Secretos de una longevidad saludable
La mayor esperanza de vida de la población representa un desafío para la medicina. El bienestar durante los últimos años es posible y los supercentanarios parecen tener la receta.
El 23 de mayo de 1908, en Japón, nació Tomiko Itooka. Fue la mayor de tres hermanos, jugó voleibol en su juventud y escaló dos veces el monte Ontake, de 3.067 metros de altitud. En septiembre de 2024 fue reconocida como la persona más anciana del mundo por el Libro Guinness y su muerte, a los 116 años, nos recuerda el desafío que representa para la salud la mayor esperanza de vida de la población.
Este tipo de casos, muy extraños a mediados del siglo pasado, ya no son tan excepcionales. De acuerdo con la vigésimo octava edición de las estimaciones y proyecciones de población oficiales de las Naciones Unidas [1], el número de centenarios -individuos que sobreviven al menos hasta su cumpleaños número 100- se ha duplicado cada década desde 1950 proyectándose que se quintuplicará entre 2022 y 2050.
Vivir más y mejor es el objetivo, pero estamos lejos de alcanzarlo. Según investigadores de la Clínica Mayo de Estados Unidos, la brecha global entre la esperanza de vida y la salud ha aumentado en las dos últimas décadas en los 183 países miembros de la Organización Mundial de la Salud [2]. Esta diferencia entre la duración de la vida y el tiempo vivido en bienestar llega a 9,6 años y sigue creciendo. La ciencia tiene un desafío y el estudio de los centenarios puede contribuir a comprender en mayor profundidad cómo se desarrollan los procesos de envejecimiento y cuáles son las claves para mejorar la calidad de vida cuando esta ya casi se nos va.
¿Qué dice la evidencia?
Tomiko falleció el 29 de diciembre de 2024 por causas naturales, informaron las agencias de prensa. Tenía el récord de longevidad, tras la muerte de la española María Branyas Morera a los 117 años. Una vida así de extensa es resultado de una interacción compleja de varios determinantes que incluye la predisposición genética y factores de estilo de vida [3, 4]. Los últimos habrían cumplido un papel fundamental en esta mujer.
Veamos. Según el medio Great Reporter [5], ella amaba las caminatas y por muchos años fueron parte de su rutina. Incluso, al cumplir un siglo seguía subiendo, sin bastón, los amplios escalones del Santuario Ashiya -prefectura de Hyōgo- demostrando su fuerza y equilibrio.
En un artículo publicado en la revista JAMA [6], liderado por el doctor David Martínez Gómez, académico del Departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad Autónoma de Madrid, la actividad física reduce el riesgo de muerte en todas las edades, con un efecto particularmente significativo en los adultos mayores. Los autores concluyen que no solo aumenta la longevidad, sino que también mejora la salud.
Otro factor que podría haber influido es su alimentación. Lejos de incorporar dietas o recomendaciones especiales, consumía a diario bananas y una bebida sabor yogurt llamada Calpis, productos que para Tomiko eran el secreto de su bienestar. Mientras la fruta -rica en potasio, fibra y vitaminas- contribuye en la regulación de la presión arterial, mejora la digestión y aumenta la energía, el brebaje -fermentado y elaborado en base a leche descremada con levadura y bacterias ácido lácticas- es popularmente conocido en Japón por sus beneficios para la digestión y sistema inmunológico [7].
De acuerdo con investigaciones en este campo, un régimen óptimo debe considerar la ingesta moderada a alta de carbohidratos de fuentes no refinadas, proteína blanca, verduras y grasas de origen vegetal [8]. Este enfoque nutricional podría aumentar la esperanza de vida en casi 11 años en mujeres y 13 en hombres si se inicia a los 20. Comenzar a las seis décadas extendería la vida en ocho años y mejoraría su calidad [9].
Muchas gracias
Cuando Tomiko cumplió 116 años le contaron que encabezaba la lista mundial de supercentenarios. Le regalaron flores y una torta y ella simplemente contestó “gracias”. Durante una entrevista [10] comentó que todos los días reflexionaba sobre su vida y los momentos que la hicieron feliz. Ser agradecida la hacía sentir bien.
Según el psicólogo y escritor estadounidense Martin Seligman, la gratitud es uno de los conceptos que más se ha asociado al bienestar. Para él, sus componentes -emocional y cognitivo- son susceptibles de ser intervenidos y potenciados para contribuir a la salud [11].
