Dr. José Brítez Cantero:
“La terapia cognitivo conductual busca aportar en la salud pública”
Su simplicidad intuitiva, confianza en los métodos empíricos para poner a prueba la validez de sus modelos, la efectividad de los tratamientos y utilidad clínica son las principales características de este enfoque terapéutico.
La terapia cognitivo conductual (TCC) es un conjunto de teorías y técnicas que establecen un sistema psicoterapéutico basado en la relación, interconexión e influencia entre los pensamientos, emociones, sensaciones físicas y comportamientos.
Interviene a nivel cognitivo y en la conducta buscando modificar la forma de pensar, sustituir ideas basadas en creencias irracionales y distorsiones cognitivas por pensamientos más objetivos y adaptativos, además de transformar comportamientos menos útiles en conductas beneficiosas.
Centrada en el presente y futuro inmediato del paciente más que en su pasado, su uso se ha consolidado como un recurso terapéutico en el ejercicio de la psicología y psiquiatría con abordajes de gran aceptación y reconocida efectividad en estudios empíricos y por autores como Albert Ellis y Aroon Beck.
“Se concibe como una familia de modelos que comparten algunos o todos los supuestos teóricos fundamentales, donde se consideran tres: los procesos cognitivos afectan la conducta, la actividad cognitiva puede ser monitoreada y alterada y los cambios en las cogniciones conducen a la modificación de conductas”, comenta el doctor José Brítez Cantero, profesor titular de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Asunción.
De acuerdo con el académico, la terapia cognitivo conductual surge de la fusión de la terapia comportamental clásica, que fue considerada como la primera generación de psicoterapia validada científicamente.
“Guiado por teóricos comportamentales, como Skiner y Watson, fue Joseph Wolpe (1958) en Sudáfrica quien conceptualizó la desensibilización sistemática para el abordaje de las fobias y la ansiedad. Hans Eysenck, los años 1952 y 1960 en Reino Unido, elaboró el fundamento teórico para la terapia comportamental. Por otro lado, la terapia cognitiva emana del trabajo de investigación de Aaron Beck (1963 y 1964) sobre la depresión en la Universidad de Pensilvania”.
El experto en intervenciones psicoterapéuticas individuales, grupales y microcomunitarias dirige el programa de especialización en terapia cognitivo conductual que dicta la Universidad Nacional de Villarrica del Espíritu Santo (UNVES) en coordinación con la Sociedad Paraguaya de Psiquiatría.
“La idea nace de diversos intercambios realizados con colegas argentinos en congresos y jornadas tanto en Asunción como en Buenos Aires. La Sociedad Paraguaya de Psiquiatría realizó las gestiones con la UNVES y se concretó un convenio para desarrollar el curso. Actualmente se está preparando la cuarta cohorte, con la cual pretendemos consolidar todo lo avanzado, incorporar a más profesionales del área de la salud mental y contribuir en la salud pública”.
- Este enfoque cuenta con amplio respaldo científico y ha sido implementado en diferentes centros de salud…
Esta terapia desarrolla una práctica basada en la evidencia. Los procedimientos aplicados están respaldados por la ciencia y en esa línea la enseñanza y adiestramiento impartidos buscan un estándar de aprendizaje suficiente para un desempeño clínico competente.
Para asegurar tal propósito contamos con un equipo de primer nivel integrado por docentes de la Universidad Nacional de Buenos Aires, Asociación Argentina de Terapia Cognitiva Conductual, Universidad Nacional de Asunción y Universidad Nacional de Villarrica del Espíritu Santo. Lastimosamente en Paraguay los profesionales formados en el modelo cognitivo conductual, principalmente psicólogos y psiquiatras, son escasos.
- ¿En qué consiste el tratamiento?
Aaron Beck lo definió como un abordaje activo, de tiempo limitado y estructurado para tratar distintos trastornos psiquiátricos. Es activo porque a diferencia de los manejos tradicionales el terapeuta interactúa intencionalmente con el paciente buscando su participación centrándose en los problemas actuales y en la modificación del pensamiento y conductas disfuncionales.
Su duración es limitada, generalmente entre 12 y 16 semanas. Sin importar el diagnóstico o la etapa del tratamiento, el terapeuta cognitivo tiende a armar una estructura establecida para cada sesión.
