

ESTUDIO DE IMÁGENES E INFECCIÓN URINARIA EN EL NIÑO
.
PREGUNTA AL ESPECIALISTA
.
Dr. Héctor Dinamarca S. (
1
), Dr. Enrique Álvarez L. (
2
)
12
La infección urinaria (ITU) continúa siendo
la infección bacteriana más frecuente en el
lactante y preescolar. A los seis años de edad,
un
7
% de las niñas y un
2-3
% de los niños,
habrá tenido a lo menos un episodio de ITU,
pero es la asociación entre: ITU – reflujo vésico
ureteral (RVU) - cicatriz renal (descrita hace más
de
40
años), y la presunción que esta
cicatriz determinaría a futuro el desarrollo de
proteinuria, hipertensión arterial y finalmente
enfermedad renal crónica, lo que motivó la
formulación de estrictas recomendaciones
de estudio de la vía urinaria con el objeto de
prevenir estas complicaciones a largo plazo.
Durante los últimos
50
años, diferentes estudios
de imágenes se han desarrollado con el fin de
reducir el número de niños que van a desarrollar
IRC, siendo motivo de debate en la última
década, tanto su real utilidad como su costo.
Guías clínicas y recomendaciones sobre
diagnóstico y manejo de la infección urinaria en
el niño, publicadas durante las décadas del
80
y
90
, insistieron en la necesidad que a todo niño
luego de su primer episodio de ITU se le realice
estudio imagenológico completo del tracto
urinario, de acuerdo a su edad, asumiendo que
la infección asociada a RVU era responsable del
daño renal y que éste podía ser disminuído con el
uso de antibióticos profilácticos. Posteriormente,
el año
1999
, la Academia Americana de Pediatría
reafirmó estas recomendaciones sugiriendo
investigar a todos los lactantes con ITU febriles
entre
2
meses y
2
años, con una ultrasonografía
renal y vesical precoz y uretrocistografía
miccional (UCG). Algunas guías además,
recomendaban una cintigrafía renal con DMSA.
Estas recomendaciones de estudio se han
mantenido con mínimas variaciones, a pesar de la
evidencia acumulada durante los últimos años en
el sentido que una importante proporción de los
defectos del parénquima encontrados durante el
estudio de imágenes en los niños, son congénitos
y obviamente no prevenibles con la profilaxis.
Además la mayoría de los niños con ITU tienen
un excelente pronóstico funcional y el riesgo de
hipertensión arterial secundaria es mucho menor
que lo que se había estimado previamente.
Existe evidencia emergente en la literatura
actual que recomiendan reducir el número de
investigaciones invasivas de niños con ITU,
sugiriendo que las investigaciones del tracto
urinario en niños con ITU deben estar limitadas
a una población seleccionada de pacientes en
riesgo de desarrollar daño renal crónico.
La ultrasonografía se ha considerado un examen
de primera línea para evaluar malformaciones
estructurales en niños con ITU. Por otra parte,
con la generalización de la ultrasonografía
durante el embarazo, se han podido detectar
la mayoría de las malformaciones severas del
tracto urinario (valvas uretrales, estenosis
pieloureterales, hipodisplasias renales, etc.) y
la evidencia actual es que el aporte de la
ultrasonografía en un primer episodio de
una ITU no complicada, es muy pobre.
En los niños con ITU, la incidencia de RVU
es variable promediando un
25
-
30
%, y
(1)
Becario Nefrología Infantil Universidad de Chile.
(2)
Jefe Unidad de Nefrología Infantil, Hospital San Borja Arriarán.