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Se denominan varices a la dilatación, elongación y tortuosidad de las venas que se encuentran en el miembro inferior y que se ven como unas salientes o como unos gusanos que se aparecen a nivel de las piernas en forma longitudinal y vertical en todas las áreas. El doctor Víctor Canata, flebólogo del Hospital de Clínicas de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Asunción (UNA), comentó que va en aumento el número de atenciones por várices en consultorio. 

La mayoría de los casos se debe a infecciones, refirió que el 30 por ciento de los pacientes atendidos diariamente en consultorio de flebología presentan infección en las várices, siendo los otros casos atendidos por úlcera varicosa. Esta última es una herida a nivel de los miembros inferiores que se ubica por delante del talón o fuera, o en la parte más distal de la vena que se produce por la falta de circulación en esa área. Es una lesión que se vuelve crónica, produce mucho dolor y cada vez se va agrietando más. Es clave consultar a tiempo para que el cuadro no se agrave.

El especialista manifestó que en Paraguay se tiene una gran casuística de várices debido a la temperatura, el calor, la multiparidad y el aspecto hereditario, que son los factores de riesgo más importantes. Sobre las personas que están más predispuestas a padecer de várices, indicó que aquellas que desempeñan labores que requieran estar mucho tiempo de pie, como los mozos, los que están mucho tiempo expuestos a las fuentes de calor como los parrilleros, las cocineras, y todas aquellas personas que tengan el factor genético.

“Las pacientes llegan a consultorio con una pequeña venita que salta a nivel de la pierna, de la rodilla, o a nivel del muslo, que le impide a esa persona utilizar una mini o short que quiera vestir en algún momento especial”, sostuvo. En tanto, los varones acuden tardíamente, primero porque son más descuidados en relación a su salud. Generalmente dejan que la vena se dilate, además del “elemento vello” que les sirve de camuflaje. “El hombre tiene vellos corporales por toda la pierna, entonces la vena no se ve y las arañitas no se notan porque el vello hace de camuflaje. Nadie se fija y cuando el paciente se percata de eso resulta que la vena ya es gruesa, dilatada, que ha producido ya algún tipo de inconveniente, llegando a generar úlceras”.

Indicó que en la actualidad se está cambiando el paradigma en cuanto al tratamiento de várices. “Ya las comenzamos a tratar con venotónicos, es decir, elementos con medias o elementos naturales, sumados al cambio en el estilo de vida. La idea es que esa válvula que no está funcionando pueda restablecerse lo más pronto posible. Si eso no ocurre pasamos a la segunda etapa, que sería un tratamiento intervencionista, que va directo a la eliminación de la várice”. En cuanto a esto último, también se han producido cambios en el abordaje quirúrgico. “Ahora estamos más abocados a la realización de cirugías, con heridas cada vez más pequeñas o tratamos de eliminar las várices de la forma menos invasiva posible”, expresó.

En ese sentido, una de las terapias en boga son las realizadas con láser, una luz física que tiene la posibilidad de foto coagular la vena al atravesar la pierna y de alguna forma eliminarla por la proyección de un haz de luz que tiene una sensibilidad especial al cromóforo o al glóbulo rojo, es decir ataca solamente en el lugar en donde hay sangre para eliminarla, desapareciendo así la várice sin ningún inconveniente y de la manera más rápida posible. “En eso estamos encaminados ahora en el Hospital de Clínicas, para que el paciente se recupere lo más pronto posible, sin ningún tipo de efecto colateral y que pueda regresar rápidamente a sus actividades o reintegrarse nuevamente al trabajo”.

Explicó que en este momento están queriendo gerenciar un dispositivo láser para así poder contar con el equipo en el Hospital de Clínicas lo más pronto posible. Adelantó que se encuentran trabajando en un proyecto de postgrado para la especialidad de flebología y así tener residentes y médicos especialistas con capacidad y un nivel de entrenamiento elevadamente aceptable para un buen ejercicio de la medicina.