaquismo se relacionaron de forma independiente con la mortalidad por cáncer. El IHG se correlacionó con el modelo de homeostasis de resistencia a la insulina (HOMA-RI), un marcador de resistencia a la insulina (p de Spearman = 0,57, P <0,0001) y cuando el HOMA-RI se incluyó en el análisis multivariado, el IHG mantuvo su asociación con la mortalidad por causas hepáticas, pero no por cualquier causa, por enfermedades cardiovasculares o por mortalidad por cáncer.
En conclusión, el índice de hígado graso se ligó independientemente con la mortalidad hepática. También se relacionó con la mortalidad por cualquier causa, por enfermedades cardiovasculares y cáncer. Estas asociaciones parecen estar estrechamente interconectadas con el riesgo que confiere el estado de la resistencia a la insulina.
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