

GUÍAS DE PRÁCTICA CLÍNICA EN PEDIATRÍA
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el pediatra debe tener presente otras causas como el debut de una diabetes mellitus (lo primero
que debe sospechar), enfermedades oncológicas, infecciones de curso crónico como VIH y TBC,
conectivopatías (tipo lupus eritematoso diseminado) e incluso diabetes insípida central o periférica,
hipertiroidismo y trastorno de conducta alimentaria. Lo habitual en el debut de la diabetes mellitus
era una importante pérdida de peso, sin embargo, con la mayor y más precoz sospecha este signo
semiológico hoy es menos frecuente. El síndrome de emaciación definido como una pérdida de
peso superior al 10% en un período de 30 días puede ser sospechado antes, sobre todo frente a
un descenso de peso sin causa aparente.
Examen físico por aparatos y sistemas
Piel y faneras
Las características de la piel también varían de acuerdo al período etario del niño. En el período
de
RN
, pueden aparecer diversas alteraciones de la piel, algunas de ellas transitorias y dependien-
tes de variables ambientales como la temperatura. Es frecuente observar trastornos transitorios en
el color de la piel como palidez y cianosis, alteraciones de la microcirculación (cutis marmorata o
livedo reticularis). Sin embargo, en algunos trastornos genéticos puede observarse precozmente
alteraciones permanentes y progresivas de la irrigación cutánea, destacando entre otras las mal-
formaciones vasculares que acompañan a diversas alteraciones genéticas y cromosómicas como
síndrome de Down, síndrome de Klippel Trenaunay Weber (que unió a los síndromes de Klippel
Trenaunay y Parkes Weber en una sola entidad).
La dermis del RN tiene inmadurez de sus desmosomas o puentes intercelulares, por lo cual
reaccionan con manifestaciones de pénfigo frente a distintas agresiones particularmente la sífi-
lis. El peridermo es una capa superficial de la epidermis con propiedades de absorción que en
condiciones normales descama antes del nacimiento. Se observa persistencia del peridermo en la
descamación laminar del RN (bebé colodión) y en algunas formas de ictiosis congénita, que puede
tener compromiso neurológico. Las glándulas sebáceas, cuya secreción contribuye a la formación
del vérnix caseoso, se activan en los últimos meses del embarazo, teniendo escasa actividad des-
pués del nacimiento y reactivándose en la pubertad. Las características de la piel del RN son un
elemento clínico importante en la determinación de la edad gestacional. La acrocianosis suele ser
común en el período neonatal, especialmente con los cambios de ambiente térmico, igualmente
la aparición de manchas en la piel en un patrón entramado. Excepcionalmente puede observarse
cambio de la coloración en un hemicuerpo (bebé arlequín), presumiblemente por inestabilidad va-
somotora transitoria. El médico neonatólogo debe estar atento a coloración cianótica generalizada
de la piel, debiendo sospechar depresión neonatal, enfermedad pulmonar primaria, cardiopatía
congénita, sepsis o hipoglicemia. Puede observarse edema de carpo o tarso, que debe hacer sos-
pechar un síndrome de Turner. Otra manifestación de compromiso cutáneo, aunque infrecuente
es la presencia de lesiones dérmicas hiperpigmentadas observadas en las niñas con incontinencia
pigmenti, cuyas alteraciones siguen las líneas de Blaschko o de migración celular embrionaria (la
incontinencia pigmenti es incompatible con la sobrevida en el varón).
La ictericia, es otra manifestación de cambio de coloración que se inicia en la cara y es evidente
a partir de niveles de bilirrubina sérica de 5 mg/dl, suele observarse en el 50% de los RN. Los RN
de ancestro asiático, griego e indígena tienden a niveles algo superiores de bilirrubina que los de
ascendencia caucásica, sin embargo, esta diferencia no supera los 2 mg y tiene escasa trascenden-
cia clínica. Es de gran utilidad la evaluación de la progresión cefalocaudal de la ictericia, requirien-
do siempre de una determinación de niveles cuando hay compromiso palmoplantar, o
siempre
de una determinación con % de bilirrubina directa, si el niño es mayor de 15 días
.
En los niños de ascendencia caucásica suele observarse angiomas planos en línea media.
En casi todos los niños se observa en la región occipital inferior (nuca) un angioma que se ha
dado en llamar “la picada de la cigüeña”, se observa con menor frecuencia en nuestra raza
iberoamericana. Lo que sí se observa en nuestra población es la mal llamada “mancha mon-
gólica”, que también se ha identificado como marcador genómico y que muchas veces en los
países nórdicos se ha interpretado e incluso estudiado como “hematoma”. Denominación que
ha tenido resistencia aunque su origen tiene que ver con la región de la Mongolia. Se considera