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capítulo 2: Semiología

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tímpano sugiere trauma encefálico. Hemos visto todo tipo de cuerpos extraños en el oído externo:

semillas, artefactos metálicos, trozos de algodón, plástico, etc. En época de verano es frecuente

el compromiso muy doloroso del oído externo en habitúes de piscina, observándose la así lla-

mada

“otitis del nadador”

. Finalmente es conveniente no confiar plenamente en las emisiones

otoacústicas, estando siempre atento a la sospecha de sordera, sobre todo si hay antecedentes

familiares. Una prueba sencilla para ello es la habilidad del lactante para seguir el compás de la

música de la radio. La otorragia o pérdida de LCR por el conducto auditivo en un traumatismo es

sugerente de fractura de base de cráneo.

Nariz

El examen del apéndice nasal es tan importante como otros órganos de la cabeza y cara. Tan

trascendente es, que en mi experiencia como neonatólogo, la intervención oportuna de algún

niño con atresia ósea o membranosa de coanas permitió salvarle la vida, con la simple instalación

de una cánula de mayo (el RN no sabe respirar por la boca y su lengua se desliza hacia atrás

obstruyendo la vía aérea superior). También en el período neonatal puede permitir saber si la

intubación orotraqueal está correcta, con la simple aplicación de una delgada tórula de algodón

en las fosas nasales. Del mismo modo, la auscultación con el fonendoscopio del ruido nasal al

respirar permite evaluar la permeabilidad de las fosas, o el pasaje del aire por una fosa mientras

la otra está tapada. Una secreción purulenta abundante en el período neonatal es sugerente de

sífilis congénita. La morfología de la nariz suele verse alterada en algunas enfermedades gené-

ticas, siendo particularmente respingada en el síndrome de Prader Willy y Angelman (narinas

antevertidas) y también en el espectro fetal por alcohol. En el lactante y niño mayor, la secreción

sanguinolenta nasal es sugerente de sífilis o cuerpo extraño (aunque hace algunos años también

de difteria), siendo la secreción de particular mal olor e incluso fétida en el cuerpo extraño. Los

pólipos endonasales pueden sugerir fibrosis quística o rinitis alérgica crónica. Al igual que en el

oído, la rinorrea serosa o sanguinolenta en un traumatismo cráneo-encefálico induce a pensar en

pérdida de LCR. Ocasionalmente puede observarse sangrado nasal muy abundante en anomalías

vasculares (hemangiomas), aunque el pediatra tiende a responsabilizar inicialmente al antro de

Kiesselbach o algún trastorno de la coagulación. Hemos observado sangrado masivo con estado

de

shock

hipovolémico en algunos hemangiomas de la nariz. Especial precaución debe tenerse

en los traumatismos que comprometen la nariz, especialmente por sangrado nasal importante o

sospecha de fractura de huesos propios.

Boca y faringe

Órganos igualmente importantes desde el punto de vista semiológico. Si bien el desarrollo

intrauterino de los dientes comienza a partir del 2° mes de gestación, habitualmente a partir del

6° mes de vida se inicia el proceso fisiológico de erupción de los 20 dientes primarios con posterior

erupción de los 32 dientes permanentes en la etapa escolar, desde los 5 años en el varón y 5,5

años en la niña. Con frecuencia se confunden quistes de retención salival (nódulos de Bhon) en

las encías con erupción dentaria, dado su color blanquecino. Con mayor frecuencia se observan

quistes blanquecinos en la línea media del borde posterior del paladar duro (perlas de Epstein),

ambos desaparecen.

En el período neonatal puede examinarse la boca del RN con el dedo del examinador, ob-

servando el reflejo de succión. Es importante apreciar el tamaño de la mandíbula inferior, para

pesquisar anomalía de Robin (menor tamaño de la mandíbula, paladar y macroglosia relativa), que

puede formar parte de un trastorno genético. La presencia de labio hendido uni o bilateral obliga

a evaluar acuciosamente el paladar, en busca de hendiduras que a veces son casi microscópicas

e incluyendo la úvula que puede ser bífida. Puede observarse una variante normal consistente en

un pliegue mucoso prominente que conecta la línea media interna del labio superior con la parte

posterior de la encía superior, dejando una escotadura que a veces es de mayor tamaño. Puede

observarse una película o membrana blanquecina en la mucosa geniana, cuya base a veces está

levemente eritematosa, es la estomatitis por

cándida albicans

o muguet. Se observaba con mayor

frecuencia cuando el uso de antibióticos era más habitual en el RN. En el hipotiroidismo y síndro-

me de Down puede apreciarse una macroglosia relativa (más bien la cavidad bucal es más peque-