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De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, cada año nacen 15 millones de niños prematuros. Se trata de la principal causa de fallecimiento en recién nacidos y la segunda en menores de cinco años, después de la neumonía. De ellos, un millón pierde la vida debido a complicaciones en el parto, proceso que ocurre antes de las 37 semanas de gestación, generalmente como consecuencia de embarazos múltiples, infecciones y enfermedades crónicas como la diabetes e hipertensión.

Quienes logran sobrevivir suelen sufrir alteraciones neurológicas, auditivas y pulmonares, las que se manifiestan desde la primera etapa de su desarrollo hasta la edad preescolar pudiendo, incluso, tener consecuencias por el resto de la vida.

Abandonar el consumo de tabaco, drogas y alcohol, controlar el peso, corregir la anemia, mantener una dieta balanceada y mantener una adecuada higiene dental pueden disminuir el riesgo de prematuridad. 

Un factor clave para mejorar el pronóstico y calidad de vida es brindar una atención oportuna y de calidad, trabajo que en el Hospital de Clínicas es liderado por la doctora Larissa Genes, jefa del Departamento de Neonatología y coordinadora del Consultorio de Seguimiento de Alto Riesgo.

“Según los indicadores básicos reportados en el país, en 2020 se registraron oficialmente 107.911 nacimientos. Considerando el subregistro el número sería de 144.877, de los cuales 11% fueron menores de 37 semanas de gestación”, comenta la especialista.

“La supervivencia es variable, ya que depende de muchos factores, entre ellos el peso y edad gestacional. A menor peso y edad gestacional la supervivencia es menor. Además, esto depende de las condiciones del parto y varía según el lugar de nacimiento y tipo de asistencia recibida. El grupo más vulnerable lo constituyen los menores de 1.500 gramos y 28 semanas de gestación. En 2018 tuvimos 8% de casos, por lo que se observa un aumento en la proporción de prematurez.

- ¿A qué se debe?

Podría ser consecuencia de un fenómeno pandémico y postpandémico donde muchas gestantes no acudieron a los controles prenatales. Esto ocasionó el aumento de ciertas patologías prevenibles como las infecciones, preeclampsia y diabetes gestacional. 

Las principales estrategias en la prevención son los controles prenatales adecuados, lo que permitiría la detección precoz de patologías maternas y el tratamiento oportuno, sumado a una nutrición adecuada y estilo de vida saludable de las gestantes. En caso de amenazas de partos prematuros la administración adecuada de corticoides y el traslado in útero permitiendo nacimientos en hospitales con mejor infraestructura.

- ¿Cuáles son los riesgos y consecuencias?

Los desafíos a los que se enfrentan los prematuros que sobreviven están principalmente en relación con la inmadurez y las morbilidades que tuvieron durante su internación. Así las principales consecuencias podrían ser trastornos motores, del neurodesarrollo como hiperactividad, déficit de atención, problemas de aprendizaje y la forma grave que constituye la parálisis cerebral.

También pueden presentar problemas neurosensoriales como alteraciones visuales que van desde la retinopatía del prematuro, cuya consecuencia más severa es la ceguera por desprendimiento de retina, hasta alteraciones como vicios de refracción y estrabismo. Además, los prematuros muestran mayor riesgo de sufrir algún grado de pérdida auditiva.

Pueden tener otros problemas de salud crónicos como trastornos nutricionales, infecciones, cuadros de broncoespasmo (asociados a displasia broncopulmonar), reingresos hospitalarios y riesgo aumentado de muerte súbita.

Es fundamental que los prematuros, principalmente los de muy bajo peso al nacer, ingresen a un programa de seguimiento de alto riesgo que permita detectar oportunamente los trastornos, ya que algunos de ellos se presentan en los primeros meses y otros en la etapa preescolar y escolar. 

- ¿Cómo se puede mejorar el pronóstico y calidad de vida?

El seguimiento y la intervención adecuada multidisciplinaria, desde el momento del nacimiento, brindan la posibilidad de mejorar e incluso lograr el potencial de habilidades de niñas y niños, quienes deben recibir cuidados acordes a su peso y edad gestacional.

Durante la internación, independiente de la gravedad, emplear estrategias de cuidados centrados en el neurodesarrollo mediante intervenciones individualizadas, que pretenden controlar el impacto del medio extrauterino sobre el recién nacido prematuro: modificaciones ambientales (cuidando los estímulos visuales, sonoros), manejo postural y del dolor, mínima manipulación y participación de los padres (apego precoz, contacto piel a piel, incorporación en los cuidados, facilitar la permanencia en las unidades clínicas sin restricción horaria.

