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HIPERTENSION / 2013 / VOL. 18

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Manejo postparto - Lactancia

En el puerperio inmediato se pueden tolerar cifras tensionales que durante el embarazo

pondrían en riesgo al feto. Así, presiones diastólicas menores de 110 mm Hg no requieren

tratamiento si la paciente presenta una adecuada compensación cardiovascular. La restricción de

sal puede ser la única medida necesaria para reducir las cifras tensionales.

(10,21)

Existen pocas comunicaciones sobre el uso de diferentes antihipertensivos en la madre que

amamanta. Los betabloqueadores con baja unión a proteínas tienen una mayor excreción en la leche

(atenolol, metoprolol), mientras que los con alta unión (propranolol) presentan escasa difusión.

La metildopa tiene excreción limitada y no se han reportado efectos adversos en el recién nacido.

Enalapril tiene una tasa de excreción mínima, por lo que algunos grupos lo consideran seguro en

la lactancia; a otros les preocupa su efecto sobre el desarrollo renal que se completa a los 2 años

de vida. Frente a estas discrepancias vale la pena dejarlo para mujeres que no han respondido a

otros hipotensores. Se requiere especial cautela con los diuréticos, ya que reducen la producción

de leche, son excretados en la leche materna y pueden producir alteraciones hidroelectrolíticas

en el recién nacido. La limitada experiencia con antagonistas de calcio ha demostrado excreciones

mínimas para nitrendipino y nimodipino (Tabla Nº3).

Control materno alejado

Toda mujer que ha presentado un embarazo hipertensivo debe ser sometida a control de

la presión arterial en el control puerperal. En el caso de la hipertensa crónica debe ser referida para

estudio etiológico y estricto tratamiento no farmacológico y medicamentoso. Es importante en el

manejo postparto analizar las posibilidades de nuevos embarazos y de anticoncepción. También

se hace necesario considerar que si a la hipertensión crónica se agrega preeclampsia esta última

per se acentúa el riesgo cardiovascular

(22,23,24)

.

El obstetra tiene la ventaja de que la mujer embarazada está altamente motivada para

concurrir a sus controles, por lo que debe tener presente su responsabilidad en la detección de

hipertensión arterial. Por otra parte, detectar una hipertensión arterial crónica en su etapa inicial

facilita su manejo e impide la instalación de complicaciones.

Conceptos destacados

• El riesgo materno y fetal de una hipertensión crónica en el embarazo es significativamente peor

que el de mujeres normotensas, independientemente de si a la hipertensión crónica se agrega o no

preeclampsia. La preeclampsia sobreagregada adiciona una placentación defectuosa y la disfunción

endotelial secundaria, por lo que es clave solicitar periódicamente exámenes indicadores.

• La situación ideal es corregir preconcepcionalmente en la hipertensa crónica factores que

aumentan su riesgo de preeclampsia, como sobrepeso, obesidad, hiperlipidemia, resistencia a la

insulina, infecciones de bajo grado como las odontológicas y sedentarismo.

• La hipertensa crónica embarazada requiere que obstetra e internista mantengan un diálogo

permanente.