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capítulo 2: Semiología

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planteamientos, si se busca con acuciosidad aparecerán otros elementos del examen clínico que

pueden ser fundamentales: En la alergia alimentaria el estado general está conservado, no así

en la sepsis y enterocolitis necrosante. En el lactante nos llamará la atención un niño con dolor

abdominal (invaginación intestinal) o intensa palidez (síndrome hemolítico urémico). En el escolar

lo más probable es que haya tenido otros episodios previos que fueron diagnosticados como

infección por agente enteroinvasor. El antecedente epidemiológico de riesgo sanitario (extrema

pobreza, inmigrantes de riesgo), puede permitir la sospecha de enfermedades infecciosas (TBC,

VIH, malaria), parasitosis (amebiosis, giardiosis), enfermedades del glóbulo rojo (anemia de células

falciformes, talasemia).

Cada historia clínica es un desafío para el médico y todos los antecedentes que puedan reca-

barse pueden ser cruciales para llegar al mejor diagnóstico posible.

Examen físico

La evaluación clínica de un niño debe ser en un ambiente físico adecuado, que tenga privaci-

dad y comodidad para el niño y sus padres. En lo posible completamente desvestido en los recién

nacidos y lactantes (en quienes debe aprovecharse incluso el llanto como elemento semiológico

importante), tratando que el examen se extienda solo el tiempo necesario. En los niños mayores,

desde la etapa prepuberal debe respetarse el pudor del escolar, aceptando muchas veces que no

se sacará toda su vestimenta. Cuando corresponda el examen de la zona que genere pudor (ge-

nitales, región mamaria), se sugiere solicitar a la madre que colabore en el retiro de la vestimenta,

examinar con recato y siempre en presencia de uno o ambos padres.

El examen físico de un recién nacido (RN), lactante o un niño por matrona, enfermera o médi-

co, puede permitir varios objetivos simultáneos. En muchos lugares del país, suele suceder que el

primer examen de control del RN es efectuado por la matrona (control de diada en área pública),

profesional en Chile capacitado para dicho examen. Del mismo modo en los consultorios públicos

hay controles que son efectuados por enfermera, cuyo entrenamiento y capacitación es de muy

buen nivel, refiriendo a control médico en caso de duda. Sin embargo, el examen clínico del RN,

lactante o niño mayor debe ser de responsabilidad médica cuando debe efectuarse un diagnóstico

que vaya más allá de la somatometría y apreciación del estado nutritivo.

Si bien en el período neonatal la entrevista se realiza fundamentalmente con los padres, a

medida que el niño aumenta en edad, la relación del médico debe ser más cercana y amable con

el infante, especialmente en el período de escolar, pubertad y adolescencia.

Suele ser frecuente que en el primer examen ambulatorio de un RN, aparezcan detalles clínicos

que no habían sido percibidos previamente. Fractura de clavícula, soplos cardíacos de intensidad

variable, hendiduras palatinas pequeñas, frenillos labiales aberrantes, polidactilia en ortejos y

frustra en los dedos de la mano, manchas café con leche, fosetas preauriculares, foseta pilonidal,

hipospadia, epispadia, ambigüedad sexual, macrogenitosomía e hiperpigmentación de genitales,

zona parda y areolas mamarias. Si bien algunos de estos signos clínicos son de baja trascendencia

clínica, hay otros que pueden tener profundo significado como la pesquisa de malformaciones

congénitas, sospecha de genopatía, cardiopatías complejas, o sospecha de ambigüedad sexual en

la niña y macrogenitosomía en el varón (hiperplasia suprarrenal virilizante por falla de la 21 hidroxi-

lasa). De ahí la trascendencia que pudiera tener este primer control ambulatorio posalta neonatal.

El médico debe estar alerta a las posibles preocupaciones de los padres y la familia y orientar

el examen clínico para aclarar posibles dudas y temores que contribuyan al mejor diagnóstico o

calmar la ansiedad de los padres.

De este modo, terminado el examen general y las mediciones correspondientes, el examen

clínico debe orientarse a apreciaciones específicas, que van a depender en gran parte de la edad

y sexo del niño. El período de RN, lactante, primera infancia, infancia tardía y adolescencia tiene

particularidades que deben ser consideradas. Además, de la atención inmediata del RN, debe

considerarse nuevas evaluaciones, corroborando su normalidad o encontrando anomalías que

no habían sido pesquisadas, hasta su alta de clínica u hospital. En el primer trimestre de la vida

posnatal, debe enfatizarse en la aparición de nuevas manifestaciones formando parte de un

proceso de evolución y desarrollo. Hoy se le da particular importancia a la capacidad del niño