- ¿Se han presentado casos de recién nacidos de pretérmino de peso extremadamente bajo? 

Sí, los recién nacidos de extremo bajo peso constituyen los menores a 1.000 gramos. Ellos representan el mayor desafío, principalmente los de menos de 750 gramos. 

Desde el Departamento de Neonatología del Hospital de Clínicas iniciamos hace dos años un protocolo de atención considerado: “La hora de oro”, donde el manejo inicial hasta su ingreso a la Unidad de Cuidados Intensivos es fundamental. Algunas de las estrategias constituyen la reanimación con el uso apropiado de oxígeno, el surfactante precoz, la administración de cafeína, la canalización venosa junto con la infusión de un flujo de suero glucosado evitando la hipoglicemia, la administración oportuna de antibióticos.  Posteriormente el soporte de nutrición parenteral en el primer día de vida y el destete oportuno del respirador. El manejo coordinado de todo el equipo de atención es fundamental en la mejora de los resultados.

- ¿Cuál es el soporte tecnológico disponible?

En Paraguay existe disparidad en las diferentes unidades. Son pocos los hospitales que cuentan con los equipos adecuados. Por lo que, en relación con la tecnología, se deben fortalecer los lugares donde se asisten a recién nacidos para contar con mezcladores de oxígeno (sistemas Blender), incubadoras con humidificación para proporcionar el microambiente adecuado a los menores a 1.500 gramos, equipos de pulsioximetría con tecnología de extracción de señal, sistemas que proporcionen ventilación a presión positiva continua (CPAP). Se deben incluir equipos de medición de oxigenación tisular regional y cerebral.

- El fortalecimiento de equipos clínicos, formación, capacitación y educación médica continua también son aspectos relevantes…

Asegurar la dotación de personal suficiente y la adecuada relación personal-paciente contribuye a la mejora en la calidad de la atención. La capacitación continua y actualizada es fundamental para la atención con calidad de todos los recién nacidos y por sobre todo de los prematuros.

Debe involucrase todo el plantel de profesionales: médicos, enfermeras, asistentes, kinesiólogos, fisioterapeutas, psicólogos, etc.  La socialización de protocolos de atención permite la participación y el compromiso como protagonistas en las estrategias de mejora.  Cuidando siempre los detalles y buscando la excelencia en la atención.  

- ¿Qué ventajas tiene la calostroterapia?

Esta se implementó en forma sistemática desde hace un año en el Hospital de Clínicas y constituye un tratamiento a todos los recién nacidos hospitalizados, especialmente a los prematuros y de muy bajo peso, que por su inmadurez inmunológica tienen alto riesgo de infecciones. Esta terapia consiste en extraer el calostro de la madre con la ayuda de una jeringa y administrarlo en la mucosa orofaríngea del recién nacido ya desde el primer día de vida, de ser posible en las primeras horas.  El calostro confiere inmunoglobulinas y células vivas que fortalecen las defensan actuando como escudo de protección favoreciendo además la formación de microbiota natural, aumentando los niveles de inmunoglubulinas IgA, IgM, citoquinas pro y antiinflamatorias.  

- ¿Cuál es la importancia del seguimiento y estimulación temprana?

La detección temprana de los trastornos, acompañada de una intervención oportuna, puede modificar favorablemente el futuro de esos niños y su familia.

Un programa de seguimiento de recién nacidos de alto riesgo debe garantizar la atención global del paciente. Además, se debe prestar una asistencia acorde a las necesidades de cada niño estableciéndose estrategias de prevención y atención. El enfoque debe ser multidisciplinario e incluir la evaluación del desarrollo, la visión y audición, lo que permite realizar intervenciones oportunas y adecuadas.

- Y el rol que deben cumplir los padres en todo este proceso…

Debe haber un compromiso de la familia en dar continuidad y no abandonar el seguimiento, acudir a los controles y a las terapias de estimulación, fisioterapia, rehabilitación en casos que se requieran.  El apoyo y orientación a la familia se inicia en las Unidades de Neonatología y debe continuar tras el alta para que termine de instaurarse el vínculo afectivo y la aceptación del niño o niña. Los padres deben sentirse apoyados en los problemas que su hijo presente al alta o en los que aparezcan posteriormente. Si termina presentando alguna discapacidad necesitarán de toda nuestra ayuda para afrontarla. A la vez ellos serán los que harán posible que el niño desarrolle al máximo sus capacidades.

Por Óscar Ferrari Gutiérrez