No todo el mundo odia mirarse en Zoom
El efecto de "espejo constante" no hace que las reuniones sean más desagradables para algunas personas.
Aunque la tecnología de videoconferencia existe desde hace décadas, en 2020 se produjo su repentina adopción masiva como elemento básico de la vida cotidiana para el trabajo y el aprendizaje a distancia. A medida se convirtieron en herramientas de comunicación aparentemente omnipresentes para las vidas socialmente distanciadas, se hicieron comunes los informes anecdóticos sobre el agotamiento mental asociado, rápidamente apodado "Zoom fatigue". Sin embargo, algunas personas prefieren las reuniones virtuales a las presenciales y, muchas personas que se vieron obligadas a realizar videollamadas con frecuencia debido a la pandemia, vieron sus experiencias con esta tecnología de forma favorable.
Un estudio de la Universidad Estatal de Washington encuestó, durante el verano y el otoño de 2020, a dos grupos de personas: más de 80 empleados de diferentes partes de Estados Unidos que habían sido cambiados a trabajo remoto y unos 350 estudiantes universitarios cuyas clases se habían trasladado a Internet. Todos los participantes respondieron a una serie de preguntas sobre la naturaleza de sus reuniones de trabajo o de clase y sus sentimientos hacia ellas. También completaron una evaluación de su autoconciencia pública.
Para ambos grupos, el estudio reveló que no había una simple correlación entre la frecuencia con la que las personas veían sus propias caras durante sus reuniones virtuales y su actitud general hacia ellas. Más bien, en el caso de las personas muy acomplejadas, la mayor frecuencia de visualización de la propia cara se asociaba a una peor actitud y lo contrario ocurría con las personas poco acomplejadas. También se describieron otros factores que influyen en el grado de satisfacción de las personas con sus reuniones virtuales, como el control que perciben sobre el momento de encender la cámara.
Los resultados del estudio indican que los directores y los profesores deben tener cuidado a la hora de establecer normas generales sobre el uso de las cámaras.
