Dr. Luis Bavestrello:
“El primer desafío en Latinoamérica es tener más profesionales infectólogos”
Presidente de la Asociación Panamericana de Infectología (API), periodo 2013 -2015, el profesor doctor Bavestrello, fue el disertante principal en la Conferencia Magistral sobre el Uso y Abuso de Antibióticos en Latinoamérica, evento que fue cierre de las actividades 2014 de la Sociedad Paraguaya de Infectología (SPI).
Past presidente y miembro de la Sociedad Chilena de Infectología, conversó con SAVALnet en el Hotel Excelsior de Asunción. Dijo que participa activamente como consultor de las Organizaciones Mundial de la Salud (OMS) y de la Panamericana de la Salud (OPS), sobre el uso racional de antimicrobianos y la prevención de resistencia en países de Latinoamérica.
Con especialidades en medicina interna, farmacología clínica e infectología, el médico se formó inicialmente en la Universidad de Chile en Valparaíso, después se especializó en medicina interna y farmacología clínica en la Universidad de Valparaíso, y posteriormente en antimicrobianos y farmacología en Milán, Italia; para luego seguir formándose en EE. UU., en las universidades de Iowa y en la de Columbia, donde culminó su formación en infectología y control de infecciones hospitalarias.
Dedicado a la docencia en temas de farmacología, medicina interna e infectología, habló sobre los pilares de trabajo y objetivos de la Asociación Panamericana de Infectología y los logros alcanzados; y destacó la cantidad y calidad de los profesionales paraguayos, al mismo tiempo de asegurar que es necesaria la formación de más infectólogos en Latinoamérica.
- Cuéntenos cómo nació la Asociación Panamericana de Infectología…
Surgió de un grupo de destacados infectólogos de países latinoamericanos que quisieron generar esta entidad de intercambio que fuera una contraparte a lo que eran las sociedades Americana y Europea, para encontrar un lugar donde intercambiar experiencias, donde se generaran congresos en que llevaran sus trabajos y se pudieran conocer entre ellos, ya que entrar por un trabajo a un congreso norteamericano o europeo, cuesta muchísimo y a veces no les interesa la patología que nosotros tenemos con otras realidades.
Tiene casi 20 años ya y el lugar donde se realizan los congresos generalmente es en el país que está a cargo en ese periodo, por eso el último congreso se hizo en Santiago de Chile. El próximo se dará en Quito, Ecuador; luego será en Panamá y esperamos que el subsiguiente sea aquí en Paraguay.
- En cuanto a los ejes principales de trabajo…
Estamos tratando de integrar a las sociedades de infectología de los países latinoamericanos y dando apoyo en lo que podemos para que se autogestionen.
Con Paraguay hemos tenido bastantes conversaciones y creo que vamos a hacer actividades en conjunto con mucha más intensidad de lo que veníamos realizando, y por eso estoy aquí en esta ceremonia que es muy linda, porque van a entregar certificados de especialidad, entiendo que a la primera generación de infectólogos formados acá, y eso me parece espectacular.
La otra labor que tiene la API es la de estimular que se generen trabajos científicos y actividades en los distintos países, y trabajamos con muchas organizaciones, tenemos muy buenos vínculos con la Organización Panamericana de la Salud (OPS), hemos hecho varios programas de tuberculosis, diagnóstico de esa enfermedad, enfermedades tropicales, control de infecciones y estimulación de mejoría de la calidad de los laboratorios de microbiología en los distintos países.
- En referencia a ese proceso de integración que menciona… ¿Cómo se encuentra eso con los demás países de la región?
Lo que estamos haciendo es generando una red para que los infectólogos o los médicos que tengan interés en infectología puedan especializarse o subespecializarse en algunas áreas, en países latinoamericanos que tienen sistemas de formación con potencia y con puntos que aportar, como Argentina, Uruguay, Chile, Perú, Bolivia y Paraguay, y ni hablar de Brasil y Venezuela.
