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HIPERTENSIÓN / 2017 / VOL. 22

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Ha existido debate acerca de cuál es el blanco primario en el tronco encéfalo que media

la acción simpático-inhibitoria de los simpaticolíticos centrales. Siempre se ha pensado que el

blanco primario está constituido por los receptores alfa-2 adrenérgicos. Sin embargo, también

se ha propuesto que la activación del receptor imidazolino I1 en el área rostro lateral del tronco

encefálico es igualmente responsable de la inhibición simpática central de la Clonidina, esto es más

claro para explicar la acción de la moxonidina, otro agente antihipertensivo simpaticolítico central.

Tal vez se pueda considerar que la clonidina es un agonista mixto alfa 2A / I1, siendo posible que

tanto los receptores alfa-2 adrenérgicos y los receptores imidazolino I1 cooperen sinérgicamente

en la regulación del tono vasomotor, y juntos medien la acción hipotensora de la clonidina.

Más allá de cuales sean los receptores responsables o predominantes del mecanismo

íntimo de la acción, el efecto final que se logra es una disminución balanceada de la resistencia

vascular periférica con descenso de las presiones arteriales sistólica y diastólica. Tanto el débito

cardiaco como el flujo sanguíneo renal no se ven significativamente afectados, y la actividad de

renina plasmática se ve reducida.

Farmacocinética

Desde el punto de vista farmacocinético la clonidina tiene una absorción cercana al

100%, inicia su efecto relativamente rápido a los 15 a 30 minutos y alcanza su concentración

plasmática máxima entre 1 a 3 horas de la administración oral. Su unión a proteínas es de 20 a

40%, y su semivida de eliminación es 6 a 24 horas con un promedio de 12 horas. Para ejercer

su acción antihipertensiva necesita atravesar la barrera hematoencefálica y, dada su distribución

en el sistema nervioso central, su volumen de distribución es elevado alcanzando del orden de 2

litros por kilogramo. La clonidina no requiere conversión metabólica, actuando directamente como

molécula intacta.

Dosificación

La dosificación habitual es 0,1 a 0,2 mg dos veces al día, con una dosis máxima recomendada

de hasta 2,4 mg diario. En el paciente geriátrico se recomienda iniciar 0,1 mg al acostarse con

incrementos progresivos según se necesite. En insuficiencia hepática no se requieren ajustes de

dosis. En insuficiencia renal se debe ajustar moderadamente la dosis, aunque no existe un esquema

específico recomendado, dado que la semivida de eliminación de la droga se prolonga. En falla

renal severa se sugiere comenzar con dosis bajas y realizar un monitoreo cercano.

En Chile sólo existe en comprimidos de 0,1 mg. En otros lugares está disponible para uso

endovenoso, transdérmico y epidural.

Efectos colaterales

Los efectos colaterales relativamente más comunes de la clonidina son bradicardia,

sedación, somnolencia, fatiga, cefalea, mareo, sequedad bucal, dolor abdominal, estreñimiento y

disfunción eréctil.

La sequedad bucal, característica de este fármaco, se debe a la activación a nivel de las

glándulas salivales de los receptores alfa-2 adrenérgicos.

Embarazo y lactancia

En el embarazo su empleo se registra en categoría C, vale decir no se excluyen eventuales

riesgos y sólo debe emplearse si los beneficios justifican un potencial riesgo fetal. Igual precaución

tiene su uso en el periodo de lactancia.

Usos clínicos

Respecto de su eficacia clínica, la clonidina se compara favorablemente con aquellos

antihipertensivos llamados de primera línea. Sin embargo, su empleo más habitual es como