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17 Junio 2024

La microamenaza que nos invade

El plástico está presente en los alimentos, suelo fértil, ríos y océanos. Cuando no se gestiona adecuadamente, se fragmenta en partículas diminutas que pueden entrar al organismo, llegando a los tejidos y membranas celulares.

El problema de los microplásticos está lejos de ser pequeño. Por el contrario, es un fenómeno creciente que genera preocupación mundial. Sus consecuencias sobre la salud son insospechadas. Sin embargo, cada vez se cuenta con más evidencia científica que sugiere su impacto.

De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud (OPS), el incremento en el consumo de plásticos de un solo uso es alarmante. Gran parte de estos desechos, cuando son mal gestionados, terminan fragmentándose y desintegrándose en vertederos y cuerpos de agua dañando al medioambiente

Se trata de partículas diminutas, menores de cinco milímetros, compuestas de polímeros y aditivos potencialmente tóxicos, cuyos efectos sobre los sistemas respiratorio, endocrino y cardiovascular no están completamente comprendidos. 

Para el organismo internacional hay pruebas suficientes que confirman su alta presencia en la cadena alimenticia, suelo fértil, agua dulce y potable [1]. La desmedida producción de botellas, vasos y empaques contribuye a la contaminación en ríos y lagos. Otras fuentes suelen ser inadvertidas como el lavado de ropa sintética, responsable de un tercio de su existencia en los océanos.

"Estas sustancias pueden ser liberadas por la abrasión de neumáticos, desgaste de textiles, quema de basuras y combustibles fósiles. Su impacto sobre el bienestar humano va a depender del grado y tipo de exposición, la ruta de ingreso al organismo y factores como el estado de salud y nutrición", comenta el doctor Luis Francisco Sánchez, asesor en sanidad, ambiente y cambio climático de la OPS [1].

Objetos de interés 

Según informa Naciones Unidas, uno de cada seis fallecimientos se relaciona con agentes contaminantes. La exposición continua a estos aumenta el riesgo de muerte prematura, intoxicación aguda, cáncer, trastornos cardíacos y respiratorios, accidentes cerebrovasculares, efectos adversos en los sistemas inmunológico, endocrino y reproductivo, anomalías congénitas y secuelas en el desarrollo neurológico [2].

De particular interés son los microplásticos y nanoplásticos (aún más pequeños que los primeros, al medir menos de 0,1 micrómetros). Investigaciones han demostrado que ambos tienen la capacidad de penetrar el organismo -por inhalación, ingestión y contacto dérmico- llegando a tejidos y membranas celulares [3].

Una vez dentro del cuerpo, podrían depositar químicos disruptores endocrinos como bisfenoles, ftalatos, sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas (altamente persistentes en el medioambiente), plaguicidas y metales pesados generando una amplia gama de efectos sobre la salud. Se asocian a malformaciones congénitas, cáncer en órganos hormonodependientes, endometriosis, menopausia precoz, disminución del recuento de espermatozoides, aborto espontáneo, obesidad, diabetes y alteraciones metabólicas, cardiovasculares, autoinmunes y alérgicas, además de daños cognitivos y trastornos neurodegenerativos [4].

¿Dónde se han encontrado?

En 2019, un estudio publicado en la revista Annals of Internal Medicine causó preocupación al confirmar la presencia de microplásticos en deposiciones humanas [5]. En el trabajo participaron ocho personas de países diferentes, a quienes se les hizo un seguimiento por siete días. Al analizar las muestras se encontraron, en promedio, 20 partículas por cada 10 gramos de heces, principalmente polipropileno y tereftalato de polietileno, lo que según los autores probaría que estas llegan al intestino por transferencia trófica.

Desde entonces, la evidencia continúa acumulándose. En 2020, una investigación los descubrió en la placenta humana [6]. Por medio de microespectroscopia Raman, se examinaron seis órganos encontrándose 12 fragmentos en cuatro de ellos, tanto hacia el lado fetal como en el materno, además de las membranas corioamnióticas.

Dos años más tarde, los resultados de un artículo concluían que estas diminutas toxinas estaban presentes en el torrente sanguíneo [7]. En muestras tomadas a 22 voluntarios, se identificaron y cuantificaron por primera vez en sangre cuatro polímeros de alto volumen de producción aplicados en plástico: tereftalato de polietileno, polietileno, polímeros de estireno y metacrilato de metilo. "La sangre es la vía de transporte de oxígeno, nutrientes y potencialmente también de partículas de plástico hacia cualquier tejido y órgano", comentan los científicos.

