Pre-proof
Tratamiento con anticuerpos monoclonales muestra bajas tasas de enfermedad grave
Un estudio de 10.775 pacientes adultos comprobó la relación entre este tipo de terapia y el riesgo de hospitalización debido al SARS-CoV2 B.1.617.2 (Delta).
Desde noviembre de 2020, los anticuerpos monoclonales neutralizantes dirigidos contra la proteína de espiga del Coronavirus del Síndrome Respiratorio Agudo Severo-2 han sido autorizados para tratar a los pacientes de alto riesgo. El uso de estas terapias experimentales está respaldado por autorizaciones de uso de emergencia separadas de la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos.
Investigadores de la Clínica Mayo estudiaron la reacción de quienes tomaron anticuerpos monoclonales durante la enfermedad por COVID-19. Entre quienes recibieron bamlanivimab/etesevimab, casirivimab/imdevimab o sotrovimab, 287 pacientes (2,7%) desarrollaron un cuadro grave que provocó la hospitalización, la administración de oxígeno o la muerte en los 30 días siguientes al tratamiento; 1,2% para los tratados con bamlanivimab/etesevimab; 1,6% con sotrovimab y del 2,9% para casirivimab-imdevimab.
Esta última (ligeramente superior) puede estar relacionada con una tasa de vacunación contra el COVID-19 significativamente menor en ese grupo de pacientes.
El anticuerpo monoclonal específico administrado se basó únicamente en el producto que estaba disponible en el centro de infusión en la fecha del tratamiento. Ningún criterio clínico favoreció a un producto sobre otro y todos los pacientes recibieron educación sobre el producto de anticuerpos monoclonales, los beneficios potenciales, los efectos adversos y el estado de investigación del medicamento. Estos se administraron en los 10 días siguientes al inicio de los síntomas.
Durante los 30 días posteriores a la infusión del fármaco, la mayoría de los pacientes que evolucionaron a la enfermedad grave no estaban completamente vacunados. De los 104 pacientes que requirieron cuidados en la UCI, el 69% formaba parte de este grupo. Veinticinco pacientes murieron.
Los autores señalan que la mayoría de los individuos del estudio eran personas blancas no hispanas que buscaron atención en un gran centro médico académico. Los resultados pueden no ser generalizables a poblaciones poco representadas.
