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(definición de la Real Academia Española de

la lengua).

Dentro de una relación de ayuda cada gran paso

para establecer esta confianza es un desafío

generador de trabajo en equipo y esfuerzo, la

generación de confianza durante la entrega de

los cuidados hospitalarios es un proceso que

para términos prácticos dividiremos en las

siguientes etapas:

Bienvenida

La llegada de un NANEAS a la unidad de

hospitalización no importando su procedencia,

debe ser manejada con sutileza y sin apremio

por el tiempo. Saludar, conocer el nombre del

niño y preguntar el de los padres o cuidadores,

es más importante de lo que se piensa y actúa

abriendo las puertas de una sana relación de

ayuda. Obviamente es imprescindible conocer los

antecedentes mórbidos que motivan el ingreso,

pero debemos detenernos el mayor tiempo

posible en aquello que en rigor no se pregunta;

gustos, preferencias y aversiones, patrones de

sueño, personas significativas. Preguntar, por

ejemplo: ¿Cómo le gusta dormir? Si pensamos en

un NANEAS con algún tipo de daño en el sistema

nervioso central, con espasticidad, hipotonía, etc.,

puede tener una posición preferida con la cual

se siente más cómodo para conciliar el sueño.

Una o dos preguntas de este tipo en el primer

encuentro con la familia o cuidadores nos servirán

de gran ayuda para demostrarles que la

experiencia puede ser positiva.

Conociéndonos

La familia suele manejar información y

conocimiento relacionado con la o las patologías

que afectan a sus niños. Ellos saben que

dependen de nosotros para los cuidados, pero

muchas veces experiencias anteriores negativas,

el pronóstico de vida u otros problemas cotidianos,

hacen que pongan a prueba al equipo de salud.

La comunicación oportuna y veraz en esta etapa

es la clave para generar la posibilidad de

establecer la confianza en ellos y su familia.

La mirada

En esta etapa ya ha pasado un tiempo desde la

llegada a la unidad de hospitalización, la familia

comienza a conocer los ritmos de trabajo, la

forma en que individualmente realizamos técnicas

y procedimientos, nuestro carácter y por ende

aparecen preferencias de ellos ante la atención

de ciertas personas, nos someten a una mirada

que evalúa no solo destrezas y desempeño,

evalúa el cómo nos comportamos, nuestra actitud

ante el cuidado de sus hijos. La estandarización

de los procesos, el conocimiento de las normas

no solo en relación a las actividades clínicas, sino

a todas las acciones que se realizan en el ambiente

hospitalario, ya sean visitas, manipulación de

alimentos, aseo, etc., nos ayudan a facilitar el

manejo de esta etapa y nos permiten demostrar

que todo el personal de salud está alineado para

asegurar la calidad de la atención.

Aceptando las diferencias

Los procesos, las rutinas, los integrantes del

equipo de salud, ya son conocidos por los

NANEAS y sus familias y como en todo proceso

humano pueden aparecer discordancias. El

cansancio, el desgaste emocional, el costo no

solo económico, sino también familiar y social

comienzan a afectar la convivencia y el ámbito

hospitalario no es favorecedor de esta situación.

La enfermera debe lograr detectar precozmente

estos síntomas alertada por los cambios de

agosto

2018.

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