Entonces, en vez de que los médicos de nuestros países miren solo a Europa y EE. UU, empecemos a integrarnos, porque tenemos mucho que enseñar. En cada uno de los países hay lugares donde se puede formar gente en determinadas áreas y a veces mejor que en un centro de EE. UU o Europa, y eso estamos tratando de hacer. También impulsar a que los médicos jóvenes que se interesen, puedan subespecializarse en el área latinoamericana, y así nosotros ya tenemos un polo del Cono Sur, un polo del Centro, un polo en Centroamérica, México y El Caribe.
- Coméntenos más sobre el tema del uso y abuso de antibióticos, sobre el cual disertó en esta conferencia magistral…
Lo que quiero entregar es un mensaje. Qué es lo que han hecho algunos países latinoamericanos y específicamente también lo que hicimos nosotros en Chile, donde me tocó liderar la iniciativa.
Es cómo ponemos en las arenas política y social este tema, para generar cierto grado de conciencia y también impulsar algunas medidas regulatorias para que no se mal usen los antimicrobianos, por ejemplo, en la compra directa en farmacias sin que haya una receta de por medio o un prescriptor responsable, que a veces puede que no sea un médico, pero sí un prescriptor entrenado para eso en determinadas áreas.
Y así trabajamos en mover normativas que ya están. Porque si tú revisas las normativas de nuestros países, todos dicen y no hay excepciones entiendo, que los antimicrobianos no deben expenderse en las farmacias sin receta, sin embargo, no hay voluntad política para aplicar eso.
- ¿Cuáles son las consecuencias más relevantes de la automedicación con antimicrobianos?
Tiene varias consecuencias. Pero quizás la más delicada es que el capital de antimicrobianos en general, por el tema de la resistencia, por mal uso, porque en la medida en tú usas los antimicrobianos va generando resistencia por un fenómeno natural. Si se usan mal, es peor; si se usan en dosificaciones o indicaciones inadecuadas, este problema es aún mayor.
Y pasa que ya estamos teniendo cepas microbianas y, especialmente las que producen infecciones, dentro de los hospitales que están en contacto permanente con pacientes con tratamientos antibióticos o en algunos casos también de la comunidad que ya prácticamente no tenemos con qué tratarla, y entonces nos vamos a quedar sin ese capital, porque los antimicrobianos la gente tiene que entender que son un recurso no renovable.
La velocidad de producción de nuevos agentes antimicrobianos versus la velocidad de consumo de lo que tenemos, la vamos perdiendo, es una batalla que la vamos perdiendo.
- ¿Cómo encuentra a Paraguay en el área de la infectología?
Ahora por ejemplo, volví luego de 10 años a Paraguay, y me encontré con un grupo mucho mayor de gente que está trabajando en infectología, que es justamente la que organizó este evento y la que está formando un hospital de enfermedades infecciosas que es un lujo, con un laboratorio de primer nivel. Y, entonces, me estoy llevando una gratísima impresión de lo que hay, pero también de todo lo que queda por hacer. Queda muchísimo por hacer y hay que estimularlo.
- Según su apreciación y experiencia… ¿Qué le parece que le falta a la infectología a nivel regional?
Primero, el infectólogo es un profesional escaso en Latinoamérica. Es menos escaso en países más desarrollados, pero también lo es, y eso es por distintas razones, pero más porque es una especialidad muy larga, ya que primero hay que tener una especialidad básica, y después hacer la especialidad.
Entonces, el primer desafío en Latinoamérica es tener más profesionales infectólogos, y por eso felicito al Paraguay porque tiene este centro de formación que ya está capacitando profesionales nuevos con los que tuve la oportunidad de conversar y discutir casos clínicos y que son de plena confianza, están muy bien formados.
Lo otro que se necesita es apoyo. Por ejemplo de laboratorio, porque para hacer buena infectología se necesita un laboratorio de microbiología que funcione, donde se pueda estudiar los virus, las bacterias, cultivarlas.
Hay grandes avances en que uno tiene respuestas más rápidas, pero son cuestiones caras, entonces cuesta desarrollarlos, y así en el lado epidemiológico también apoyar a los ministerios de los países para tomar buenas decisiones, programas de vacunas, de prevención y de formación. En fin, es una especialidad muy interesante y transversal.