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está compuesta por sulfapiridina más

5

-ASA.

Frenan el proceso inflamatorio inhibiendo la

lipooxigenasa y así la formación de leucotrieno

B

4

. La sulfazalazina actúa sobre el colon y

parcialmente en el íleon terminal y es eficaz para

frenar la actividad en los brotes y para mantener

la remisión cuando hay afectación cólica o íleo-

cólica. La mesalazina tiene más efecto a nivel

local en la mucosa que por absorción sistémica.

Tiene menos efectos secundarios y es más eficaz

en el intestino delgado. Los niños toleran mejor

agentes sin sulfa y los datos de eficacia y

seguridad son similares que en adultos. La dosis

inicial es

50-75

mg/kg/día y de mantención de

30

mg/kg/día, con un máximo de

4-5

gr/día. Se

recomienda iniciar a dosis baja y subir en

6-8

días. Los efectos colaterales se observan entre

un

10-45

% de los pacientes, siendo los más

frecuentes las náuseas y vómitos. También puede

haber cefalea, exantema, fiebre prurito, diarrea,

artralgias o hepatitis. Debido a que los salicilatos

inhiben la absorción y el metabolismo del ácido

fólico, éste debe siempre suplementarse.

INMUNOSUPRESORES

La azatioprina (AZA) y su metabolito

6

-mercaptopurina (

6

-MP) son las drogas

inmunomoduladoras que más se han usado

en EII. Tienen eficacia y efectos colaterales

similares, usándose principalmente en pacientes

corticorresistentes o corticodependientes. La

AZA una vez absorbida es convertida a

6

-MP,

la cual es transformada intracelularmente en

su metabolito activo, la

6

-tioguanina. Otra

vía de metabolización mediada por la enzima

tiopurina metil transferasa (TPMT) compite con

la producción de

6

-tioguanina, transformando

la

6

-MP en

6

-metilmercaptopurina. Diferencias

farmacogenéticas en la actividad de la TPMT

explican el hecho de que algunos pacientes

están predispuestos a presentar citotoxicidad

inducida por AZA/

6

-MP, mientras que otros son

refractarios al tratamiento, razón por la cual, es

recomendable medir la actividad de la TPMT

previo al inicio del tratamiento con estas drogas.

Los efectos empiezan a observarse después de

3

meses con un componente individual en la

respuesta. Los efectos adversos son frecuentes e

incluyen intolerancia gastrointestinal, reacciones

de hipersensibilidad, infecciones intercurrentes,

hepatitis, pancreatitis y leucopenia. Tanto en EC

como CU se debe usar estas drogas por

tiempos prolongados, ya que al discontinuarlas

precozmente se produce un aumento significativo

de las tasas de recaída. Se debe suspender el

tratamiento si es que éste no ha resultado ser

efectivo después de un año; de lo contrario,

mantenerlo por un mínimo de

2

años libre de

recaídas ajustando la dosis según el peso.

Los pacientes con EII, en especial los portadores

de CU, que son refractarios a la primera línea de

tratamiento (

5

-ASA y corticoesteroides) o que

han fallado en la terapia con AZA o 6-MP son

candidatos para el uso de ciclosporina. Su

indicación puede evitar una colectomía de

urgencia. La terapia debe iniciarse con

2-4

mg/

kg/día ev como infusión continua (agregado a

dosis elevadas de corticoides), continuando

por al menos

7-10

días y aumentando la dosis

hasta llegar al nivel plasmático deseado. Luego

se puede cambiar a terapia oral en dosis de

8

mg/kg/día en

2

dosis, por

1-3

meses. Durante

todo el tratamiento deben monitorizarse los

niveles plasmáticos de la droga. Los efectos

colaterales más frecuentes son las parestesias

y la hipertricosis, ambos reversibles a corto

y mediano plazo. Los efectos más deletéreo