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La actividad fue organizada por la Sociedad Paraguaya de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello y tuvo como temas centrales las barreras en el tratamiento de la rinitis alérgica y porqué los niños tienen otitis media.

El especialista formado principalmente en Río de Janeiro y en países como España, Francia, Alemania y Japón, asegura que el médico adquiere las mejores experiencias y capacidades en el contacto día a día con el paciente, además de los conocimientos obtenidos.

En referencia al encuentro dado, expresó que en la ocasión disertó sobre los medicamentos utilizados en los diferentes tratamientos de las afecciones y sobre cómo utilizarlos basado en criterios muy prácticos.

- Doctor, coméntenos los temas sobre los que disertó en la ocasión…

Sobre el mal uso de los medicamentos. El médico debe conocer muy bien las armas (fármacos) que tiene, porque si las mal utiliza, el virus se hace más resistente.

En el caso de la nariz, por ejemplo, de la rinitis, lo ideal es el spray nasal, que es bueno también en la aplicación por la boca, pero debe ser alarmante cuando el niño va creciendo y el problema continúa, algo está fallando.

- ¿Por qué cree que se da ese error específico en ese caso?

Porque el formato de la nariz presupone que este órgano tiene una cavidad para arriba y sin embargo es para atrás. La nariz es en dirección al fondo de la cabeza.

Es muy simple, el médico debe conocer bien el órgano para entender cómo funciona y por ende cómo llegará a causar efecto ese medicamento.

- Usted se especializa en la atención a niños, nos comentó…

Son los niños quienes nos eligen como médicos -desde mi interpretación-, y no nosotros a ellos, y eso es lo importante.

Como otorrinos sabemos que una de las enfermedades muy frecuentes en la niñez se da en los oídos y es la otitis, por eso es importante la manera en que el médico brinda la atención.

Imagínense a un niño que tiene dolor de oído y va al otorrino para que se le controle, tiene que generarse cierto grado de confianza.

Por ejemplo, si un niño tiene cerumen -que no es suciedad, sino que tiene una acción bactericida-, es bueno que las madres lo sepan, porque sacar cerumen con el cotonete es dañino y a los niños les da mucho miedo.

Entonces, una regla esencial para el médico otorrino que trata a niños, es que si va a causar algún  daño o dolor, lo evite. Eso en el caso del oído.

- ¿Y en el caso de la nariz?

En cuanto a la nariz es muy simple, con el dedo pulgar se realiza un procedimiento muy básico y se ve lo que se quiere. El simple hecho de mirar la nariz ya indica si se necesita o no exámenes más especiales o se vislumbra alguna complicacón.

También el dolor de garganta es predominante en los niños, y son los padres lo que generalmente les hacen abrir grande la boca cuando hay sospechas de alguna afección y es ahí cuando más abren que más nauseas les provocan.

Cuando un niño va a un otorrino y ve al médico con el palillo de madera en la mano, ya no quiere ser inspeccionado. Ese, por ejemplo, es un error de técnica por parte del médico.

- ¿Cómo fue que decidió especializarse en niños?

En todos los viajes que realicé conocí a otorrinos que trataban a adultos y me contaban que los niños los odiaban y también tuve esa experiencia en Brasil.

Cuando atendía en consultorios, conforme a la atención que brindaba, los niños querían consultar conmigo y ahí empecé a dedicarme a ellos.

De un momento a otro, terminaba atendiendo 20 niños al día, y a veces algún padre quería consultar y me preguntaba si podía verlo también o si solo veía a niños. Casi me convertí en un médico de familia.

Así empezó la otorrinopediatría, porque uno va apasionándose con los temas y cada vez se interesa más.

- Por último… ¿Qué conoce de la otorrinolaringología paraguaya?

Lo que yo conozco es que se tiene una excelente otorrinolaringología, muy buena formación y como el país es pequeño, los especialistas se sienten en un país pequeño y buscan más que todo salir afuera para ampliar sus conocimientos.

Conocí una experiencia parecida en Japón, que es todavía menor que Paraguay en este campo, pero ellos tienen una preocupación de salir de su país, es casi como una enfermedad o un complejo.

Eso no hay en Paraguay, pero hay curiosidad y empeño en mejorar, que me impresiona y me gusta mucho.