Cuando la presión deportiva pasa la cuenta
Reconocer que atletas de élite no están exentos a tener problemas de salud mental ha llevado a diferentes organizaciones a definir una postura clara sobre la importancia de proteger el bienestar emocional en la alta competición.
Los beneficios que tiene para el organismo incorporar alguna rutina de entrenamiento constante, independiente de la intensidad, son múltiples. Han sido descritos ampliamente por investigadores de distintas especialidades y detallados en profundidad en la literatura biomédica.
Una actividad deportiva moderada se considera favorable tanto para la salud física como mental. Previene enfermedades cardiometabólicas, reduce niveles de estrés y ansiedad, regula el estado de ánimo, aumenta la actividad mitocondrial y tiene efectos antioxidantes. Pero ¿qué sucede cuando es de alto rendimiento y conlleva una profunda carga muscular y emocional para quien lo practica? [1].
En los últimos años, destacados atletas como la gimnasta Simone Biles, los tenistas Mardy Fish y Naomi Osaka, el exnadador Michael Phelps, el exfutbolista Andrés Iniesta y el jugador de críquet Ben Stokes revelaron la presión que significa rendir en escenarios de competencia, incluido el desafío de controlar ciertos trastornos psicológicos cuando participaron en eventos de élite [2].
Diferentes estudios sugieren que en jugadores profesionales podría existir un aumento en la sensibilidad a padecer ciertas alteraciones psiquiátricas como trastornos adictivos, obsesivo-compulsivos y alimenticios, depresión, ansiedad y abuso de sustancias [3].
Este es un tema que preocupa al mundo deportivo y que está dejando de ser tabú, no solo por la valentía de algunos dispuestos a abandonar los estigmas y hablar abiertamente, sino que también por las declaraciones que diferentes organizaciones, incluido el Comité Olímpico Internacional, han realizado sobre la importancia de propender al bienestar personal y profesional en el alto rendimiento.
Un caso emblemático
La lucha contra la salud mental dentro y fuera de la cancha del tenista retirado Mardy Fish es parte del quinto y último episodio de la serie documental deportiva Untold: breaking point (Al descubierto: punto de quiebre) de los estadounidenses Maclain y Chapman Way, disponible en la plataforma de streaming Netflix [4].
En 2015, Fish escribió en Player's Tribune (medio de comunicación que permite a atletas conectarse directamente con sus fanáticos) un ensayo personal titulado The Weight (El peso), que detalla su experiencia con los ataques de ansiedad que lo llevaron a retirarse del partido de cuartos de final contra el tenista suizo Roger Federer en el US Open de 2012, el cual inspiró a los hermanos Way a realizar el trabajo audiovisual [5].
“Mi trastorno de ansiedad comenzó en 2012, durante lo que debería haber sido el punto más alto de mi carrera. Estaba al final de un largo camino (…) en un nivel de élite. Era el número ocho del mundo. Pero los problemas habían comenzado antes. Mi corazón se volvía loco y era incapaz de detenerlo. Fue realmente aterrador. Me tomé un tiempo libre. Me sometí a un procedimiento correctivo llamado ablación, después del cual aparentemente estaba bien”, recuerda Fish en el documental.
Pero, la noche anterior a la cita deportiva con el suizo y durante la mañana camino al USTA Billie Jean King National Tennis Center de Nueva York, Fish sufrió un grave episodio de arritmia y fue diagnosticado con trastorno ansioso, algo que no hizo público en ese momento. Tocó fondo en ese Grand Slam y necesitó asistencia médica para recuperarse.
Tres años después, y luego de haber trabajado en su salud psicoemocional, volvió al US Open, enfrentó su enfermedad y dio a conocer cómo la ansiedad le quitó su trabajo y, al mismo tiempo, lo impulsó a volver para luego retirarse y colaborar con otras personas que están atravesando por dificultades parecidas.
Hablar de salud psicoemocional en los deportes no es fácil. “Estamos entrenados para ser ‘mentalmente duros’. Se nos dice que mostrar debilidad es vergonzoso. Quiero decirle a la gente que manifestarla es normal, atenderla es fuerza y buscar información, ayuda y tratamiento es fortaleza”.
