Oftalmología
Alteración génica desarrolla la distrofia corneal de Fuchs
La distrofia corneal de Fuchs (DCF) es una causa importante de trasplantes de córnea y afecta al 5% de las personas en los Estados Unidos que están sobre los 40 años de edad. Clínicamente, los depósitos visibles se denominan gotas, que se desarrollan en el endotelio corneal de estos pacientes. Al microscopio, se observa pérdida de células endoteliales y el depósito de una matriz extracelular anormal. En la enfermedad avanzada, la córnea se hincha y se vuelve turbia porque las células endoteliales restantes no son suficientes para mantener la estructura deshidratada y clara. Aunque se ha identificado una rara variación genética que contribuye tanto al inicio temprano como a formas de aparición tardía, no se han reportado variantes con una presencia más frecuente.
Keith H. Baratz y colaboradores (Departamentos de Oftalmología y Estadística e Informática Biomédica de la Clínica Mayo, Rochester, Estados Unidos) realizaron un estudio de asociación genómica, para luego replicar las observaciones más importantes en un segundo grupo, independiente de los sujetos.
Alelos en el gen del factor de transcripción 4 (TCF4), que codifican para un miembro de la familia de la proteína E (E2-2), se asociaron con la distrofia corneal de Fuchs (P = 2,3 × 10-26). La relación aumentó las probabilidad de padecer DCF por un factor de 30 en personas con dos copias de las variantes de la enfermedad (homocigotos) y discriminó entre los casos y controles con una precisión de alrededor del 76%. Por lo menos dos regiones del locus TCF4 se asociaron independientemente con la DCF. Los alelos del gen codificantes para la proteína tirosina fosfatasa receptor tipo G (PTPRG) se asociaron con la DCF (P = 4,0 × 10-7), pero no alcanzó significación genómica.
Se concluye que una variación genética en TCF4 permite el desarrollo de la distrofia corneal de Fuchs.