Diversos artículos han explorado sus beneficios sobre el bienestar general, los que se extienden al funcionamiento cardiovascular [12], calidad del sueño y disminución de la presión arterial [13]. También se asocia a un incremento en la satisfacción vital [14], menor angustia ante la muerte y disminución de conductas suicidas, además de aumentar la adherencia terapéutica y mejorar los resultados de la psicoterapia [15].
La evidencia es contundente. Nuestros hábitos son fundamentales no solo para vivir más, sino que también para hacerlo en condiciones plenas y dignas. Los supercentenarios como Tomiko Itooka parecen haber encontrado la fórmula. Tal como en muchas cosas, la experiencia es la madre de todas las ciencias.
Referencias:
[1] Perspectivas de población mundial 2024. Departamento de Asuntos Económicos y Sociales, División de Población. Naciones Unidas. https://population.un.org/wpp/
[2] Garmany, A., & Terzic, A. (2024). Global Healthspan-Lifespan Gaps Among 183 World Health Organization Member States. JAMA network open, 7(12), e2450241.
[3] Chung, W. H., Dao, R. L., Chen, L. K., & Hung, S. I. (2010). The role of genetic variants in human longevity. Ageing research reviews, 9 Suppl 1, S67–S78.
[4] Willcox, D. C., Willcox, B. J., & Poon, L. W. (2010). Centenarian studies: important contributors to our understanding of the aging process and longevity. Current gerontology and geriatrics research, 2010, 484529.
[5] Longeviquest confirma a Tomiko Itooka como la persona más anciana del mundo. Nota de prensa. https://greatreporter.com/2024/08/20/longeviquest-confirms-tomiko-itooka-as-worlds-oldest-person/
[6] Martinez-Gomez, D., Luo, M., Huang, Y., Rodríguez-Artalejo, F., Ekelund, U., Sotos-Prieto, M., Ding, D., Lao, X. Q., & Cabanas-Sánchez, V. (2024). Physical Activity and All-Cause Mortality by Age in 4 Multinational Megacohorts. JAMA network open, 7(11), e2446802.
[7] Murió a los 116 años Tomiko Itooka, la persona más anciana del mundo. Nota de prensa. https://www.infobae.com/america/mundo/2025/01/04/murio-a-los-116-anos-tomiko-itooka-la-persona-mas-anciana-del-mundo/
[8] Brandhorst S, Choi IY, Wei M, et al. A Periodic Diet that Mimics Fasting Promotes Multi-System Regeneration, Enhanced Cognitive Performance, and Healthspan. Cell Metab. 2015;22(1):86-99.
[9] Fadnes LT, Økland JM, Haaland ØA, Johansson KA. Correction: Estimating impact of food choices on life expectancy: A modeling study. PLoS Med. 2022;19(3):e1003962.
[10] Tomiko Itooka, la segunda persona más longeva del mundo, cumple 116 años. Nota de prensa. https://longeviquest.com/2024/05/tomiko-itooka-worlds-second-oldest-person-turns-116/#google_vignette
[11] Bolier L, Haverman M, Westerhof GJ, Riper H, et al. Positive psychology interventions: a meta-analysis of randomized controlled studies. BMC Public Health. 2013 Feb 8;13:119.
[12] Mills PJ, Redwine L, Wilson K, Pung MA, et al. The Role of Gratitude in Spiritual Well-being in Asymptomatic Heart Failure Patients. Spiritual Clin Pract (Wash DC). 2015 Mar;2(1):5-17.
[13] Jackowska M, Brown J, Ronaldson A, Steptoe A. The impact of a brief gratitude intervention on subjective well-being, biology and sleep. J Health Psychol. 2016 Oct;21(10):2207-17.
[14] O'Connell BH, O'Shea D, Gallagher S. Feeling Thanks and Saying Thanks: A Randomized Controlled Trial Examining If and How Socially Oriented Gratitude Journals Work. J Clin Psychol. 2017 Oct;73(10):1280-1300.
[15] Wong YJ, Owen J, Gabana NT, Brown JW, et al. Does gratitude writing improve the mental health of psychotherapy clients? Evidence from a randomized controlled trial. Psychother Res. 2018 Mar;28(2):192-202.
Por Óscar Ferrari Gutiérrez
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