Tecnologías de impacto sanitario
OMS publica compendio que destaca aplicaciones de utilidad en la gestión de la pandemia, además de recursos para el manejo de otras enfermedades prioritarias.
Las tecnologías innovadoras están acelerando el acceso a atención médica, pero su disponibilidad en los establecimientos de salud, costo y calidad representan tareas urgentes para garantizar que estos adelantos beneficien a toda la población.
Así lo plantea la Organización Mundial de la Salud (OMS) en un documento que detalla 24 nuevas aplicaciones que evidencian importantes beneficios en el manejo de la COVID-19 y otras enfermedades consideradas prioritarias. Por el momento, 15 de estas se encuentran disponibles, mientras que el resto aún son prototipos.
“El objetivo principal del compendio es seleccionar y evaluar tecnologías que puedan tener un impacto inmediato y futuro en la preparación y respuesta a la COVID-19, mejorar potencialmente los resultados de salud y calidad de vida y, además, ofrecer una solución a una necesidad médica insatisfecha”, comenta la doctora Mariângela Simão, subdirectora general de Acceso a Productos Sanitarios de la OMS.
El documento incluye elementos simples que van desde un aditivo blanqueador coloreado, que permite identificar superficies y objetos no esterilizados, hasta equipos complejos pero fáciles de usar, como un sistema de monitorización respiratoria portátil y ventiladores autónomos capaces de funcionar sin energía eléctrica.
“También destacamos un centro de salud desplegable para emergencias. Algunas de estas tecnologías ya están en uso y han demostrado su valor a través de programas piloto, como un concentrador de oxígeno alimentado por energía solar que ha sido muy eficaz en el tratamiento de la neumonía”, agrega.
El trabajo realizado por expertos internacionales y equipos técnicos de la OMS proporciona una evaluación completa de las tecnologías en relación a especificaciones de rendimiento, calidad y seguridad; idoneidad en entornos de bajos recursos; asequibilidad; facilidad de uso; y estado de aprobación regulatoria.
Esta información es vital para ayudar a los gobiernos, organizaciones no gubernamentales y donantes a decidir qué productos adquirir. “La idoneidad de cada recurso se comunica a través de un sencillo sistema de puntuación de semáforos, que indica su nivel de recomendación”, concluye.