En 2023, un estudio planteó que estas micropartículas pueden llegar al cerebro de ratones dos horas después de beber agua contaminada [8]. Para sus autores, "en los humanos esto aumentaría el riesgo de inflamación, trastornos neurológicos o incluso enfermedades neurodegenerativas, como el alzhéimer o párkinson". También se cuenta con datos que demuestran su existencia en los corazones de pacientes sometidos a cirugía cardíaca [9]. Aunque parezca increíble, parte de estos microplásticos fueron introducidos accidentalmente durante los mismos procedimientos quirúrgicos.

Uno de los últimos hallazgos fue en 2024. En un ensayo publicado en Toxicological Sciences [10], investigadores encontraron restos en los testículos estableciendo una asociación con la baja producción de esperma y posibles consecuencias sobre la fertilidad.

Mientras la ciencia busca determinar el real impacto de los microplásticos sobre la salud en el corto, mediano y largo plazo, resulta fundamental apoyarse en el desarrollo tecnológico para lograr producir un material diferente, que ofrezca las mismas ventajas, pero sea inocuo para el medioambiente y los seres humanos.

Referencias
[1] Expertos discuten el impacto de los microplásticos en la salud y alertan del aumento de su propagación. Nota de prensa. https://www.paho.org/es/noticias/16-8-2023-expertos-discuten-impacto-microplasticos-salud-alertan-aumento-su-propagacion
[2] La contaminación mata nueve millones de personas al año, el doble que el COVID-19. Nota de prensa. https://news.un.org/es/story/2022/02/1504162
[3] Khan, A., & Jia, Z. (2023). Recent insights into uptake, toxicity, and molecular targets of microplastics and nanoplastics relevant to human health impacts. iScience, 26(2), 106061.
[4] ¿Qué son los químicos disruptores endocrinos (EDCS) y cómo se vinculan con nuestras enfermedades crónicas? Nota de prensa. https://www.accdis.cl/que-son-los-quimicos-disruptores-endocrinos-edcs-y-como-se-vinculan-con-nuestras-enfermedades-cronicas/
[5] Schwabl, P., Köppel, S., Königshofer, P., Bucsics, T., Trauner, M., Reiberger, T., & Liebmann, B. (2019). Detection of Various Microplastics in Human Stool: A Prospective Case Series. Annals of internal medicine, 171(7), 453–457.
[6] Ragusa, A., Svelato, A., Santacroce, C., Catalano, P., Notarstefano, V., Carnevali, O., Papa, F., Rongioletti, M. C. A., Baiocco, F., Draghi, S., D'Amore, E., Rinaldo, D., Matta, M., & Giorgini, E. (2021). Plasticenta: First evidence of microplastics in human placenta. Environment international, 146, 106274.
[7] Leslie, H. A., van Velzen, M. J. M., Brandsma, S. H., Vethaak, A. D., Garcia-Vallejo, J. J., & Lamoree, M. H. (2022). Discovery and quantification of plastic particle pollution in human blood. Environment international, 163, 107199.
[8] Kopatz, V., Wen, K., Kovács, T., Keimowitz, A. S., Pichler, V., Widder, J., Vethaak, A. D., Hollóczki, O., & Kenner, L. (2023). Micro- and Nanoplastics Breach the Blood-Brain Barrier (BBB): Biomolecular Corona's Role Revealed. Nanomaterials (Basel, Switzerland), 13(8), 1404.
[9] Yang, Y., Xie, E., Du, Z., Peng, Z., Han, Z., Li, L., Zhao, R., Qin, Y., Xue, M., Li, F., Hua, K., & Yang, X. (2023). Detection of Various Microplastics in Patients Undergoing Cardiac Surgery. Environmental science & technology, 57(30), 10911–10918.
[10] Hu, C. J., Garcia, M. A., Nihart, A., Liu, R., Yin, L., Adolphi, N., Gallego, D. F., Kang, H., Campen, M. J., & Yu, X. (2024). Microplastic presence in dog and human testis and its potential association with sperm count and weights of testis and epididymis. Toxicological sciences: an official journal of the Society of Toxicology, kfae060. Advance online publication.

Por Óscar Ferrari Gutiérrez

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