Dra. Javiera Alaníz Muñoz:
“La lactancia está volviendo a tener un rol protagónico”
Esta alimentación natural proporciona aporte nutricional, inmunológico y emocional al bebé, junto con la creación de lazos afectivos con la madre. Fomentarla es uno de los objetivos de la OMS para mejorar la salud de los recién nacidos.
Desde la antigüedad, la lactancia materna exclusiva (LME) ha estado unida a la alimentación del niño durante los primeros años de su vida. Si bien, en un comienzo, solo se la reconocía como un recurso utilizado para la supervivencia de los pequeños, con el tiempo se vio cómo las mujeres adoptaban conductas de filiación e interacción con su hijo.
La evidencia ha establecido una línea temporal respecto a su evolución, la que revela cómo los usos y costumbres predominantes en cada momento histórico han marcado tal forma de alimentación que contribuye con mayor efectividad al desarrollo físico, emocional, intelectual y psicosocial del niño, proporcionándole nutrientes en calidad y cantidad adecuados, según las necesidades específicas.
“Ofrece múltiples beneficios biopsicosociales y la prolongación de este proceso es una medida costo eficiente viable, de allí la existencia de leyes que la protegen en varios países del mundo”, destaca la doctora Javiera Alaníz Muñoz, diplomada en Salud Familiar y Comunitaria en la Universidad de Los Andes en Chile, consejera en lactancia y asesora de alimentación complementaria autorregulada (Baby Led Weaning), un método de destete "dirigido" por el bebé.
Como médico del Centro de Salud Familiar Central Oriente en la ciudad nortina de Antofagasta en Chile, evidencia de qué manera el carácter integral y comunitario de esta especialidad permite centrar los esfuerzos sanitarios en “el cuidado de las personas antes de que aparezca la enfermedad y proporcionar herramientas para el autocuidado. Eso permite generar lazos con los pacientes, especialmente con las madres, a quienes acompañamos en el control de niño sano, aclaramos dudas en caso de complicaciones tempranas y reforzamos la importancia de la LME”.
- ¿Cuáles son los beneficios de la lactancia materna para la madre y el niño?
En el caso de la madre, reduce el sangrado postparto, ayuda a una recuperación uterina más rápida y del peso pre-embarazo y disminuye el riesgo de cáncer estrógeno dependiente como el de mama y ovario. En los niños modera la morbimortalidad por enfermedades infecciosas. Al ser un fluido vivo y cambiante, su consumo se asocia a un mejor desarrollo cognitivo, ya que se ajusta a las necesidades del bebé en sus distintas etapas. Gracias a su contenido de anticuerpos, los protege de patologías virales, bacterianas e infecciosas siendo una especie de “vacuna natural”. Existe una notoria reducción de alergias cutáneas y alimentarias y también se relaciona con una menor incidencia de obesidad y enfermedades metabólicas en la vida adulta.
- Es el amamantar la herramienta vincular entre ambos…
Es una forma de generar apego, pero no la única. Hay mujeres que, por diversos motivos, no pueden o no quieren amamantar y eso no las hace malas madres ni tampoco las condena a no tener un vínculo de apego con sus hijos. Para que un bebé sea feliz, lo primordial es que la mamá lo esté. Por eso una lactancia exitosa debe ser deseada.
- ¿Qué sucede cuando la madre no puede amamantar o debe suspender esta práctica prematuramente?
Sabemos que la lactancia materna es el alimento ideal para nuestros bebés, pero existen circunstancias que no permiten realizarla de manera exclusiva, ya sea por motivos médicos del lactante o porque la madre debe suspenderla del todo. Lo importante en estos escenarios es contar con el apoyo y la evaluación del pediatra de cabecera para indicación de fórmula de inicio.
- ¿Qué nuevas investigaciones se han llevado a cabo en esta materia?
En neuroimagen funcional se ha visto que los bebés alimentados con leche materna tienen un mejor desarrollo cerebral, como consecuencia de un mayor desarrollo de la sustancia blanca. Este crecimiento adicional fue más pronunciado en regiones relacionadas con el lenguaje, la función emocional y la cognición, algo que intuíamos y que actualmente se ratifica con evidencia dura.
- La LME se ha definido también como un fenómeno biocultural…
Claramente lo es y está condicionada por factores biológicos y socioculturales. Sin duda, la leche materna es -y ha sido- el mejor alimento para las primeras etapas de la vida durante millones de años, pero ha sido influenciada a lo largo de la historia por diferentes conductas y acervos. Existe un componente cultural importantísimo en la práctica del amamantamiento transmitido de generación en generación, de madres a hijas, que forma parte de la experiencia para garantizar la supervivencia de la especie. Si bien es cierto esta práctica se fue perdiendo por diferentes factores, entre ellos la aparición de fórmulas lácteas, me genera profunda alegría ver cómo está volviendo a tener un rol protagónico y que cada vez existan más mujeres que desean lactar y se preparan para ello.
