https://www.savalnet.com.py/mundo-medico/reportajes/5455.html
08 Agosto 2005

Willem Einthoven: inventor del electrocardiógrafo

Desde mediados del siglo XIX se sabía que al contraer el corazón aislado de la rana se producía una corriente eléctrica y en 1887 Augustus Waller demostró que el corazón humano generaba una corriente semejante capaz de medirse colocando electrodos en la superficie del cuerpo.

Es por eso que, en la historia de la cardiología, de los numerosos instrumentos ideados durante el siglo XX, el electrocardiograma –que permitió registrar la actividad eléctrica del corazón- se puede considerar uno de los adelantos más importantes dentro de la historia de la cardiología.

Su inventor, Willem Einthoven, nació el 21 de mayo de 1860 en la ciudad de Semarang, que en ese entonces era parte de las colonias holandesas de las Indias Orientales que, en la actualidad, corresponde al territorio de Indonesia.

Su padre era médico y ejercía la profesión dentro del ejército de su país, el mismo que en 1879 financió los estudios de medicina de Willem en la Universidad de Utrech, con el compromiso de servir militarmente como médico en las colonias al término de su formación.

Despierto y muy observador, se vio motivado por las investigaciones de su profesor de anatomía sobre la mecánica articular. Trabajó en ello y realizó su primer estudio en “Algunas observaciones sobre el mecanismo de la articulación del codo”, que presentó con gran éxito en la Real Academia de Medicina y fue publicado en su país.

Posteriormente, y bajo la influencia de otro de sus maestros el oftalmólogo Frans Cornelis Donders, el holandés realizó su tesis doctoral en “Estereoscopia por diferencia de colores”, la que fue presentada en la Facultad de Medicina el 4 de julio de 1885 y, más tarde, publicada en revistas médicas en alemán y francés.

Una vez finalizada su carrera, fue nombrado profesor de Fisiología e Histología en la Universidad de Leiden donde desarrolló su labor investigadora. A los 26 años de edad, era un científico de gran reputación, participaba en numerosos foros científicos internacionales y hablaba varias lenguas con sorprendente dominio.

El laboratorio de fisiología de la universidad, dirigido por Einthoven, alcanzó gran prestigio cuando consiguió los instrumentos adecuados para la investigación. Fue así como se convirtió en un sitio obligado de visita para todo cardiólogo y electrofisiólogo que pasara por Europa.

Las primeras investigaciones en ese recinto estuvieron ligadas a los fenómenos respiratorios relacionados con la presión intratorácica, la presión de los gases en la cavidad pleural, la musculatura bronquial y el papel de la misma y del nervio vago en la crisis del asma. Sin embargo, Einthoven no tardó en prestar mayor atención a lo que fue su gran pasión: la electrofisiología cardiaca donde, en aquellos tiempos, el mejor aparato de registro para tal finalidad era el electrómetro capilar que Gabriel Lippman había dado a conocer en 1875.

Este instrumento tenía la ventaja de ser aperiódico, con el gran inconveniente de tener una inercia exagerada, que lo hacía muy lento, además de no permitir el registro de potenciales de alta frecuencia.

En 1903, Einthoven desarrolló un galvanómetro nuevo para producir electrocardiogramas, que utilizaba una filamento fino de cuarzo revestido en la plata que pesaba 600 libras, basado en ideas de Deprez y D' Arsonval, que había utilizado un rollo de alambre. Al hacer pasar una corriente eléctrica a través del hilo, se generaba en torno a él un campo magnético que, adicionándose al campo magnético del electroimán, determinaba el desplazamiento del hilo. Estos, una vez amplificados, se reflejaban en una tira de papel, quedando de esta manera refractada la actividad eléctrica.

Si bien Einthoven reconoció que existía un sistema semejante desarrollado por Ader, posteriormente, en 1909 calculó que su galvanómetro era mil veces más sensible que aquel.

Gracias a este invento logró medir las diferencias de potencial eléctrico del corazón durante las contracciones sistólicas y diastólicas y reproducirlas gráficamente. Este procedimiento, al que llamó electrocardiograma, le permitió descubrir que diversas afecciones cardíacas producían distintos registros.

En 1906 Einthoven publicó la primera presentación organizada de electrocardiogramas normales y anormales registrados con un galvanómetro de filamento. La hipertrofia ventricular izquierda y derecha; hipertrofia auricular izquierda y derecha; la onda U, nombrada por primera vez; melladuras de QRS; los extrasístoles ventriculares; bigeminismo ventricular; el flutter auricular y el bloqueo completo son descritos por él.

Entre 1908 y 1913 estudió el funcionamiento de corazones sanos para así delimitar un cuadro de referencia, gracias al cual pudo estudiar las desviaciones provocadas por la enfermedad.

Einthoven, con la aplicación de dos electrodos diferentes, introdujo las derivaciones de las extremidades, de las dos superiores y de la pierna izquierda, y con un extenso estudio de más de 5.000 electrocardiogramas de pacientes pudo definir el método de propagación de la excitación cardiaca y sentar las bases de la electrocardiografía moderna.

Sus descubrimientos, que revolucionaron el estudio, diagnóstico y tratamiento de las patologías cardíacas, le valieron del Premio Nobel de Medicina en 1924.

Su invento fue mejorado significativamente por el cardiólogo norteamericano Wilson en 1929 con la introducción de las derivaciones unipolares. Ese mismo año, Hans Berger inventó el electroencefalograma; Werner Forsmann, el primer catéter cardíaco y el ingeniero norteamericano Dinker, el respirador artificial.

