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El ser humano es un ser eminentemente social.
Necesita de la relación con los demás para su
desarrollo y seguridad. En nuestra profesión,
además de la relación médico-paciente, que es
una característica central en el trabajo del médico,
también es necesario considerar la relación
docente-alumno, jefe-subordinado, entre colegas,
con otros profesionales, etc. Todas estas relaciones
son necesarias y pueden ser gratas y exitosas,
pero también pueden generar conflictos, con
desenlaces no esperados.
Es inevitable en el marco de la actividad clínica
la aparición de pensamientos o tendencias de
diversa índole (atracción o rechazo) en la relación
del médico con sus pacientes. Por ello, debemos
estar conscientes de que debido a la existencia
de las emociones todos estamos en riesgo de que
la relación se aparte de lo que es útil y efectivo, y
por lo tanto debemos estar debidamente atentos
a esa posibilidad para prevenir sus desviaciones. El
psicólogo norteamericano William James hacía ver
que las emociones se originan independientemente
desde el cuerpo, y sólo después se convierten en
pensamientos conscientes. Por lo tanto, resulta
difícil impedir que ciertos pensamientos o
emociones se produzcan, pero está dentro de la
voluntad del médico evitar que ellos se traduzcan
en acciones que pueden entorpecer la relación
con los pacientes. Para impedir la presentación
de hechos éticamente inaceptables es necesario
respetar aquellos límites que han sido bien
definidos en estas relaciones, los que deben
ser conocidos y tomados en cuenta en toda
circunstancia.
LOS PACIENTES NO DEBEN SER AL MISMO
TIEMPO AMIGOS DEL MÉDICO
Las amistades son un ingrediente importante en
la vida de la mayoría de las personas, pero el
médico debe encontrarlas fuera del grupo de lo
que son sus pacientes. Los Códigos de Conducta
de muchas sociedades médicas especifican que
los médicos deben evitar autodiagnosticarse y
tratarse ellos mismos más allá de las molestias
comunes y, tampoco están facultados para tratar
amistades cercanas o a integrantes de sus propias
familias. Asimismo, deben proceder con mucha
cautela en lo que respecta a la atención de
empleados con los que estén estrechamente
asociados. Los problemas que pueden surgir en
estas situaciones incluyen la obtención inadecuada
de la historia clínica o del examen físico como
consecuencia de las molestias relacionadas con
sus papeles, ya sea por parte del paciente o del
médico. Las peticiones de atención por parte
de empleados, parientes o amistades deben
solucionarse sólo ayudándoles a que obtengan la
atención adecuada. Sin embargo, éste no es un
impedimento para mantener la función de asesor
informado y afectuoso.
FUNDAMENTOS PARA MANTENER LÍMITES EN LA
RELACIÓN MÉDICO-PACIENTE
La proximidad emocional del médico con un amigo
o consanguíneo, pudiera tener como consecuencia
la pérdida de objetividad. Si el médico decidiera
tratar a una amistad cercana, un pariente o un
empleado debido a la necesidad circunstancial,
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EDITORIAL
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LÍMITES EN LA RELACIÓN DEL MÉDICO CON SUS PACIENTES
Dr. Fernando Novoa Sotta
Neurólogo Infantil, Hospital Carlos Van Büren
Octubre
2013.
Volumen
12
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N
°
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