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Mantener la salud en todos sus aspectos, analizando y estudiando el cuerpo humano en forma integral, tomando en cuenta la esfera psicológica, social y hasta espiritual del paciente en las distintas etapas de su vida y sin discriminar sexo o edad, es tarea de la medicina familiar.

Los profesionales que se desempeñan en esta disciplina son expertos en atención primaria y, bajo un modelo de gestión participativo, cuentan con los conocimientos y habilidades para abarcar cerca del 90 por ciento de las patologías de la población a nivel ambulatorio, con la opción de derivar de manera oportuna a centros secundarios o terciarios.

“Es una especialidad que integra la promoción de la salud y la prevención de la enfermedad, garantizando una atención de primer contacto, integral, continua y personalizada, con un importante desarrollo basado en riesgos biopsicosociales, excelencia clínica y enfoque sistémico”, comenta el doctor Federico Lezcano, vicepresidente de la Sociedad Paraguaya de Medicina Familiar (SPMF), jefe del Departamento de Acreditaciones del Instituto Nacional de Salud (INS) y docente de la Universidad Católica Nuestra Señora de la Asunción.

Como miembro de World Organization of Family Doctors (WONCA), la agrupación que representa, fundada en 1990, se sumará a las actividades de conmemoración del Día Mundial del Médico de Familia (19 de mayo), que este 2024 lleva por lema "Planeta sano, gente sana".

De acuerdo con el geriatra y gerontólogo formado en la Universidad Nacional de Itapúa, magíster en salud pública y coordinador nacional del Proyecto de Formación Estratégica de Especialistas en Medicina Familiar, “la implementación de esta materia en la malla curricular de la formación de pregrado es un avance importante, porque se logra traspasar una visión holística del paciente y su comunidad para llevar a cabo una práctica clínica centrada en la persona”.

- ¿En qué momento institucional se encuentra la agrupación?

Son más de tres décadas de historia, desde que se fundó en 1990. La especialidad ha ganado reconocimiento y prestigio en el país en todos los ámbitos. 

Tenemos al frente de la cartera sanitaria a una especialista en medicina familiar. Varios otros profesionales del área ocupan cargos gerenciales, de liderazgo en las distintas dependencias de este ministerio. Habitualmente somos invitados a participar como panelistas en eventos organizados por otras sociedades científicas. Además, hemos firmado alianzas estratégicas con varias entidades con las cuales trabajamos de manera muy cercana en diferentes proyectos. 

Este es el resultado de una labor constante de todas las comisiones directivas que fueron dejando su aporte a lo largo de la historia.

- ¿De qué forma han logrado posicionarse como un actor relevante en la sociedad y salud pública?

La realización de actividades científicas continuas como reuniones mensuales, jornadas regionales e internacionales y congresos nos permitió ir ganando espacios.

El último Congreso Paraguayo de Medicina Familiar, efectuado en agosto de 2023, fue un evento histórico por el número de participantes. Llegamos a tener 1.300 asistentes entre médicos generales, especialistas en medicina familiar, residentes e inclusive profesionales de otras áreas.

También nos posiciona como actor relevante en la salud pública la participación de algunos de nuestros integrantes en las siguientes mesas de trabajo: Consenso Nacional Intersociedades de Inmunización del Adulto, Consenso Nacional de Diagnóstico y Tratamiento de VIH y Consenso Intersociedades de Manejo Empírico de Infecciones Comunitarias.

- ¿Qué medidas han impulsado para favorecer el desarrollo de la especialidad?

Durante años en el país solo contábamos con cuatro unidades formadoras. A finales de 2018, el Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social (MSPBS) comienza a trabajar en el Proyecto de Formación Estratégica de Especialistas en Medicina Familiar, en el cual tuvimos un papel significativo en cuanto a la verificación de los establecimientos de salud para que los mismos sean unidades formadoras cumpliendo con los requisitos mínimos requeridos para el efecto. 

A partir de esa labor conjunta, contamos con veintiséis distribuidas en todo el territorio, ofreciendo a la sociedad en promedio ciento cincuenta nuevos especialistas anualmente. De esta manera, la salud pública cuenta con profesionales capacitados y resolutivos que brindan atención con calidad y calidez. 

Recientemente, la SPMF realizó un evento en donde todos los temas abordados fueron centrados en cambios en el estilo de vida y la práctica de actividades físicas, con la finalidad de aportar en prevención y reducción de factores de riesgo de enfermedades no transmisibles.

- Hace 30 años el concepto de familia era distinto, ¿cómo se ha adaptado la especialidad a estos nuevos tiempos?

La composición familiar no es un fenómeno estático, sino un proceso dinámico. Estos cambios conceptuales se dan influenciados por causas múltiples que van desde factores culturales, económicos, educacionales y políticos, hasta incluso sanitarios. Y esto es un gran desafío para el médico en general, pero más aún para el de familia que trata al individuo y su entorno.

La diversidad familiar es una realidad social y en, ese contexto, no podemos estar ajenos. Nuestra tarea consiste en adaptarnos a los cambios sociales y necesidades reales de las personas.

Esto debe basarse en el respeto por el paciente y su entorno, en el acompañamiento durante todas las etapas de su vida. También en la confianza, convirtiéndonos en referentes para ellos, teniendo en cuenta siempre los principios que rigen nuestra práctica médica: atención integral, integrada, permanente y accesible.

- ¿Cuáles son los desafíos más relevantes de la agrupación?

En el ámbito laboral, seguir expandiendo el campo de acción, no solo en las Unidades de Salud Familiar (USF), sino en centros asistenciales de mediana complejidad, sobre todo en aquellos más distantes de la capital, considerando la capacidad resolutiva que tenemos. Asimismo, ejercer la medicina ambulatoria en instituciones privadas. 

Otra tarea es la implementación de servicios o consultorios en los distintos establecimientos de salud dependientes de la cartera sanitaria, como los que tenemos en el Centro Médico Bautista, Hospital de Clínicas y el Hospital Regional de Caacupé.

La investigación es otro reto para la especialidad. Es una motivación para que la práctica ambulatoria tenga una perspectiva diferente a la rutina. El hecho de vigilar el perfil epidemiológico de las familias a nuestro cargo y comprobar cómo nuestras actividades de promoción y prevención influyen en el perfil de salud de las familias que atendemos es una acción motivadora. 

- ¿Cómo enfrentar la brecha que existe en el sistema de salud paraguayo?

La necesidad de contar con más especialistas en todo el país es amplia. Para llegar a la cobertura universal, el sistema sanitario debe contar -aproximadamente- con dos mil USF, que a su vez deben estar lideradas por un médico de familia.

Por otro lado, en zonas más alejadas es necesario que el especialista realice su práctica asistencial en establecimientos de salud de segundo nivel de atención. De esta manera, ayudará a las familias y comunidad brindando atención resolutiva.

Por Óscar Ferrari Gutiérrez