Epidemiología
Menos tiempo de sueño en los niños eleva el IMC y el peso
La obesidad infantil se ha convertido en un importante problema de salud pública. Durante los 3 últimos decenios, la tasa de obesidad infantil se ha triplicado en los niños de 6 a 11 años; y actualmente, el 17% de los adolescentes norteamericanos tiene sobrepeso u obesidad. La condición se asocia con diversos problemas de salud física, psicosociales y de comportamiento a corto y largo plazo. Se sabe que múltiples factores psicosociales, de estilos de vida, nutricionales y familiares o genéticos están ligados a la obesidad infantil. Asociado a lo anterior, recientes estudios epidemiológicos y de laboratorio sugieren que la duración del sueño puede ser uno de los factores de riesgo que alteren el balance de energía contribuyendo a la expansión de la obesidad en la sociedad moderna.
Docentes de la Escuela de Medicina de la Universidad de Pittsburgh en Pennsylvania, Estados Unidos, analizaron las etapas específicas del sueño, incluido el movimiento ocular rápido (REM, por sus siglas en inglés) del sueño y las etapas 1 a 4 del sueño no-REM, en relación con el sobrepeso en niños y adolescentes. Un total de 335 niños, niñas y adolescentes (55,2% hombres; entre 7-17 años) se sometieron durante 3 noches consecutivas a polisomnografía y a evaluaciones de peso y altura. Las principales medidas de resultado fueron el puntaje z del índice de masa corporal y el peso (normal, en riesgo de sobrepeso, sobrepeso), según percentil de índice de masa corporal para edad y sexo.
El puntaje z del índice de masa corporal se relacionó significativamente con el tiempo total de sueño (beta = -0,174), la eficiencia del sueño (beta = -0,027) y la densidad REM (beta = -0,256). Comparado con los niños de peso normal, los con sobrepeso dormían alrededor de 22 minutos menos y tenían menor eficiencia del sueño, sueño REM más corto y una menor actividad y densidad REM, acompañado con latencias más prolongadas para el primer período REM. Después de ajustar para demografía, pubertad y diagnóstico psiquiátrico, 1 hora menos de sueño total se asoció con una probabilidad 2 veces mayor de sobrepeso (riesgo = 1,85), 1 hora menos de sueño REM se asoció con alrededor de 3 veces más de probabilidad (2.91), y la actividad y densidad REM por debajo de la media aumentó las probabilidades de exceso de peso 2 veces más (riesgo = 2.18) y 3 veces más (riesgo = 3,32), respectivamente.
En conclusión, estos resultados confirman anteriores observaciones epidemiológicas que un corto tiempo de sueño se relaciona con el sobrepeso en niños y adolescentes. Un aspecto básico de la asociación podría atribuirse a la disminución del sueño REM. Se necesitan más estudios para investigar los posibles mecanismos que sustentan la relación entre disminución del sueño REM y los cambios metabólicos y endocrinos que puedan contribuir a la obesidad.
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