Psiquiatría
Las horas de trabajo afectan al tiempo dedicado al sueño
Se ha determinado que las alteraciones del sueño están asociadas a mayores riesgos de mortalidad y de morbilidad o a enfermedades que promueven factores de riesgo. El primer informe apareció hace más de 40 años, y el número de estudios ha aumentado fuertemente desde el 2000. Sin embargo, 2 factores complican la interpretación de la asociación observada entre el tiempo de sueño y estos aspectos epidemiológicos. Primero, es imposible establecer una relación causal entre su duración y la mortalidad y morbilidad solamente en base a estudios de observación. El sueño es una de las necesidades básicas del ser humano que suele estar afectado por numerosos factores: los estilos de vida, los socioeconómicos y de salud. Por lo tanto, es muy probable que la causalidad fluya en ambas direcciones. En segundo lugar, numerosos elementos pueden estar relacionados tanto con el tiempo habitual de sueño como con la morbilidad o la mortalidad, lo que potencialmente podría confundir su asociación. Los factores que se ajustan estadísticamente en las investigaciones suelen ser las características demográficas (edad, género, raza, educación y estado civil), comportamientos de salud (fumar, nivel de ejercicios y dietas) y condiciones previas (IMC, historia de enfermedad cardíaca, diabetes e hipertensión).
Mathias Basner y colaboradores de la Universidad de Pensilvania en Filadelfia (Estados Unidos), evaluaron el impacto de las horas de trabajo sobre el sueño a través de un estudio transversal realizado con datos de 47.731 personas mayores de 14 años y que previamente habían respondido una encuesta telefónica sobre el uso del tiempo.
El modelo de regresión lineal múltiple demostró que la relación recíproca más fuerte con el sueño se daba con el tiempo dedicado al trabajo, seguido por el tiempo de los desplazamientos laborales. Además, los que dormían menos de 7.5 horas pasaban más tiempo en actividades sociales, de relajación y recreativas, mientras que los que dormían menos de 5.5 y más de 8.5 horas dedicaban más tiempo a la televisión. La edad y el género también demostraron afectar el intercambiado de horas de sueño por actividades de trabajo. Las personas que tenían entre 45 y 54 años tendían a trabajar más y dormir menos.
En conclusión, el tiempo dedicado particularmente al trabajo, y en general a los viajes, a las actividades sociales, a la relajación y al ocio, son las principales acciones que se relacionan y afectan al sueño. Estas actividades pueden confundir la asociación frecuentemente observada entre el dormir poco o mucho con la morbilidad y mortalidad, debiendo ser controladas en los futuros estudios.
Fuente bibliográfica
Sleep, Vol. 30, No. 9, 2007