La TCC apela a una variedad de técnicas para modificar el pensamiento, estado de ánimo y la conducta. Además de las estrategias cognitivas: cuestionamiento socrático, descubrimiento guiado y empirismo colaborativo, que son importantes para esta terapia, utiliza también herramientas que provienen de otras técnicas.
- ¿A qué tipo de personas está dirigida y cuáles son sus ventajas?
En su desarrollo inicial estuvo dirigida a pacientes con trastorno depresivo y posteriormente demostró su eficacia en trastornos del espectro ansioso, de pánico con o sin agorafobia, ansiedad generalizada y social, trastorno de estrés postraumático (TEPT) y obsesivo compulsivo.
Existen desarrollos para el abordaje de pacientes psicóticos. Investigaciones realizadas en la Universidad de Manchester demostraron que el modelo puede aplicarse con éxito a ellos.
Las ventajas de la TCC se deben a factores como su simplicidad intuitiva, su confianza en los métodos empíricos para poner a prueba la validez de sus modelos, la efectividad de los tratamientos y su utilidad clínica.
- Coméntenos de los problemas emocionales que puede abordar…
Beck plantea sus primeras formulaciones enfocadas a la depresión en 1967, con el propósito de desarrollar una forma breve y específica de psicoterapia para mitigarla. Pero ya en 1976 publica “La terapia cognitiva y los trastornos emocionales”, donde aborda los diversos trastornos neuróticos comprendidos desde la perspectiva cognitiva.
Esas ideas originales evolucionaron y se han desarrollado modelos teóricos de intervenciones específicas para el trastorno de pánico por Barlow en 1988 y Well en 1995, trastorno de ansiedad generalizada y fobia social por Clark y Well en 1995. Están los modelos de pensamiento obsesivo diseñados por Salkovski (1990) y Rackman (1997). También el modelo de exposición prolongada para el TEPT elaborado por Foa y Kozak en 1985-1986.
Este modelo cognitivo conductual fue adaptado en 1990 para pacientes internados y diagnosticados de trastornos de personalidad por Beck, Freeman y Asociados. Beck, Neuman y otros en 1993 lo ajustaron para personas con abuso de alcohol y sustancias tóxicas. Incluso puede aplicarse con éxito en individuos con experiencias psicóticas como han demostrado Bentall, Birchwood y otros.
- La pandemia ha provocado un aumento de personas con trastornos en la salud mental…
Efectivamente, esta crisis sanitaria y sus múltiples implicancias han llevado a un incremento significativo de trastornos de ansiedad, depresivos y adaptativos para los cuales la TCC ha demostrado claramente su eficacia. Sin embargo, a nivel de salud pública su papel ha sido exiguo debido a la baja especialización. Es un aspecto que esperamos cambiar en los próximos años.
- ¿Cómo analiza su desarrollo en Paraguay?
Se encuentra en una etapa muy inicial de acuerdo con los requisitos del Mercosur Educativo, que exige que la formación este avalada por una universidad. Actualmente el único centro que cuenta con un programa de especialización es la Universidad Nacional de Villarrica del Espíritu Santo en convenio con la Sociedad Paraguaya de Psiquiatría.
- ¿Cuál es el objetivo del curso?
Ser un aporte significativo en la formación adecuada de profesionales en el campo de la psicoterapia. Este es un procedimiento fundamental para abordar y ayudar a resolver diversos trastornos mentales y del comportamiento. También pretende contribuir en el desarrollo y práctica en los ámbitos público y privado.
- ¿Qué herramientas y habilidades incorporan los alumnos?
Una de las competencias centrales promovidas es saber conceptualizar cada caso, que puede ser concebido siguiendo a Kuyken, Padesky y Dudley como el proceso por el cual el terapeuta y el paciente trabajan de forma colaborativa para describir y explicar los problemas que presenta el consultante. Los alumnos incorporan las destrezas necesarias para aplicar las técnicas pertinentes en este contexto.
La relación de colaboración es reconocida como un factor importante y parece ser el mejor predictor de cambio terapéutico identificado en los estudios sobre psicoterapia. El propósito es guiar el tratamiento a fin de aliviar la angustia de las personas y crear resiliencia.
Por Óscar Ferrari Gutiérrez
