El ADN delator de los supercentenarios
Las personas con una longevidad excepcional son pocas en el mundo y forman parte de un proyecto que explora la posibilidad de retrasar el envejecimiento examinando la genética de quienes superan la barrera de los 100 años.
La "adolescente más vieja del mundo"-como se autodefine- con cerca de tres millones de seguidores en Instagram y casi 300 mil en Tik Tok va camino a convertirse no sólo en una "influencer geríatrica", también en una SuperAgers, tras celebrar su cumpleaños número 102.
Iris Apfel, famosa por su estilo único, actitud vibrante y looks eclécticos es un "personaje" en los círculos de la alta sociedad estadounidense. Sus gafas oversize y hacer de la moda un lenguaje para expresar el estado de ánimo, son su marca registrada como ícono fashionista e interiorismo a nivel global.
Los supercentenarios son individuos que, en una rara excepción, superan los 110 años. Son saludables, están dotados de una alta resistencia a enfermedades letales como cáncer, mantienen una función cognitiva relativamente estable y una gran independencia física. [1]
Durante años, ha sido objeto de debate si son los genes los que promueven una vida larga, o es el estilo de vida el factor decisivo. Hasta ahora, las investigaciones apuntan a un equilibrio.
Un caso particular
Los ashkenazi son un grupo étnico judío originario de Europa Central y Oriental, descendientes de las comunidades medievales que se establecieron a lo largo del río Rin, desde Alsacia hasta Renania. Son una fuente valiosa para la investigación científica debido a su historia genética única, más homogénea que la de muchas otras comunidades, con una serie de factores que han moldeado a esta población a lo largo de los siglos [2].
El doctor Nir Barzilai, fundador del Instituto para la Investigación del Envejecimiento Humano en la Escuela de Medicina Albert Einstein de Nueva York en Estados Unidos, los viene estudiando hace décadas y descubrió en ellos el primer "gen de la longevidad", un factor crucial en la prevención de la vejez celular y la expansión de la vida más allá de los 100 años.
Es el creador del "Proyecto de los Genes de la Longevidad" (LGP, por sus siglas en inglés) [3] que tiene como objetivo descifrar los factores genéticos y biológicos que podrían estar vinculados con mayor esperanza de vida y menor incidencia de patologías relacionadas con la edad como la diabetes mellitus tipo 2, cardiovasculares y alzhéimer.
Desde 1998 encabeza el estudio principal LonGenity, que ha desentrañado a una población genéticamente homogénea (judíos asquenazíes relativamente sanos con edades comprendidas entre los 95 y 112 años y que viven independientemente en el noreste de los Estados Unidos), sus parejas e hijos con un grupo de control que, si bien no tiene una historia familiar de longevidad, comparte el mismo patrimonio biológico. Comprobaron que las familias con una sobrevida excepcional tienen un fenotipo y genotipo únicos [4].
Tras cinco años de seguimiento identificaron una variante genética relacionada con la regulación del colesterol, que se asocia con una agudeza mental mejorada en edades avanzadas y una supervivencia extrema [5].
Genotiparon muestras para la variación isoleucina a valina en el codón 405 (I405V) de la proteína de transferencia de éster de colesterol (CETP, por sus siglas en inglés), que está involucrada en la regulación de las lipoproteínas [5].
"Descubrimos que los tamaños de las partículas de lipoproteínas de alta (HDL) y baja densidad (LDL) fueron significativamente mayores en comparación con el grupo de control, fenotipo que se asocia con una menor prevalencia de hipertensión, enfermedad cardiovascular y síndrome metabólico" [4].
La nueva ciencia de la longevidad
Para el doctor Barzilai "vivir hasta edades muy avanzadas de forma saludable, es un objetivo factible. Si queremos tener éxito, debemos empezar a considerar a la senectud como un objetivo terapéutico".
Con la secuenciación genética se han descubierto otras variantes (como CETP [5-6], APOE E2 y APOC3 [7] e IGF-1R [8]), que están siendo exploradas por la gerociencia como posibles blancos moleculares para el desarrollo de fármacos que podrían ralentizar el proceso y la manifestación de enfermedades asociadas con la vejez [9].
Los SuperAgers, según una investigación de la Universidad de Washington, probablemente continuarán en aumento: las estimaciones muestran que hacia finales de este siglo será posible vivir hasta los 126, o incluso 130 años [10].
Louise Levy, fue una de las voluntarias judías asquenazíes de 95 años o más reclutadas en 1998 para LGP. El 17 de julio de 2023 murió a los 112 años. Su legado genético ahora seguirá siendo estudiado a través de su descendencia: dos hijos, cuatro nietos y seis bisnietos que permitirán reafirmar la veracidad de los descubrimientos y engrosar la lista de los pocos humanos que aún guardan entre sus genes, el secreto de los supercentenarios.
Referencias
[1] Young RD. Validated Living Worldwide Supercentenarians 113+, Living and Recently Deceased: February 2022. Rejuvenation Res. 2022;25(1):46-48.
[2] Waldman S, Backenroth D, Harney É, et al. Genome-wide data from medieval German Jews show that the Ashkenazi founder event pre-dated the 14th century. Cell. 2022;185(25):4703-4716.e16.
[3] Longevity Genes Project. https://www.einsteinmed.edu/centers/aging/longevity-genes-project/about-the-study/
[4] Barzilai N, Rossetti L, Lipton RB. Einstein's Institute for Aging Research: collaborative and programmatic approaches in the search for successful aging. Exp Gerontol. 2004;39(2):151-157.
[5] Barzilai N, Atzmon G, Schechter C, et al. Unique lipoprotein phenotype and genotype associated with exceptional longevity. JAMA. 2003;290(15):2030-2040.
[6] Atzmon G, Rincon M, Rabizadeh P, Barzilai N. Biological evidence for inheritance of exceptional longevity. Mech Ageing Dev. 2005;126(2):341-345.
[7] Sebastiani P, Song Z, Ellis D, et al. A metabolomic signature of the APOE2 allele. Geroscience. 2023;45(1):415-426.
[8] Di Bona D, Accardi G, Virruso C, Candore G, Caruso C. Association between genetic variations in the insulin/insulin-like growth factor (Igf-1) signaling pathway and longevity: a systematic review and meta-analysis. Curr Vasc Pharmacol. 2014;12(5):674-681.
[9] DeVito LM, Barzilai N, Cuervo AM, et al. Extending human healthspan and longevity: a symposium report. Ann N Y Acad Sci. 2022;1507(1):70-83.
[10] Probabilistic forecasting of maximum human lifespan by 2100 using Bayesian population projections. https://www.demographic-research.org/volumes/vol44/52/44-52.pdf
Por Carolina Faraldo Portus
