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noviembre

2015.

Volumen

14

-

N

°

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servicio en referencia era el que en el plan

primitivo de construcción del hospital estaba

destinado a habitación de las enfermeras internas

y que en el momento de su adaptación estaba

cedido a la Escuela de Enfermeras para dormitorios

de las alumnas.

Especial interés manifestó el Dr. Iván Prieto en

que las dependencias imaginadas en un principio

para destino de habitación de enfermeras,

alumnas y empleados de servicio hayan sido

dedicadas a fines que atañen más directamente

al bienestar de los enfermos y a la necesidad de

ampliación de los distintos servicios. Tal ha

ocurrido con el departamento del personal de

infecciosos, dedicado con el mismo propósito al

Servicio de Otorrinolaringología y con el primer

piso del pabellón Valentín Errázuriz, habilitado

para servir a la Posta Infantil y al policlínico de

cirugía.

En cuanto a trabajo médico se refiere, el Dr. Prieto

logró una innovación interesante y que constituyó

el primer paso hacia la organización del futuro;

nos referimos al régimen del internado médico

con trabajo full-time. Su organización visionaria

demostró de manera fehaciente las ventajas que

significaría para el futuro la implantación definitiva

de esta nueva orientación. Siempre con una

notable visión de futuro observó que sólo

disponía de un médico interno para los servicios

clínicos de la sección de medicina interna. Con el

correr del tiempo, y obtenida la creación de

nuevos cargos de esta naturaleza pudo disponerse

de médicos internos en las distintas secciones

del Hospital, en los servicios independientes y en

los Institutos Científicos con lo cual se aseguró

definitivamente la necesaria continuidad de la

acción y la mejor y más pronta atención de los

enfermos y, sin que fuera su intención, logró

sembrar las bases del futuro desarrollo de los

servicios clínicos, las nuevas y emergentes sub

especialidades pediátricas y un promisorio

desarrollo de la investigación clínica, liderada en

las décadas siguientes por el Profesor Julio

Meneghello Rivera, Fernando Monckeberg Barros

y Francisco Beas Franco.

Siempre en su actitud visionaria señalaba el

Dr. Prieto que un sereno estudio de la planta de

médicos del establecimiento y del rendimiento

médico-horas de trabajo ha de llevar al

convencimiento de nuestras autoridades

asistenciales que el trabajo full-time es el único

compatible con una atención eficiente y acabada

de nuestra atención hospitalaria. Época de

ejemplar compromiso con la salud infantil, en la

cual hubo médicos que se desempeñaban ad

honorem en el servicio de Urgencia Infantil y en

los servicios clínicos de Pediatría y Cirugía Infantil.

De hecho, el Dr. Santiago Rubio Arce, uno de los

más connotados pediatras del Hospital Manuel

Arriarán, debió esperar veinte años para lograr un

cargo remunerado en dicho hospital.

El Dr. Alejandro del Río Soto Aguilar que se

destaca como la más sobresaliente figura de su

época en la materia, contribuyó en forma decisiva

desde su cargo de sub administrador del

establecimiento, a cimentar las bases del Hospital

de Niños Manuel Arriarán. El prestigio logrado por

este Primer Servicio de Urgencia Infantil en Chile

y en el extranjero, reconoce su origen en el genio

creador del Prof. del Río; los administradores con

quienes colaboró, don Germán Riesco y don

Ismael Valdés Valdés, supieron rodear al profesor

del Río del máximo de posibilidades para

desarrollar su acción, el empuje otorgado por el

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