https://www.savalnet.com.py/mundo-medico/reportajes/25143.html
06 Agosto 2012

Nueva mirada analítica a la muerte de Freud

El deceso del talentoso neurólogo nacido en Viena, fundador del psicoanálisis y creador de revolucionarios conceptos y teorías sobre la mente humana, fue objeto de un estudio que entregó evidencia del cáncer que sufrió.

El próximo domingo 23 de septiembre se cumplirán 73 años desde el fallecimiento de Sigmund Freud, psiquiatra austriaco considerado el padre del psicoanálisis y uno de los personajes más influyentes de la historia moderna. La adicción física y mental de Freud a la nicotina es un hecho innegable. Esta fuerte dependencia derivó en un cáncer que, se creía, era la causa principal de su deceso; sin embargo, una reciente investigación revela las que podrían ser las verdaderas razones de su muerte y las circunstancias involucradas en ello.

Aunque el cáncer diagnosticado a Freud no está en discusión, un nuevo estudio científico arroja detalles hasta ahora desconocidos. Por encargo de la Asociación Americana de Cirugía Oral y Maxilofacial, el doctor Florencio Monje, jefe de Servicio de Cirugía Oral y Maxilofacial del Hospital Infanta Cristina de Badajoz, España, tuvo acceso a la documentación oficial del historial médico de Freud y, tras un exhaustivo análisis comparativo, entregó una nueva versión de la patología que terminó con su vida.

Los datos previos apuntaban a que el psicoanalista sufría de un cáncer de lengua o mandíbula, existiendo dudas en cuanto a la localización exacta del tumor. Ahora, se logró determinar que se trataba de un carcinoma en el paladar derecho, que más tarde comprometió el maxilar superior, y que se originó en una leucoplasia, lesión pre maligna detectada a sus 62 años y que según se cree derivaba en gran parte del hábito tabáquico. Cinco años más tarde esa lesión generó problemas mayores, diagnosticándose carcinoma de células escamosas.


Placer culpable

Un puro o un cigarrillo en la mano era el sello característico de Sigmund Freud. Resultaba muy difícil verlo sin fumar y las fotos de la época así lo reflejan. Por lo menos 20 puros o cigarros diarios, una triste marca que condicionó su vida al punto de ser un vicio que se volvió imprescindible para sus capacidades cognitivas.

Así lo reconocía después de estar internado en un centro de rehabilitación, donde logró dejar de fumar por varias semanas. “No fumé desde el día en que me lo indicaste. Al principio me sentí muy mal, con síntomas cardíacos acompañados de una depresión templada, a lo que se sumó la desesperación de la abstinencia. Aunque estos síntomas se me quitaron, quedé completamente incapacitado para trabajar. Cuando comencé a fumar otra vez, desde los primeros puros sentí que podía volver a pensar, a crear y que nuevamente era dueño de mí”, le escribió a su amigo, el doctor Wilhelm Fliess, quien le recomendó el tratamiento. Tenía 73 años…la “guerra” ya estaba perdida. Diez años después, en 1939, moriría, fumando hasta en sus últimos suspiros, pese a todos los sufrimientos provocados por el tabaco.

Quedaba atrás una larga historia de fuertes dolores torácicos, dificultad para respirar, malformaciones en la boca, tres radioterapias, prótesis mandibulares y 33 intervenciones quirúrgicas en 16 años, todas dolencias que su voluntad pudo haber evitado, más aún por tratarse de un individuo que exploró en profundidad el subconsciente y las conductas humanas.


Sobredosis

A principios de 1880 la cocaína era promocionada casi como un fármaco milagroso que podía curarlo todo, desde la adicción a la morfina hasta la tuberculosis, pasando por la depresión, la dispepsia y la fatiga. Se encontraba disponible en tónicos, polvos, vinos y refrescos, todo antes de que su consumo masivo generara un grupo considerable de adictos que requerían atención y tratamiento médico.

Uno de los principales defensores médicos de la cocaína era precisamente el neurólogo vienés. Freud comenzó a estudiar sus efectos en 1884, experimentando, de acuerdo a sus apuntes clínicos, con su propio cuerpo. Buscaba una cura para la adicción a la morfina, aunque después la consumió para calmar sus dolores físicos y angustias mentales. Tras descubrir sus peligros frente a cualquier aplicación terapéutica, dejó de recetarla a sus pacientes y también de usarla, según él mismo reconoció, luego del funeral de su padre durante el otoño de 1896.

A la cocaína se sumaba la morfina. Freud demostraba su toxicomanía, tendencia que buscaba, en primer lugar, comprobar en persona los efectos que producían ciertos tóxicos. También uso la morfina para atenuar los dolores propios de su cáncer.

Finalmente, cuando ya no pudo más y el deterioro físico era evidente, recurrió a su amigo personal Max Schur, médico que le había prometido asistirlo en su muerte para evitar mayores sufrimientos. Es en este contexto, según revela el Dr. Monje en su estudio, que Max Schur administró a Freud 400 miligramos de morfina en menos de 24 horas, hecho que claramente podría ser la causa directa de su fallecimiento.

Si hoy Freud estuviera vivo, comenta el investigador, su cáncer tendría cura mediante un tratamiento estandarizado en cirugía oral y maxilofacial, el normal en este tipo de cáncer, que extirparía la zona afectada para luego reconstruirla con distintas técnicas quirúrgicas.

Mundo Médico

Destacado Agenda de Eventos

XVII Congreso Paraguayo de Medicina Interna

06 Mayo 2025

El encuentro de actualización se realizará en el marco de los 50 años de vida de la agrupación científica. En paralelo se llevará a...

Destacado Galería Multimedia

Lanzamiento congreso infectología

19 Noviembre 2024

En una ceremonia realizada en Laboratorios SAVAL, la Sociedad Paraguaya de Infectología presentó oficialmente el XV Congreso Paraguayo ...

Miradas que impulsan la ciencia

13 Noviembre 2024

Oftalmólogos nacionales y extranjeros se reunieron en Asunción para participar en el Congreso SPO 2024, el evento más importante de la...