El electrocardiógrafo, instrumento de exploración no invasora desarrollado a principios del siglo XX, ha traído grandes beneficios a los médicos, pues redujo la inercia y la periodicidad del trazo eléctrico al mínimo y permitió registros muy precisos de la actividad eléctrica. La utilidad de este método se extendió al estudio de muchos otros aspectos de la cardiología, de modo que hoy es parte indispensable del examen de muchos pacientes.

DOS

De los numerosos instrumentos ideados durante el siglo XX, el electrocardiograma –que permitió registrar la actividad eléctrica del corazón- se puede considerar uno de los adelantos más importantes dentro de la historia de la cardiología.

Su inventor, Willem Einthoven, nació el 21 de mayo de 1860 en la ciudad de Semarang, que pertenecía a las Indias Orientales Holandesas y que, en la actualidad, corresponde al territorio de Indonesia.

En 1879 el ejército holandés le financió los estudios de medicina en la Universidad de Utrech, con el compromiso de servir como médico militar en las colonias al término de ellos.

Motivado por las investigaciones de su profesor de anatomía, sobre la mecánica articular su
primer trabajo fue “Algunas observaciones sobre el mecanismo de la articulación del codo”, el cual presentó con gran éxito en la Real Academia de Medicina y publicado en su país.

Posteriormente, y bajo la influencia de otro de sus maestros el oftalmólogo Frans Cornelis Donders, el holandés realizó su tesis doctoral en “Estereoscopia por diferencia de colores”, la que fue presentada en la Facultad de Medicina el 4 de julio de 1885 y , más tarde, publicada en revistas médicas en alemán y francés.

Una vez finalizada su carrera, fue nombrado profesor de Fisiología e Histología en la Universidad de Leiden, en donde desarrollaría su labor investigadora. A los 26 años de edad, era un científico de notable reputación, participaba en numerosos foros científicos internacionales y hablaba varias lenguas con extraordinario dominio.

El laboratorio de fisiología de la Universidad, dirigido por Einthoven, consiguió los instrumentos adecuados y alcanzó gran prestigio, convirtiéndose en un sitio obligado de visita para todo cardiólogo y electrofisiólogo que pasara por Europa.

Las primeras investigaciones en este laboratorio estuvieron ligadas a los fenómenos respiratorios, relacionados con la presión intratorácica, la presión de los gases en la cavidad pleural, la musculatura bronquial y el papel de la misma y del nervio vago en la crisis del asma. Sin embargo, no tardó en dirigir su atención a lo que sería la pasión de su vida: la electrofisiología cardíaca. En aquellos tiempos, el mejor aparato de registro para tal finalidad era el electrómetro capilar que Gabriel Lippman dio a conocer en 1875.

Este instrumento tenía la ventaja de ser aperiódico, con el gran inconveniente de tener una inercia exagerada, que lo hacía muy lento, además de no permitir el registro de potenciales de alta frecuencia.

En 1903 desarrolló el galvanómetro que lleva su nombre, gracias al cual logró medir las diferencias de potencial eléctrico experimentadas por el corazón durante las contracciones sistólicas y diastólicas y reproducirlas gráficamente. Estaba constituido por un hilo metálico extendido en el campo magnético de un electroimán. Al hacer pasar una corriente eléctrica a través de hilo, se genera en torno a él un campo magnético que, adicionándose al campo magnético del electroimán, determina el desplazamiento del hilo. Estos, una vez amplificados, se reflejan en una tira de papel, quedando de esta manera refractada la actividad eléctrica.

Este procedimiento, al que llamó electrocardiograma, le permitió descubrir que diferentes afecciones cardíacas producían distintos registros. Entre 1908 y 1913 estudió el funcionamiento de corazones sanos para así delimitar un cuadro de referencia, gracias al cual pudo estudiar las desviaciones provocadas por la enfermedad.

Einthoven, con la aplicación de dos electrodos diferentes, introdujo las derivaciones de las extremidades, de las dos superiores y de la pierna izquierda, y con un extenso estudio de más de 5.000 electrocardiogramas de pacientes pudo definir el método de propagación de la excitación cardíaca y sentar las bases de la electrocardiografía moderna.

Sus descubrimientos, que revolucionaron el estudio, diagnóstico y tratamiento de las patologías cardíacas, le valieron del Premio Nobel de Medicina en 1924.

Este instrumento fue mejorado significativamente por el cardiólogo norteamericano Wilson en 1929 con la introducción de las derivaciones unipolares. Ese mismo año Hans Berger inventó el electroencefalograma, Werner Forsmann el primer catéter cardíaco y el ingeniero norteamericano Dinker, el respirador artificial.


Mundo Médico

Destacado Agenda de Eventos

XVII Congreso Paraguayo de Medicina Interna

06 Mayo 2025

El encuentro de actualización se realizará en el marco de los 50 años de vida de la agrupación científica. En paralelo se llevará a...

Destacado Galería Multimedia

Lanzamiento congreso infectología

19 Noviembre 2024

En una ceremonia realizada en Laboratorios SAVAL, la Sociedad Paraguaya de Infectología presentó oficialmente el XV Congreso Paraguayo ...

Miradas que impulsan la ciencia

13 Noviembre 2024

Oftalmólogos nacionales y extranjeros se reunieron en Asunción para participar en el Congreso SPO 2024, el evento más importante de la...