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28 Noviembre 2011

¿Mal de amor o cardiomiopatía de Takotsubo?

También conocida como el síndrome del corazón roto, esta enfermedad presenta síntomas similares a los de un ataque cardíaco, pero normalmente es temporal, no deja secuelas y no afecta a las arterias coronarias como un infarto, sino al músculo cardíaco.

Desde los tiempos de Galeno hasta el siglo XVII, los médicos consideraban el mal de amores como un diagnóstico legítimo y útil. En muchos casos, los médicos diagnosticaban que el paciente sufría amor, pues asumían que éste y la enfermedad eran inseparables. Sin embargo, esta patología –como diagnóstico- se hizo menos popular entre los doctores a partir del siglo XVIII y perdió total vigencia en el siglo XIX. Ya para el siglo XX, casi había desapareció del vocabulario médico.

Lo que alguna vez fue considerado como una significativa y potencialmente fatal enfermedad pasó a ser un efecto inconsecuente y secundario de enamorarse, un estado mental desconcertante pero inofensivo, principalmente, asociado a afecciones de adolescentes.

Sin embargo, el síndrome del corazón roto volvió al tapete y es calificada como una enfermedad que imita los síntomas de ahogo y dolor en el pecho, propios del ataque cardíaco. Se la asocia al estrés emocional grave, incluso, se ha detectado que la pérdida de un ser querido es uno de los desencadenantes del padecimiento, cuyo nombre médico es síndrome de discinesia apical o cardiomiopatía de Takotsubo.

Las relaciones entre las emociones y el aparato cardiovascular han sido objeto de interés desde tiempos remotos. Durante siglos, el corazón fue pensado como el sitio donde nuestras emociones se originaban. Sin duda esto estuvo originado por la observación cotidiana de que todo aquello que no nos resulta indiferente, produce cambios objetivos en la función cardíaca.

Para William James, precursor de la psicología científica del siglo XIX, las emociones eran el correlato neurovegetativo de las representaciones mentales. Sin embargo, la ciencia muestra que el corazón es más la víctima que el origen de las emociones. En los últimos años, varios estudios han mostrado que los trastornos afectivos están sobrerrepresentados en personas con enfermedades cardiovasculares, aumentando la posibilidad de una evolución no tan favorable.

Según un estudio publicado en la revista American Journal of Cardiology, fisiológicamente los síntomas de la cardiomiopatía de Takotsubo se explican por el aumento significativo de los niveles de adrenalina en la sangre, producto de una situación estresante. Como consecuencia del aumento de adrenalina se adormece el músculo cardiaco haciendo que éste pierda parcialmente su capacidad de contracción, al punto de que el ventrículo izquierdo adquiere una forma cónica –como las trampas usadas para capturar pulpos en Japón, de ahí su nombre Takotsubo- por lo que la sangre se acumula en los pulmones y no llegue al corazón terminando con el paciente sufriendo de dolor de pecho y problemas respiratorios. El corazón permanece vivo, pero pierde esa contractividad que tiene la célula.

Esto produce una falta de aire, porque el corazón no se mueve y no expulsa la sangre como debe; generando insuficiencia cardíaca y disminuye la presión, algo que puede llegar a ser mortal.

En 1990 el médico japonés Hikaru Sato describió a esta patología como un síndrome caracterizado por dolor precordial con disfunción ventricular izquierda transitoria y cambios electrocardiográficos que retrogradan a los pocos días. Sin embargo, el cuadro o disfunción apical transitoria nació como entidad clínica independiente en julio de 2001 con la publicación de una serie japonesa de 88 pacientes por Kazufumi Tsuchihashi, de la Unidad de Medicina Interna de la Universidad de Sapporo de Japón.

Posteriormente se han descrito nuevos casos en otros países, lo que confirma que la incidencia de esta enfermedad no se limita a determinadas áreas geográficas o grupos étnicos.

Para padecer el síndrome del corazón roto no se necesita la acumulación de un estrés crónico, que favorece las enfermedades del corazón, sino únicamente de una situación estresante que va a desencadenar, de manera inmediata, esta condición.

Si bien esta afección por lo general afecta a mujeres postmenopáusicas, recientes estudios, revelaron que también puede desarrollarse en personas más jóvenes, en hombres e incluso en los que no pueden identificar un evento estresante desencadenante (JAMA, July 20, 2011-Vol 306, No.3, 277-286).

Se estima que entre un uno a un dos por ciento de los sujetos diagnosticados de un ataque cardíaco sufren en realidad este síndrome, por lo que los expertos están tratando de entender el proceso de la enfermedad para ayudar a desarrollar tratamientos más efectivos y estrategias a corto y largo plazo.

Se ha descubierto que, a diferencia de los ataques cardíacos, que suelen ocurrir en invierno, el síndrome del corazón roto suele darse en los meses de primavera y verano. En un 75 por ciento de los casos ocurre después de sufrir un estrés intenso, como un accidente de tráfico, una discusión, la muerte de un ser querido y el síndrome es más habitual en mujeres, en especial si ya han pasado la menopausia.

Si usted está atravesando por una situación muy estresante, angustiosa o con mucho dolor emocional, tome alguna terapia de relajación, psicoterapia, haga más ejercicio, disminuya la carga de trabajo y tome los períodos de descanso necesarios, según sea el caso, para evitar ser víctima de esta condición médica.

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