- ¿Cómo influye la medicalización del parto en el proceso de lactancia?
La “cascada de intervenciones” que medicalizan innecesariamente el parto normal es bastante frecuente y esto tiene repercusiones al principio de la lactancia. Estas se asocian de manera significativa a partos traumáticos y a la separación de la madre y su hijo, que perjudican la LME y el establecimiento del vínculo afectivo. El éxito de la lactancia se asocia negativamente con el uso de anestesia epidural, incluso las mujeres que reciben estimulación con oxitocina sintética durante el trabajo de parto presentan menos probabilidades de iniciarla en las primeras cuatro horas y tienen dos veces más posibilidades de dar leche artificial en el momento del alta hospitalaria. Existen estudios que relacionan las dosis de oxitocina sintética con una duración más corta de la lactancia materna exclusiva en tres meses de manera inversa.
- Usted es reconocida como consejera de lactancia. ¿Qué la motivó a inclinarse por esta temática?
Cuando estaba en mi proceso de gestación, me di cuenta que en pregrado se habla muy poco de este tema y quería estar preparada para el nacimiento de mi hijo Cristóbal. Tomé un curso de la Sociedad Chilena de Pediatría a través de la plataforma de educación médica continua de SAVAL y en la práctica noté que no solo los médicos no sabemos de lactancia, sino que -en general- la sociedad desconoce los múltiples beneficios que presenta esta forma de alimentación. A eso se suma el que no estamos acostumbrados a ver a las mujeres lactando de forma natural. Este instinto de supervivencia innato en los bebés, en el caso de las madres se vuelve una conducta adquirida. En el establecimiento asistencial donde nació mi hijo, lamentablemente viví que la información que entregaban los distintos turnos de profesionales diferían y como madre puérpera eso genera angustia y confusión, otra razón que me motivó a seguir formándome en el área. Me enamoré de la lactancia, incluso antes de que naciera mi hijo. Eso me llevó a seguir capacitándome hasta la actualidad. Me certifiqué como consejera de lactancia materna en LactaMed en 2019 y en la Comunidad de la leche en 2020, que es reconocida internacionalmente por la Lactation Education Accreditation and Approval Review Committee (LEAARC).
- ¿En qué consiste esta consejería?
Esta es un área hermosa que se inicia con la educación prenatal, donde nuestro enfoque es entregar información a la futura madre; enseñar los múltiples beneficios que tiene la lactancia en la díada madre-hijo; romper mitos que, lamentablemente, existen muchísimos y muy arraigados en la sociedad; enseñar técnicas para amamantar y manejar complicaciones frecuentes que podrían presentarse en las primeras horas de vida del lactante; y educar al entorno familiar para que comprendan lo que implica la lactancia y el puerperio de manera efectiva para permitir que se establezca la LME de manera adecuada. En las asesorías postnatales, nos enfocamos en apoyar y contener a las madres durante la instauración de la lactancia; ayudamos a solucionar dificultades que puedan surgir durante el proceso; entregamos consejo para facilitar el retorno al trabajo, enseñando cómo realizar un banco de leche en caso de querer seguir manteniendo la lactancia; y también podemos acompañar y asesorar en el destete si la madre lo necesita.
- ¿Por qué es tan necesario reivindicar esta práctica?
Tenemos la idea errónea de que la lactancia es una cosa instintiva y que es normal que duela, lo que no es así. Más de 90% de las mujeres presenta dolor al amamantar en las primeras semanas postparto y esta es la causa principal de abandono precoz. Si este factor se mantiene de manera prolongada, se transforma en riesgo de depresión. Por todo lo descrito anteriormente, es fundamental que se reconozca la importancia de las consejerías por parte de personal calificado, ya que se asocia a una serie de beneficios que perdurarán a lo largo de la vida.
- ¿Cuándo es prudente comenzar el destete fisiológico?
No hay una edad para comenzar el destete, la decisión depende -fundamentalmente- del binomio madre-hijo. Sin embargo, la recomendación es mantener la lactancia materna exclusiva los primeros seis meses de vida y asociada a alimentación complementaria, idealmente, hasta los dos años o más.
- Por último, la lactancia ¿es una inversión en salud a futuro?
Por supuesto. Si tuviéramos mejores cifras de lactancia en la sociedad disminuiríamos la morbimortalidad infantil, prevendríamos enfermedades crónicas en la vida adulta, reduciríamos problemas de salud mental materna y de maltrato infantil, entre tantos beneficios que nombramos a lo largo de esta entrevista.
Por Carolina Faraldo Portus