Primera cirugía de estimulación cerebral profunda
El Hospital Central del Instituto de Previsión Social marcó un hito en el tratamiento de los trastornos del movimiento en Paraguay.
La enfermedad de Parkinson (EP) es un trastorno neurodegenerativo crónico producido por la destrucción de las neuronas dopaminérgicas que se encuentran en los ganglios basales e intervienen en el control de los movimientos dentro del sistema nervioso central.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), es la segunda enfermedad neurodegenerativa más frecuente y afecta a 6,3 millones de personas, cifra que podría duplicarse en 2030.
Se caracteriza por la presencia de lentitud de movimientos, temblor de reposo y rigidez, lo que ha llevado a que se la considere y estudie como un trastorno motor pese a que, en las últimas décadas, ha aumentado el reconocimiento de síntomas disautonómicos, apatía y deterioro cognitivo, entre otros.
Uno de sus abordajes es la estimulación cerebral profunda, tratamiento que busca corregir la actividad eléctrica anormal que causa los trastornos del movimiento. A través de electrodos, implantados en áreas específicas del órgano, se generan impulsos eléctricos que afectan su actividad, células y sustancias químicas.
En esta línea, el Hospital Central del Instituto de Previsión Social (IPS) realizó, por primera vez en Paraguay, la intervención quirúrgica destinada a implantar los electrodos en el tejido cerebral y el dispositivo bajo la piel, similar a un marcapasos, que controla los impulsos eléctricos.
"Esto mejorará significativamente la calidad de vida de la paciente, permitiéndole recuperar su independencia en actividades cotidianas. Este avance marca un hito en el tratamiento de los trastornos del movimiento en el país", comentó el doctor Óscar Servín Moreno, jefe de Neurocirugía del IPS.
El neurocirujano funcional lideró el histórico procedimiento, junto a Carolina Velázquez Oviedo, neuróloga clínica. Completaron el equipo los doctores Joel Sanabria, David Aguirre y Gissel Weiner.
Se trata de una terapia efectiva para pacientes con EP, ya que restaura la función motora, reduce la dosis de levodopa y las complicaciones de movilidad, además de mejorar la calidad de vida.