Buscan identificar impacto de COVID-19 persistente
Organizaciones internacionales impulsan una agenda de investigación integral para maximizar la efectividad de los tratamientos y mejorar sus resultados a largo plazo.
Diagnosticados de COVID-19, incluso meses después de la infección aguda, experimentan síntomas duraderos como fatiga, disnea y complicaciones neurológicas, sin embargo, las pruebas son limitadas y se basan en pequeñas cohortes de pacientes con un seguimiento a corto plazo.
Generar conocimiento para revertir este problema y así determinar el real impacto de la COVID-19 persistente es el objetivo de un estudio impulsado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Consorcio Internacional de Infecciones Respiratorias Agudas Severas y Emergentes, junto a un grupo de investigadores independientes de Europa.
El proyecto se titula Post-COVID condition core outcomes y empezará por encuestar a personas que padecen COVID-19 persistente. Los resultados permitirán identificar parámetros comunes que conduzcan al diseño de estrategias para abordar el trastorno. “Existe una necesidad urgente de contar con datos básicos para optimizar y estandarizar la información clínica”, comentó Hans Kluge, director regional de la OMS para Europa.
Para el médico, esta condición es una “prioridad para nosotros y debería serlo también para cada autoridad sanitaria”. A principios de 2021, la organización internacional impulsó la elaboración de una agenda de investigación integral para maximizar el impacto de los tratamientos y mejorar sus resultados a largo plazo.
“La COVID-19 persistente es una enfermedad que puede tener un impacto enorme. Muchos son incapaces de volver a trabajar y retomar sus rutinas, existe afectación sobre la salud mental y su evolución es variable, lo que obliga a adoptar enfoques personalizados”, concluye un informe del Observatorio Europeo de Sistemas y Políticas de Salud de la OMS.
