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Mayo

2015.

Volumen

14

-

N

°

60

alta. Si la pitilla blanca salía impregnada de

sangre, confirmaba el diagnóstico, pero al mismo

tiempo se aprovechaba la muestra obtenida para

el estudio de la giardiasis, patología de alta

prevalencia en aquella época. En los países

desarrollados ya estaban en auge los nuevos

criterios de ED Palmer en E.E.U.U., con sus

estudios endoscópicos (inicialmente en adultos

por allá por

1957

), muy resistidos en su

tiempo y que hoy nadie pone en duda.

Tal vez la primera partida que impacta

profundamente en el desarrollo de la especialidad

en nuestro hospital fue la de Fernando Donoso

en

1973

, quien finalmente se radica en Canadá

logrando desarrollar con mucha energía y éxito

un Centro de Gastroenterología Infantil. Mucho

más tarde, tuve la oportunidad de recibir a uno

de sus hijos (a quien conocí a los cinco años de

edad), ya estudiante de medicina, en la Unidad de

Lactantes del Hospital Clínico San Borja Arriarán

para avanzar en sus estudios de medicina. La

partida del Dr. Donoso fue una importante pérdida

para nuestro hospital Arriarán. Antes de ello y por

allá por

1968

, aún siendo jefe de la especialidad

el Dr. Fernando Donoso, un joven y entusiasta

becado de Pediatría y Gastroenterología, se

interesa por sus trabajos de manometría de

esófago en el Dpto. de Gastroenterología del

Hospital Clínico José Joaquín Aguirre.

Ya a cargo de la especialidad, la Dra. Vallejos

se preocupa de incorporar nuevos interesados

en la Gastroenterología Infantil. Destacando

nuevamente el Dr. Julio Espinoza Madariaga, la

Dra. Sonia San Martín y un poco más tarde la

Dra. Maureen Rossell Goebbels.

El Dr. Espinoza le tenía un inmenso cariño a

nuestro hospital. Su padre había sido

anatomopatólogo durante muchos años,

destacando entre varios otros un interesante

trabajo para la época, efectuado en conjunto

con el Dr. Patricio Barraza Ruiz, relativo a la

Colelitiasis en el niño, entidad clínica poco

conocida en esos tiempos, al menos en países

subdesarrollados. En esa época era costumbre

que los médicos vivieran cerca de su lugar de

trabajo. El padre del Dr. Julio Espinoza vivía

muy cerca del hospital Arriarán, en Santa Isabel,

así que muchas veces se iba caminando a su

cercano hospital y en más de alguna oportunidad

acompañado por su hijo, quien se entretenía

junto a su hermano en los juegos infantiles del

hermoso parque del hospital. Muchas veces

se encontró con una auxiliar (Anita Melgarejo)

que llevaba niños del hospital al parque (años

después sería la auxiliar del Policlínico de

Gastroenterología). En el vecindario (al frente

de su casa) vivía otro gran personaje nacional,

líder del movimiento obrero, conocido y muy

respetado en el ambiente laboral (Clotario Blest

Riffo) y del cual uno de los consultorios de

Maipú lleva su nombre. El Dr. Julio Espinoza

destacaría por su brillante inteligencia, agudo

juicio clínico y la incorporación de los más

modernos conceptos en la especialidad. En

diciembre de

1969

, junto al Dr. Osvaldo Danús

crean la Rama de Gastroenterología pediátrica,

correspondiendo al Dr. Danús la presidencia y

al Dr. Espinoza ser el secretario de Rama.

Inicialmente contó con

15

miembros, en época

en que el Presidente de la Sociedad Chilena

de Pediatría era el Dr. Fernando Mönckeberg

Barros.

Posteriormente continuaría su interesante trabajo

en el Instituto de Nutrición y Tecnología de los

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