Actualmente, Mardy Fish es capitán número 41 del equipo de Copa Davis de Estados Unidos, una oferta que no dudó en aceptar en 2019. Desde esa posición, no solo está apoyando a los jugadores a mejorar sus marcas, sino también a afrontar potenciales trastornos de salud mental. Esa es su meta.
Importancia del entrenamiento mental
Las lesiones físicas en el alto rendimiento se han tratado durante mucho tiempo con protocolos y servicios detallados. Pero los entrenadores y organizadores de eventos rara vez consideraron la importancia del bienestar mental y, mucho menos, se aseguraron de que existieran los recursos disponibles para abordar cualquier problema al respecto.
Esto no había sido una preocupación para los órganos rectores del deporte. Pero cuando la gimnasta estadounidense Simone Biles se retiró parcialmente de los Juegos Olímpicos de Tokio en 2020, para poder concentrarse en su salud emocional, llevó a que se generara un análisis mayor.
“Simplemente creo que la salud mental es más importante que los deportes en este momento. Tenemos que proteger nuestras mentes y cuerpos, y no solo salir y hacer lo que el mundo quiere que hagamos. Hay que priorizarla, porque en caso contrario no vas a disfrutar esta disciplina y menos vas a tener éxito. No pasa nada por dejar una competencia para concentrarte en ti misma”, explicó Biles al abandonar el certamen.
La gimnasta aprovechó el impulso e hizo un directo llamado a quienes intervienen en este campo para que actúen y preparen con mayor responsabilidad a sus competidores y los protejan para cuidar su bienestar emocional, de la misma manera que los asesoran sobre nutrición y recuperación de lesiones físicas.
La American Medical Society for Sports Medicine recogió el guante y convocó a un panel de expertos para proporcionar un documento de mejores prácticas basado en evidencia para ayudar a los deportólogos y otros miembros de la red de atención atlética con la detección, tratamiento y prevención en esas materias [6].
Esta guía examina la cultura atlética y los factores ambientales que, comúnmente, afectan la salud mental, incluidos los problemas de sexualidad y género, novatadas, intimidación y conducta sexual inapropiada. Además, entrega recomendaciones para que médicos, entrenadores y psicólogos trabajen juntos en brindar atención integral a los deportistas durante su carrera, lo cual significa encaminarlos en la gestión de las emociones, así como en el desarrollo de habilidades de afrontamiento y resiliencia para manejar sus respuestas ante el fracaso o la victoria.
La fortaleza mental es clave para lidiar con la ira y las frustraciones ante el impacto emocional de una lesión, el estrés diario de la competencia o la crítica pública, que los deportistas no están libres de sufrir a través de las redes sociales.
Referencias
[1] Marazziti, D., Parra, E., Amadori, S., Arone, A., Palermo, S., Massa, L., Simoncini, M., Carbone, M. G., & Dell' Osso, L. (2021). Obsessive-Compulsive and Depressive Symptoms in Professional Tennis Players. Clinical neuropsychiatry, 18(6), 304–311.
[2] Walker I, Brierley E, Patel T, et al. Mental health among elite sportspeople: Lessons for medical education. Med Teach. 2022;44(2):214-216.
[3] Poucher ZA, Tamminen KA, Sabiston CM, Cairney J. A longitudinal examination of changes in mental health among elite Canadian athletes. J Sports Sci. 2022;40(7):733-741.
[4] Way, M. & Way, C. (2021). Untold: Breaking Point. Estados Unidos. Filmaffinity. Documental disponible en Netflix.
[5] The Weight. https://www.theplayerstribune.com/articles/mardy-fish-us-open
[6] Chang CJ, Putukian M, Aerni G, et al. Mental Health Issues and Psychological Factors in Athletes: Detection, Management, Effect on Performance, and Prevention: American Medical Society for Sports Medicine Position Statement. Clin J Sport Med. 2020;30(2): e61-e87.
