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el trato al nivel profesional. También está el

intercambio de regalos inapropiados o más allá

de un cierto monto, que deben ser delicadamente

rechazados. También se advierte al paciente de

“banderas rojas”. Si el médico lo invita a tomarse

un café, debe preguntarle cual es el objetivo

de esa invitación y de acuerdo a la respuesta

debe aceptar o no. También es una advertencia

cuando el médico otorga un trato especial a

su paciente, como atenderlo fuera del horario

habitual de consulta o dar mayor tiempo a la

entrevista, sin que esto esté justificado por su

condición clínica. Reconocer el riesgo de estas

conductas, permite hacer una pronta rectificación

y llevar nuevamente el trato y la relación a lo

estrictamente adecuado.

Una clara violación de los límites de la relación

lo constituye el concertar encuentros con el

paciente fuera del espacio físico de la consulta,

compartir deliberadamente actividades recreativas

de diversa naturaleza o contraer préstamos

de dinero.

Un extremo inaceptable de violación del límite

de lo profesional para el médico es involucrarse

sexualmente con un paciente actual, incluso

si es este último quien inicia o consiente

voluntariamente el contacto. Lamentablemente,

estos hechos no constituyen una extrema rareza,

y siempre significan un grave daño para el

enfermo. Los asuntos de dependencia, confianza y

transferencia, así como la desigualdad del poder,

conducen a una mayor vulnerabilidad por parte

del paciente y requieren que el médico no entable

relación sentimental alguna con ellos.

También la relación sexual entre médicos y

ex-pacientes debe ser motivo de rechazo. El

impacto de la relación médico-paciente podría

valorarse de manera muy diferente por las

partes, y cualquiera de ellas podría subestimar

la influencia de la relación profesional que

existió. Muchos ex-pacientes continúan sintiendo

dependencia y transferencia en relación con sus

médicos durante mucho tiempo después de

que terminó la relación profesional. La intensa

confianza que a menudo se establece entre el

médico y el paciente puede magnificar la

vulnerabilidad del paciente en una relación

sentimental subsiguiente. Una relación de esta

naturaleza con un ex-paciente no es aceptable,

ya que es inevitable que influya la confianza,

el conocimiento, las emociones o la influencia

derivada de la relación profesional anterior.

En el caso de la pediatría, estas observaciones

deben ser consideradas válidas con respecto

a la relación del médico con los padres

del menor.

CONCLUSIONES

La relación entre el médico y su paciente tiene

un rolmuy importante en la práctica de la medicina,

y es esencial para una asistencia médica de alta

calidad.

Para lograr el mayor beneficio y evitar

equivocaciones, esta relación debe ser mantenida

dentro de los límites estrictamente profesionales.

Esto no significa que la relación tenga que ser fría

y distante. Todo lo contrario, debe ser próxima y

empática para que el paciente considere que ha

sido bien atendido, pero dentro de ciertos límites

que han sido bien definidos.

La mantención de los límites de la relación del

Octubre

2013.

Volumen

12

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N

°

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